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Kirk Knuffke: Amnesia Brown

How it Goes, Double, Level, Amnesia Brown, 2nd, Red Bag, Leadbelly, Practical Sampling,  Hears It, Totem, Need, Fix It Charlie, High-pants Bob, Narrative, Please Help Please Give, Anne

Músicos:
Kirk Knuffke: trompeta
Doug Wieselman: clarinete, guitarra
Kenny Wollesen: batería

Clean Feed, 2010

Calificación: Dame dos

No hay nada más bello que acordarse del que olvida (Severo Catalina Del Amo)

El trompetista Kirk Knuffke ha desplegado, en los últimos años, una prolífica actividad en la nueva escena del jazz expresada simultáneamente en colaboraciones con Butch Morris y la Nublu Orchestra, la Jeff Davis Band, el Matt Wilson Quartet, la Kenny Wollesen Wollesonic, la Brian Drye’s Bizingas y el Josh Roseman’s Extended Constellations, entre otros. En tiempos recientes actuó y grabó con algunas de las figuras punteras de la vanguardia como John Zorn, Steven Bernstein, Tony Malaby, Dave Douglas y Sonny Simmons.
Kirk Knuffke es, además, uno de los vértices del notable Ideal Bread, comparte créditos con el trombonista Brian Drye en el Knuffke Drye Duo, se asoció al pianista Jesse Stacken en Mockingbird y lidera ensambles en formatos que van del trío al sexteto. Su debut discográfico solista tuvo lugar en 2008 con el elogiado Big Wig, álbum en el que sentó las bases de una propuesta que integraba un amplio arco de influencias que involucran a Steve Lacy, Lester Bowie, Chet Baker, Booker Little y Pee Wee Ellis. Esa amplitud de intereses que oscilan entre el straight-ahead y la libre improvisación también está contenida en una sólida formación musical que incluye estudios con Ornette Coleman, Art Lande y Ron Miles.
Esos valiosos y vitales antecedentes que respaldan la trayectoria de Knuffke se traducen ahora en su álbum consagratorio: Amnesia Brown.

Este nuevo proyecto testimonia una inferencia de conceptos musicales tan sólidos como inclasificables en donde logra enhebrar un relato tan riguroso en su construcción técnica como de indisimulable frescura expositiva.
Knuffke, a través de piezas breves que rondan los tres minutos de duración cada una, edifica con astucia un microcosmos sonoro pleno de energía emotiva signado por la inteligencia, el divertimento y la agudeza. La claridad de sus fundamentos estéticos permite que convivan en un mismo espacio la tradición del jazz y la new thing, sonoridades asociadas al downtown neoyorquino y principios emanados de la AACM, la balada romántica y la disonancia, la desnudez del folk y el arcaísmo del blues, la austeridad de la música de cámara y la estridencia futurista del post-rock. Esa orientación, de apariencia inconexa, está encapsulada en un robusto alegato que entrelaza con naturalidad dulces lineas melódicas y abrasivos arrestos armónicos, permite la connivencia de la partitura y la improvisación, faculta de síntesis a una plástica multidireccional y consiente desde la óptica de la miniatura orgánica un desarrollo exponencial de la imaginación.

La imaginación es algo que, probablemente, Kirk Knuffke heredó de sus ancestros. Al menos eso es lo que podemos colegir del irónico título de su nuevo álbum ya que Amnesia Brown es el apelativo otorgado a su bisabuelo quien, en un alarde de imaginación, abandonó a su progenie aduciendo amnesia para luego adoptar el apellido Brown y formar otra familia en una ciudad vecina. Algo así como una laguna mental pero de dimensiones oceánicas.
La amnesia es una afección de la memoria que consiste en la imposibilidad de recuperar información almacenada con anterioridad. La amnesia… esteee… ¡pucha! Me olvidé lo que iba a decir. Bueno, mientras logro recordarlo aprovecho para mencionar que uno de los pilares del psicoanálisis es la teoría del olvido motivado o represión, en cuyos postulados Sigmund Freud conjeturó que algunas experiencias se olvidan porque resultan amenazantes y por consiguiente son reprimidas y confinadas al inconsciente. No obstante, aun cuando se muestran inaccesibles para la conciencia, sus huellas no desaparecen ni son borradas, lo cual permite su reconstrucción parcial o total mediante la labor terapéutica y… ¡me acordé! La amnesia es un deterioro de la memoria que se manifiesta en olvido de nombres o hechos recientes. Por ejemplo, sería como si en este momento no recordáramos que estamos hablando del último álbum de… de… La amnesia también se expresa en la reiteratividad o repetición de frases y no quiero dejar de mencionar que además la amnesia también se expresa en la reiteratividad o repetición de frases. Las causas más comunes del deterioro de la memoria, entre otras, son el envejecimiento, una lesión o trauma craneal, la ingesta excesiva de bebidas alcohólicas y la intoxicación por monóxido de carbono.
Al respecto, estoy en condiciones de asegurar que la causa de mis olvidos no obedece ni a una intoxicación por monóxido de carbono, ni a…
Ni a una intoxicación por monóxido de carbono. Punto.

Acabo de recordar que quería hablarle del nuevo álbum de Kirk Knuffke, Amnesia Brown, título que según parece está inspirado en su bisabuelo… qué… ¿ya lo sabe?
No tenemos tiempo ni conocimientos suficientes para ahondar en los motivos que llevaron a Knuffke a ubicar su álbum en el marco referencial de la bizarra historia de su bisabuelo, pero sí estamos en condiciones de afirmar que eso ofició como musa inspiradora para erigir una obra atrapante, original y de deliciosa amenidad.

How it Goes es un auténtico paradigma de las cualidades armónicas en la que se funda Amnesia Brown: la concisión de la partitura, el relajado encadenamiento de espaciosas texturas, la naturalidad en los cambios rítmicos, el luminoso enunciado de la melodía y un nivel de improvisación dotado de un infrecuente poder de síntesis.
Kirk Knuffke, partiendo de una exigua paleta sonora, logra representar climas en contraste, reproducir orientaciones diversas y explorar un ideario multiforme. La economía de recursos aplicada en el alegato de su trompeta se potencia a través de la versatilidad de la batería de Kenny Wollesen y el invalorable aporte de Doug Wieselman quien, en un sorprendente doble rol, aporta sutileza y lirismo con su clarinete y dispara turbulentas armonías desde la guitarra eléctrica. Double actúa como epítome de esos principios. La trompeta inicia una lenta marcha desde los orígenes del jazz, estratégicamente interceptado por los agitados acordes de una guitarra proveniente de las fronteras del post-rock mientras la batería interactúa y unifica ambos mundos sonoros. Level ofrece un cabal dominio del proceso de tensión-relajación y un notable ejercicio contrapuntístico. En tanto que el tema que da título al álbum simboliza una mirada lúdica y naif de la libre improvisación.

2nd es una prueba viva de que se puede ser diferente sin convertirse en extravagante. La trompeta de Knuffke con anclaje en la tradición del jazz, los ascéticos acentos de la batería de Wollesen y la espacial y fragmentaria guitarra de Wieselman se funden en una convincente plástica asociada al nuevo milenio.
La breve y explosiva Red Bag está gobernada por los principios de la improvisación pero propiciando un belicoso efecto auditivo, en donde la línea melódica que dispara la trompeta lucha por imponerse a los alienados acordes de la guitarra mientras la batería desdobla los tempos haciendo las veces de mediador.
El adictivo Leadbelly abreva en las fuentes del blues y el folk para rendir pleitesía (y no sólo desde su titulo) al legendario compositor y guitarrista estadounidense Huddle Wlliam Ledbetter, más conocido como Leadbelly.
Practical Sampling se cobija en un relajado unísono entre la trompeta y el clarinete subrayado a contratiempo por la batería. De ese empaque armónico emerge un diáfano e incontaminado solo de Knuffke y la detallada exposición de Wieselman para, finalmente, retornar al unísono de apertura. En el maníaco clima de Hears It, la complejidad expresiva elude todo vestigio de oscuridad y la libertad instrumental nunca se aleja del distintivo nivel de resumen dialéctico que identifica al álbum.

En Totem, un melancólico fraseo en trompeta, los sutiles acentos en guitarra y una batería subterránea mutan lentamente hasta transformarse en un manifiesto de modernidad que enlaza al avant-rock y el jazz de vanguardia.
Need ratifica, sin venerar, la ligazón de Knuffke con la tradición, en tanto que Fix It Charlie, en otro juego de humores contrapuestos, coquetea con el punk-jazz mientras la trompeta filtra frases de My Heart Belongs to Daddy de Cole Porter.
High-pants Bob luce despojada de ornamentaciones superfluas y sirve de excusa para un solo de batería que privilegia los coloridos matices al desborde ególatra, en tanto que Narrative está gobernada por cadencias de austeridad minimalista y una melodía cuasi pastoral. Luego, sin perder identidad ni cohesión estilística, abordan el paranoico post-rock de Please Help Please Give para finalmente cerrar el álbum con la economía descriptiva de la balada folk, Anne.

Kirk Knuffke, en Amnesia Brown, aunque suene contradictorio, no sufre de ningún tipo de amnesia. El pasado no sólo esta presente aquí como una fuente de inspiración sino también como firme disposición a confrontar la cambiante dinámica del futuro.

El futuro ya no es lo que solía ser (Arthur Clarke)

Sergio Piccirilli

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