Arturo Puertas
Como en todos los órdenes de la vida, hay músicos que hacen de su necesidad de protagonismo una bandera. En algunos casos (que son muy, pero muy pocos), tienen con qué sustentarlo. Pero lo que ocurre habitualmente es que aquellos a los que en el barrio les diríamos "no te da el piné", eleven sus delirios de grandeza hasta límites insospechados, ¿rozando? la mitomanía y exigiendo un lugar de preponderancia por el que poco han hecho y para el que escasas condiciones poseen.
Por supuesto que también están los fóbicos, los engreídos, los ególatras, los necesitados de reconocimiento, los merecedores de ídem, los generosos, los solidarios, los envidiosos, los buenos y los malos.
Si tuviéramos que encuadrar al contrabajista y compositor Arturo Puertas podríamos hacerlo dentro del rubro "artistas silenciosos". La excusa del instrumento no es válida: muchos contrabajistas han hecho de la egolatría una religión. Puertas ha recorrido un camino tan silente como frondoso desde el momento en que a los quince años escuchó a The Beatles y decidió ponerse a estudiar bajo eléctrico.
Nació el 30 de noviembre de 1961; luego de incursionar en sus inicios en algunas bandas de rock, descubre el jazz a principios de los '80 al acercarse a la música de John Coltrane, Charlie Parker y Miles Davis y, por supuesto, sus contrabajistas. Decidió estudiar contrabajo clásico en los conservatorios Manuel de Falla y Carlos López Buchardo. Ha tocado con una infinita cantidad de jazzistas locales: Diego Urcola, Andrés Boiarsky, Juan Cruz de Urquiza, Jorge Navarro, Baby López Furst, Walter Malosetti, Fats Fernández, Santiago Giacobbe, Pocho Lapouble, Pepi Taveira, Horacio Larumbe, Fernando Martínez, Luis Salinas, Hugo Pierre, Ricardo Lew, Guillermo Romero, Oscar Giunta, Adrián Iaies, Ernesto Jodos, Luis Nacht, Gustavo Bergalli, Ricardo Cavalli, Osvaldo Fattoruso, Carlos Franzetti… y créanme que siguen las firmas.
Varios músicos extranjeros también han contado con sus servicios: la cantante Gail Wynters, el trombonista Conrad Herwig, el saxofonista Walt Weiskopf, el trompetista Clark Terry, los suecos Jacob Karlzon y Peter Asplund, etc.
Realizó grabaciones discográficas con el grupo de tango moderno Tango XXX, con la Superbanda Big Band, con Livia Barbosa, Alejandro Moro y Marta Bellomo, Santiago Giacobbe, Gustavo Bergalli y Jorge Navarro, el quinteto de Marcelo Mayor y con el pianista Adrián Iaies. Fue integrante de La Gran Banda, miembro durante varios años del Adrián Iaies Trío y Cuarteto y del grupo conformado por el pianista Jorge Navarro y el trompetista Gustavo Bergalli, cristalizado en el álbum Tráfico porteño.
En el año 2004 participó del Festival Argerich en el Teatro Colón tocando bajo la batuta del director brasileño Roberto Tibiriçá el Concierto para violoncello y orquesta de Friedrich Gulda, con Gautier Capuçón como solista. Ha realizado video clínicas en la TV por cable, fue colaborador de la revista El Musiquero, dictó clases de contrabajo clásico en la Escuela de Música del Colegio Ward y actualmente dicta clases particulares tanto de contrabajo como de bajo eléctrico.
En la actualidad integra el grupo del trompetista Gustavo Bergalli y lidera su propio cuarteto, que completan Fernando Martínez en batería, Pablo Raposo en piano y Gustavo Santecchia en saxo tenor, con el que (la justicia tarda pero llega), acaba de editar su primer registro como líder: Siete Puertas.
El álbum, grabado en octubre de 2008 y editado por el sello Pai Records, contiene seis composiciones originales y covers de Bill Evans, Thelonious Monk y Charles Chaplin. Será presentado el próximo 10 de septiembre en el Club Lounge, Reconquista 974, Capital Federal, a las 21:30 hs. Y unos días más tarde se va a Paraguay a tocar coin el cuarteto de Gustavo Bergalli.
Cuando le propusimos participar de esta sección lo hizo con una celeridad inédita para nosotros.
Tal vez por gestos similares es que Arturo Puertas, además de respetado como músico, es tan querido por sus colegas.
Ahora sí: sus elecciones:
1 – The Beatles – Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band
Soy un fan de The Beatles desde que tenía 12 años, que fue la edad en que escuché este disco. Mi decisión de ser músico tiene que ver con ellos y este disco, a medida que más iba aprendiendo, me iba pareciendo cada vez más sorprendente. Hoy me parece mentira que en esa época hayan podido hacer algo así: Lucy in the Sky with Diamonds, She's Leaving Home, A Day in the Life…
2 – Weather Report – Heavy Weather
Cuando lo escuché no podía hablar; fue la primera vez que escuchaba a Jaco Pastorius y me marcó para siempre. Aún cuando toco el contrabajo pienso en él. Viajé 1300 km. para verlos tocar en vivo en el Luna Park en 1980. Nunca voy a olvidar eso.
3 – John Coltrane – Giant Steps
Fue la primera vez que escuchaba a John Coltrane. Una obra maestra. Cualquiera que lo adopta como material de estudio realmente progresa a pasos agigantados.
4 – Chick Corea – Three Quartets
Durante mucho tiempo no escuchaba otro disco. Después me di cuenta que me atraía su formato clásico y la tremenda admiración que tiene Corea por Bela Bartok. Y encima tocada por los otros tres animales (Michael Brecker, Eddie Gomez y Steve Gadd).
5 – Miles Davis – Four and More
Creo que no hay mucho más para innovar en matería de improvisación, interacción, groove, que lo que hay en ese disco. Está todo: los espacios, la polirritmia, la atonalidad. Siempre lo uso con mis alumnos para demostrarles que en un combo uno tiene que escuchar todos los instrumentos y estar alerta a lo que pasa a su alrededor.
El + 1:
Arturo Puertas: Siete Puertas
De los discos que grabé, obviamente el que más me gusta y el más importante es el mío: Siete Puertas, porque lo grabé con mis amigos, porque salió como yo esperaba, porque aprendí muchas cosas, no sólo en lo profesional sino en mi interior. Porque siento que hay un antes y un después en mi carrera.
