Gary Moore – Close As You Get

If the Devil Made Whisky, Trouble at Home, Thirty Days, Hard Times, Have You Heard, Eyesight to the Blind, Evenin´, Nowhere Fast, Checkin´ Up on my Baby, I Had a Dream, Sundown.

Músicos:
Gary Moore: voz, guitarra.
Brian Downey: batería.
Pete Rees: bajo.
Vic Martin: órgano.
Mark Feldman: armónica.

Eagle Rock, 2007

Calificación: Buena gente.

El irlandés (del norte, Belfast más precisamente) con cara de perro, que otrora fuera adolescente prodigio para convertirse luego en héroe europeo de la guitarra con su carrera solista y su paso por Thin Lizzy… ha vuelto al ruedo.

Siempre me gustó cómo toca Moore y cómo grita los temas; porque en general no los canta. Sin embargo, sus discos en estudio más conocidos nunca me convencieron; es más, salvo por algunos temas… no me gustan. En cambio. todo lo que vi y oí grabado en vivo sí me gustó. De un tiempo a esta parte viene alternando entre sus dos amores: el hard-rock clásico y el blues, bien rocker pero blues al fin, con una calidad media… buena. Sus discos de blues anteriores más famosos, como ser After Hours, tenían un dejo prefabricado, frío, de músicos de sesión sin alma que parecían estar tocando para un disco pop. Esto, afortunadamente, ya no sucede.

Power of the Blues y Old New Ballads Blues preceden a este disco, el primero rockero y potente, el segundo tal y como su nombre deja entrever, más calmo. En éste busca el sonido más clásico del blues eléctrico con una buena selección de temas, algunos propios y otros clásicos del pasado. La variedad es interesante ya que lo demuestra versátil y, en los temas más lentos e intimistas, hasta canta bien. Las letras son las típicas del estilo, el chupi, las minas, quilombos con la naifa, etc. Últimamente optó por tener formaciones reducidas y un par de músicos frecuentes; y la verdad que eso lo ayuda y favorece mucho. Si bien no es un disco de blues más, tampoco es una obra maestra imprescindible en la batea.

Arranca a lo Moore, a todo vapor, con un blues rápido y rockero, If the Devil Made Whisky; que incluye un buen solo de armónica. Baja un cambio y sale slow – tempo con Trouble at Home, que muestra cuál es la verdadera tesitura del asunto. Luego, para despistar, se toma una licencia y sale con un rock & roll ultra clásico de Chuck Berry. Le toca el turno a un blues a media máquina, bien shuffle. Hasta aquí, el armoniquista fue una acertada decisión. Have You Heard es lento y cansino, tono limpio y órgano, se le perdió la mina, un tributo a John Mayall.

Eyesight to the Blind, cortito y al pie, Sonny Boy Williamson, shuffle rápido e intenso. Evenin’, lo mejor del disco, una balada con escobillas en la que canta como los dioses, casi Round Midnight… ¿no será mucho? No, para nada, está muy bien. Jimmy Whitherspoon, contento.
Nowhere Fase es una balada como mil  de las que ya grabó, sin mucha gracia, con ese dejo pop. Volvemos al shuffle con Sonny Boy de la mano de su tema Checkin’ Up on my Baby, bien, pero nos estamos repitiendo un poco. Igualmente estos temas le vienen como anillo al dedo a Moore.
A partir de acá se pone medio plomífero el disco, dos baladas laaaarrrrgas, que no están mal pero no son gran cosa, salvo, repito, largas. Sundown es acústica y con slide guitar, nada, un comentario.

Gary Moore sabe de lo suyo y el disco está bien aunque no sea memorable.

Federico Larroca

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