Nels Cline: Dirty Baby
Disco 1 (Silhouttes): Dirty Baby Part I, Dirty Baby Part II, Dirty Baby Part III, Dirty Baby Part IV, Dirty Baby Part V, Dirty Baby Part VI
Disco 2 (City Scapes): In God We Trust, Hi There My Old Friend, If I Was You I’d Do Just Like I Told You to Do, Do as I Say or…, No Mercy, Do as Told or Suffer, Agree to Our Terms or Prepare Yourself for a Blast Furnace, Your a Dead Man, Hey You Want to Sleep with the Fishes?, A Columbian Necklace for You, Note We Have Already Got Rid of Several Like You – One Was Found In the River Just Recently, Be Cautions Else We Be Bangin on You, You Wont Know When You Wont Know Where You Wont Know Who You Wont Know Why, Its Payback Time, I’m Going to Leave More Notes And I’m Going Kick More Ass, You Cross Me I Wanna See Blood, I Heard You Moved to Pahrump Nevada -You Cannot Escape, Little Snitches Like You End Up in Dumpsters All Across Town, I’m Getting Out Son and I Haven’t Forgot your Testimony Put me in Here, You Talk You Get Killed, Don’t Let the Information Be Know to Any Person or You Die, Don’t Threaten Me With Your Threats, I Might Just Act Ugly If You Talk, When I’m Released I’m, Smoking a Straight Line to You – Got Me?, Want to Get to Know my Bolling Point?, You Dirty Rotten Bitch, You Will Eat Hot Lead, I Can’t Take It No More, I Might Just Act Ugly if You Get Up On That Stand and Say Something Unpleasant to My Ears, I Thought I Told You That We Won’t Stop, I Will Wipe You Off the Face of This Earth, Give Up the Gold or Give Up Your Life, You and I Are in Disagreement
Músicos:Nels Cline: guitarras, efectos, loops, megamouth, quintronics drum buddy, cigarbox guitar, lap steel guitar
Bill Barrett: armónica cromática
Wayne Peet: órgano
Jon Brion: piano eléctrico, sintetizador, voz
Jeremy Drake: guitarras
Glenn Taylor: guitarra acústica con pedal
Scott Amendola: batería, percusión, loops/electrónicos
Devin Hoff: contrabajo, bajo
Alex Cline, Dany Frenkel: percusión
Vinny Golia: flauta, clarinete, saxofones
Dan Clucas: trompeta
Jeff Gauthier: violín
Jessica Caltron: cello
Brad Dutz: xilofón, vibráfonos, bongoes
Cryptogramophone Records, 2010
Calificación: Dame dos
Crear es unir (Pierre Teilhard de Chardin)
El arte posee la extraordinaria dimensión de sintetizar la realidad y encapsularla en códigos inextinguibles que, además de hacer visibles los comportamientos humanos, terminan caracterizando a un contexto histórico determinado y dotando de identidad propia a la sociedad de donde proviene. La creatividad artística tiene facultades y virtudes para unir ideas, pensamientos y sensibilidades que van configurando un enlace que vincula al artista y su obra con el conjunto de la sociedad. No obstante, sólo unos pocos elegidos están beneficiados por el genio y resultan favorecidos por las circunstancias que propician que esas obras logren trascender la frontera misma de la realidad para entregarnos otro ente aún más revelador que el del contexto fáctico e histórico que las generó. Está claro que, además de sus factores aleatorios, toda obra es propulsada por una serie de cualidades que hacen a la composición misma del genio creativo y, por ende, es dable suponer que estos modos se rigen por reglas y principios más o menos definidos. Una buena síntesis de los preceptos que gobiernan el pensamiento creativo está ejemplificada en “los siete principios de Da Vinci”.
Según Leonardo Da Vinci, el pensamiento creativo debe fundarse en los principios de curiosita (curiosidad insaciable y aprendizaje continuo); dimostrazione (compromiso de contrastar el conocimiento con la experiencia); sensazione (refinamiento de los sentidos); sfumato (deseo de abrazar la ambigüedad, la incertidumbre y la paradoja); arte/scienza (equilibrio entre lógica e imaginación); corporalita (armonía entre cuerpo y mente) y connesione (aprecio por la interconexión de todos los fenómenos).
Esos fundamentos suelen estar presentes, consciente o inconscientemente y con mayor o menor intensidad, en las acciones más sublimes de la creatividad humana. El arte musical no sólo no es la excepción a la regla sino que además se erige como uno de los campos en donde esas características se manifiestan con más ímpetu y frecuencia. El pensamiento creativo aplicado al arte puede manifestarse y sostenerse a través de toda una vida de labor artística o prolongarse por años, meses o semanas…
Bueno, también sé dé un músico -a quien con las reservas del caso identificaremos como N.N. (se llama Narciso Núñez)-, que intentó aplicar en su carrera el pensamiento creativo sólo durante una fracción de segundo… Y falló. Claro que en lugar de nutrirse mediante los principios de connesione, dimostrazione, corporalita, arte/scienza, curiosita, sensazione o sfumato lo hacía con abundantes raciones de canelonne, agnolotti, risotto, ravioli, pastaciutta, brasato al Barolo y cotoletta alla milanese.
En años recientes, el notable guitarrista y compositor Nels Cline ha logrado constituirse en un auténtico arquetipo del artista facultado para desplegar el pensamiento creativo en espacios prolongados de tiempo y, con similar idoneidad, en diversos territorios estéticos. A modo de ejemplo basta decir que en los últimos meses ha dado curso simultáneo a varias producciones musicales y proyectos interdisciplinarios, tales como el álbum doble Initiate junto a The Nels Cline Singers, la sociedad de esta última banda con el Rova Saxophone Quartet –materializada en el magnífico Celestial Septet-, su participación en Wilco, el trío Sons of Champignon con Tim Berne y Jim Black, el emprendimiento que lo liga al pintor Norton Wisdom –corporizado en el DVD Stained Radiance de 2010-, el álbum Floured by Four del cuarteto que integra junto a Mike Watt, Doug Bowne y Yuka Honda y el álbum que ahora nos ocupa: Dirty Baby.
Drity Baby es un provocativo enlace multidisciplinario entre las pinturas de Ed Rushka (pintor, fotógrafo, dibujante e ícono del arte pop), los ghazals (antigua forma poética de origen arábigo) del poeta y productor David Breskin y la música de Nels Cline.
De las nociones derivadas de esa confluencia entre distintas disciplinas artísticas proviene el título de la obra, ya que Dirty Baby (en inglés “bebé sucio”) pretende describir el mestizaje que caracteriza a todo proceso estético cuando resulta engendrado mediante la unión y el “apareamiento” de diferentes formas de arte.
En su versión original,Dirty Baby incluye un libro con 66 ilustraciones pertenecientes a Ed Rushka divididas, a la manera de un vinilo, en lado A y lado B. El primero de esos segmentos lleva por título Silhouttes y representa una recorrida histórica del mundo occidental que va desde la flora primitiva hasta la geografía de un suburbio postmoderno; en tanto que la segunda parte, bajo el titulo de City Scapes, abarca un período que nace en la cuna misma de la civilización hasta alcanzar la luctuosa aventura estadounidense en Irak. Las imágenes pergeñadas aquí por Ed Rushka encuentran un complemento ideal tanto en los poemas de David Breskin (la rima recurrente de sus ghazals responde de manera ideal a la estrategia pictórica de Rushka) como en el incandescente alegato musical imaginado por Nels Cline.
En el primero de los discos se ofrece una composición extendida para noneto segmentada en seis movimientos, que evoluciona musicalmente en sincronía con la recorrida de lo desértico a lo urbano que despliega la obra de Rushka titulada Silhouttes. Esto lleva a que las piezas vayan progresando desde la despojada desnudez estética del folk en Dirty Baby I, atraviese la aleatoria exploración de Dirty Baby III y el portentoso funk de impronta psicodélica expuesto en Dirty Baby V, para finalmente converger en el metálico y furioso torbellino posmoderno que dibuja Dirty Baby VI.
El segundo disco está integrado por 33 piezas breves que evocan, en complicidad epigramática, la misma cantidad de ilustraciones contenidas en la obra de Ed Rushka denominada City Scapes. Cabe consignar que muchos de los trabajos que ha desarrollado Ruska desde 1964 a la fecha incluyen palabras y frases extrañamente cómicas o irónicas pero, en el caso de City Scapes, los párrafos están cubiertos con “bandas de censura” como las que suelen utilizar los organismos de inteligencia para ocultar información confidencial. En consecuencia, Nels Cline opta por una estética que privilegia las sugerencias y las asociaciones estimativas por sobre la reproducción de planteamientos, desarrollos y desenlaces formales. Las piezas incluidas aquí recorren géneros tan disímiles entre sí como la música concreta, el kautrock, el post-punk y la música clásica contemporánea; evoca a compositores de bandas sonoras como Ennio Morricone y Bernard Hermann y alude tangencialmente en términos de dinámica y climas al inolvidable álbum que hiciera John Zorn en 1987: Spillane.
Dirty Baby confirma con creces las razones por las cuales Nels Cline es considerado hoy uno de los músicos más audaces, inquietos y creativos de nuestro tiempo.
Uno obtiene aquello para lo que se hace digno (Mahatma Gandhi)
Sergio Piccirilli