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Alan Zimmerman: Trío

Cyclic Episode, Voces, Evidence, Easy to Love, Mr. R.A.C., 33343, El parador, Pithecanthropus Erectus, Elementos, Mirador del valle

 

Músicos:

Alan Zimmerman: piano

Carto Brandán: batería

Ezequiel Dutil: contrabajo

 

Sello y año: PAI, 2011

Calificación: Está (más que) bien

 

El pianista, compositor y docente Alan Zimmerman nació en Buenos Aires en 1985. De pequeño estudió música clásica con Elena Semanova y Susana Kasakoff. Luego llegó el turno del jazz, tomando clases con Ernesto Jodos, Fred Hersch, Marc Copland y Jason Moran. Ingresó a la Escuela de Música Contemporánea y en 2009 se graduó en la carrera de jazz en el Conservatorio Manuel de Falla. Antes de registrar su debut como líder, Zimmerman ha compartido escenarios y grabaciones con Juan Cruz de Urquiza, Carlos Álvarez, Ramiro Flores, Rodrigo Domínguez, Oscar Giunta, Jerónimo Carmona, Carlos Michelini, Daniel “Pipi” Piazzolla, Guillermo Delgado, Ricardo Lew, etc.

En la actualidad, además de liderar su trío que completan el baterista Carto Brandán y el contrabajista Ezequiel Dutil, integra las agrupaciones de Ricardo Cavalli, Hernán Merlo, Marcelo Gutfraind y Eloy Michelini.

 

Y es con Brandán y Dutil que el pianista ha editado, por intermedio del sello discográfico PAI, su álbum debut titulado Trío. En el mismo encontramos seis composiciones originales del líder y versiones de clásicos de Sam Rivers, Thelonious Monk, Cole Porter y Charles Mingus.

Por si usted no lo sabe, coméntole que no soy muy amigo de las versiones de clásicos o standards. Es un punto de vista personal y subjetivo (bueno o malo pero mío, diría un tal Lerner, que no es César). Salvo que se trate de deconstrucciones más torcidas que derechas y que, independientemente del resultado final, no resulten previsibles o esperables.

 

Alan Zimmerman es un pianista que, sin lugar a dudas, tiene un enorme potencial, algo comprobable en cada uno de los proyectos en los que ha estado (y está) involucrado y este disco no es la excepción. Luego de escuchar Trío una y otra vez, me cuesta comprender la necesidad -de la mayoría de los músicos de jazz- de incluir standards (o clásicos) en su repertorio. Cyclic Episode (de Sam Rivers), Evidence (de Thelonious Monk), Easy to Love (de Cole Porter) y Pithecanthropus Erectus (de Charles Mingus), están muy bien interpretados. Pero poco nuevo agregan a las versiones pre-existentes. O, perdón, debería decir “me” agregan. Con esto no quiero significar que todo músico debe ser compositor; lo que sí (me) cuenta es el abordaje que, en general, los músicos de jazz hacen de esos clásicos (o standards). Tal vez haya un ítem que desconozco y que resalta que -de manera imperiosa- un músico de jazz “debe” dejar su impronta a través de ellos (los clásicos o standards), con los consabidos y previsibles solos antes del regreso al motif original. De ser así, permítame la libertad de no compartirlo (al supuesto ítem).

 

No obstante, valga la reiteración de que Alan Zimmerman hace buenas re-interpretaciones de los temas mencionados, especialmente en el ascetismo imperante en Easy to Love (que incluye una atractiva performance de Carto Brandán en los tambores) y en el notable trabajo grupal ofrendado en Evidence.

 

En las composiciones que le pertenecen, Zimmerman ofrece una paleta variopinta que abarca al lirismo de Voces, la potencia con cierto tinte rocker de Mr. R.A.C., con solo en contrabajo a cargo de Ezequiel Dutil a modo de punto de inflexión hasta desembocar en un final intrincado y lúdico, 33343 con su espíritu monkiano iniciático,  pasajes posteriores muy cercanos al free y un interesante dueto protagonizado por Dutil y el baterista Carto Brandán, la correcta aunque un tanto previsible El parador, el transitado straight ahead de Elementos y, como cierre del álbum, Mirador del valle donde van apareciendo sutilmente distintas sonoridades e intensidades que lo acercan al espíritu de una rapsodia.

 

El pianista y compositor Alan Zimmerman, tiene, en Trío, un álbum que puede dejarlo conforme. Acompañado por los requeridos y solventes Ezequiel Dutil en contrabajo y Carto Brandán en batería, brinda destellos de una madurez impropia para un debutante.

Por su buen primer disco, pero más por su no escaso potencial, dan muchas ganas de seguirlo de cerca.

 

Marcelo Morales

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