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Stanton Moore: III

Poison Pushy, Licorice, Big’uns Get the Ball Rolling, Chilcook, (Don’t Be Comin’ With No) Weak Sauce, Dunkin’ In the Deep, Maple Plank, Water From An Ancient Well, When the Levee Breaks, I Shall Not Be Moved.

Músicos:
Stanton Moore: batería
Will Bernard: guitarra
Robert Walter: órgano Hammond B-3
Skerik: saxo tenor
Mark Mullins: trombón

Telarc, 2006

Calificación: Está (muy) bien

Stanton Moore nació en New Orleans y aun hoy en día sigue viviendo allí. Creció en esa escena musical inspirado en figuras como Professor Longhair, Doctor John y The Meters. Más tarde reunió a jóvenes músicos de esa escena como Jeff Raines, Robert Mercurio, Rich Vogel y Ben Ellman para conformar la banda de funk Galactic. En 1998 editó All Kooked Out, su primer álbum solista en el que participaron, entre otros, Charlie Hunter y Skerik. En el 2001 hizo Flyin’ the Koop. Moore, además desarrolla una intensa actividad en el campo docente expresada a través de clínicas , seminarios y trabajos publicados por revistas especializadas como Modern Drummer y Drum! En el 2005 presentó un proyecto educativo bajo el descriptivo título de Take It To the Street. Todo esto alternado con su participación en Garage a Trois, banda en la que también participan Mike Dillon, Skerik y Charlie Hunter.
Como su título indica, III es su tercer disco solista y fue grabado luego que el huracán Katrina dejara su huella imborrable en la historia de la ciudad. Desde ese momento, Moore se abrazó a causas benéficas. Donó instrumentos a los músicos afectados por la catástrofe y organizó y participó en festivales destinados a recaudar fondos para ayudar a las víctmas. En reconocimiento a su obra, el tradicional Preservation Hall de New Orleans reabrió sus puertas para que Moore grabara este disco junto a su trío integrado por el guitarrista Will Bernard y el tecladista Robert Walter, más Skerik y Mark Mullins como invitados.
La música de Moore y su estilo como baterista, están impregnados del espíritu de New Orleans, ciudad que ha sido cuna del jazz.

A principios del siglo XVIII, la vida en New Orleans era tranquila ya que de sus mil doscientos habitantes, casi la mitad eran esclavos y el resto pertenecía en su mayoría a la peor casta social de Francia: aventureros sin educación, ex-presidiarios, contrabandistas, asesinos, violadores… Hasta que arribaron las monjas ursulinas y llegó el caos, el desorden y la barbarie. Para completar el cuadro, poco después, Francia envió una nutrida delegación de mujeres con el ánimo de crear… de crear… de procrear. Para sumar confusión, nombraron como Gobernador al Marqués de Vaudreuil (que según cuentan, antes de tener ese título de nobleza había sido Baron). Cuando su esposa se enteró que el Marqués ya no era Baron, comenzó a organizar bailes, fiestas y banquetes entregándose completamente a causas de… lo antes mencionado. Esto fue muy bien recibido por la población, en especial por los barones… con “v” corta.
Esto derivaría en el primer Mardi Grass, un derivado del tradicional rito pagano instituido en los tiempos de Grecia y Roma para recibir la primavera, que más tarde fuera convertido por los cristianos en carnelevare (“elevar la carne” en un sentido religioso). En Francia adquiriría un sentido metafórico para, finalmente en New Orlenas, adoptar la forma moderna del carnaval. Los esclavos fueron influenciados por la música que oían interpretar allí como el minuet, la polka, la danza, la contradanza, la mazurka y la cuadrilla; y con la ayuda de la esposa del Marqués, comenzaron a elevar las carnes…
A participar del carnaval, quiero decir.

La primera fusión de música europea y africana en New Orleans, ocurrió durante los “quadroon balls”, unos bailes organizados para que las mulatas rechazadas por los negros e impedidas de casarse con los blancos conocieran caballeros con el fin… por todos conocido. Las semillas del jazz estaban sembradas y muchas germinarían, como es lógico, nueve meses después de lo mencionado. Surgieron entonces las marching bands, bandas callejeras que actuaban en desfiles y acompañaban los cortejos fúnebres. Los músicos negros, que eran humildes y autodidactas, solían utilizar la melodía, la estructura y el ritmo de las marchas como punto de partida. Con los ragtimes alcanzaron mayor sofisticación rítmica. Con los field shouters, o lamentos de esclavos, incorporaron instrumentos occidentales y el ritmo sincopado africano. Llegarían las worksongs o canciones de trabajo, los minstrels, los spirituals y el blues. Este desarrollo se vio alentado por el hecho de que en las colonias francesas los esclavos tenían más libertad (o menos esclavitud) de expresión cultural que en las colonias inglesas. Mientras en las colonias protestantes la música africana era vista como pagana y comúnmente suprimida, en Louisiana y en New Orleans en particular, eran aceptadas. El gusto afroamericano por diversificar las melodías y remodelar los ritmos sentó las bases de donde surgirían después muchos de los grandes intérpretes del jazz.

En III, Stanton Moore recrea el original espíritu festivo y liberador de New Orlenas a través del funk, el jazz y el soul. Pero en consonancia con la catástrofe sufrida por esa ciudad, el disco se convierte en una fábula de sobrevivientes que ignoran la adversidad; y eso también significa recurrir a las fuentes históricas relatadas.
En el tema Poison Pushy, cuya autoría pertenece a Robert Walter, nos encontramos con un rango direccional que va del rock al funk y con referencias que aluden a The Meters pero también a Zony Mash. El órgano Hammond ocupa la voz líder mientras es atravesado por una guitarra punzante y todo sustentado en una base percusiva dinámica, potente, visceral… La base de Moore, en concreto, es… de ese material.
Licorice ratifica la línea pero en tono heavy-funk, con mayor profundidad rítmica y con la incorporación de los caños de Skerik y Mullins.
Sigue Big’uns Get the Ball Rolling que incluye un solo de Moore que no oculta su admiración por el legendario baterista de Led Zeppelin, John Bonham. Chilcock es el único tema que aporta Mullins en este disco. Una melodía intrincada en la que sobresale el solo en tenor de Skerik.
El funky (Don’t Be Comin’ With No) Weak Sauce sirve como rampa de lanzamiento para un solo de Bernard que pareciera rendir tributo a los grandes guitarristas del soul y el funk. Ya a estas alturas estamos convencidos que III pertenece a esa clase de discos que difícilmente volvamos a escuchar en forma completa pero al que invariablemente regresaremos para insistir con algún tema en particular.

En el tema de Will Bernard Dunkin’ In the Deep , vuelven los caños. Buen solo de Skerik en tenor. Moore es un huracán… otro huracán.
Maple Plank recrea aún más el espíritu callejero de New Orleans. Muy bien Bernard y de Moore mejor no hablar moore
La intensidad disminuye con la versión que hacen del tema Water From An Ancient Well  del pianista sudafricano Abdullah Ibrahim.
Luego sigue un extraño cover del clásico de Led Zeppelin When the Levee Breaks (en origen incluido en Led Zeppelin IV) signado por un órgano persistente y una guitarra que oscila entre el country y el blues. El cierre será con I Shall Not Be Moved, tema tradicional que desde su título sugiere la perseverancia y resolución del pueblo de New Orleans.
El huracán Katrina golpeó con dureza pero también dejó al desnudo el descrédito de un gobierno ante los ojos de su pueblo.
Experiencias artísticas como III (más allá de sus logros) representan una forma de expresar el sentimiento popular en términos diplomáticos. Después de todo, diplomático es aquél que puede decir que te vayas a cagar de un modo tal que uno se sienta ansioso por empezar el viaje.
La gente se quedó a luchar por lo que le pertenece.
Sólo falta que “los otros” comiencen a armar sus valijas.

Sergio Piccirilli

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