Rivorecords x 7
Hace aproximadamente un año hicimos referencia a la aparición de los primeros tres álbumes del por entonces flamante sello discográfico Rivorecords, dirigido por Justo Lo Prete, y dedicado a la publicación de álbumes de standards. Standards de jazz, por supuesto. No voy a reiterar aquí lo comentado entonces. No al menos palabra por palabra. Pero para que más o menos tenga una idea, puedo decirle que respeto enormemente la iniciativa, harto válida, realizada además con mucho esmero y dedicación, con CD’s cuyo sonido y presentación son impecables. No es para menos teniendo en cuenta que, en su mayoría, las fotos fueron responsabilidad de Horacio Sbaraglia, el sonido de Ricardo Sanz y Carlos Melero, el arte de Juan Sbaraglia y la producción general del inquieto, tozudo, persistente, pujante (y un par de etcéteras más) Justo Lo Prete.
A las tres entregas de finales de 2011, durante el presente año se sumaron otras siete producciones. En todos los casos se trata de álbumes de standards (o clásicos); en los 7 CD’s (uno de ellos, doble) hay apenas un par de originales, en carácter excepcional.
También, en aquella nota de hace un año, se afirmó que “la apuesta, más allá de estar de acuerdo o no con los lineamientos del sello, es para celebrar”. Y luego, la referencia a las cuestiones “subjetivas, opinables, discutibles”. Con respecto a la elección del (de los) repertorio(s) dejé sentada mi posición, aclarando que se trataba de una preferencia y no de una negación. Porque (va de nuevo) prefiero la apuesta por las composiciones originales a los standards. Aunque cuando se deconstruyen, me parece un ejercicio apasionante.
La verdad que (Les Luthiers dixit) no sé por qué me pregunta todo esto; pero ya que estamos le cuento que, al menos en mi caso, lo mencionado no es privativo del jazz. Pero como cada uno es cada uno y cada otro es cada otro, habrá quienes entiendan la posibilidad del disenso, con el regocijo, el crecimiento y enriquecimiento que conlleva. Y también quienes no, los absolutistas o fundamentalistas que ven en dicho disenso un ataque solapado, o directo, o… (complete la línea de puntos).
A continuación, un repaso por las siete ediciones 2012 de Rivorecords, un sello que -a pesar de la pequeñez del mercado jazzístico argentino- llegó para quedarse y al que le deseamos fervientemente su asentamiento, solidificación, crecimiento y continuidad. Ya en nuestra encuesta anual 2011, los periodistas argentinos lo seleccionaron como el mejor sello discográfico argentino (y con holgura).
Our Brothers, You’d Be So Nice to Come Home to, Here’s That Rainy Day, Our Song, So In Love, I Can’t Give You Anything But Love, Lover Man
Músicos:
Gustavo Musso: saxo alto
Francisco Lo Vuolo: piano
Jerónimo Carmona: contrabajo
Eloy Michelini: batería
Sello y año: Rivorecords, 2012
Calificación: Está (más que) bien
El saxofonista Gustavo Musso nació en 1974, estudió –entre otras cosas- saxo, clarinete, armonía, improvisación y audioperceptiva, obtuvo una beca para el Berklee College of Music (Boston) y en Los Angeles (además de continuar con sus estudios), acompañó a una buena cantidad de artistas tanto en grabaciones como en actuaciones. De regreso en Buenos Aires comenzó a ser (muy) solicitado por sus colegas; así fue que participó en proyectos de, entre otros, Silvina Garré, Marcela Morelo, Sandra Mihanovich, Laura Hatton, Pappo, Los Ratones Paranoicos y Virus. Pero además ha formado (o forma) parte de Latinaje, Las Sabrosas Zarigüellas, Jorge Navarro Big Band, Giusti Funk Corp., Inmigrantes Big Band, Richard Nant Sexteto, Argentos, Ensamble Real Book Argentina, D’Coté y Escalandrum.
Este listado incompleto nos sirve para apreciar la versatilidad del saxofonista al transitar por diversos estilos que van desde el pop y el rock, hasta el jazz (en distintos formatos y propuestas) y el tango (con el cuarteto de saxofonistas D’Coté).
Gustavo Musso se ha tomado su tiempo para debutar discográficamente como líder; aunque podríamos mencionar como antecedente el álbum Intersección, que registrara a dúo junto con el pianista Nicolás Guerschberg en el año 2004. Para Our Song ha sabido rodearse de parte de lo más mentado de la escena jazzística argentina (frase ésta que puede trasladarse a cada uno de los responsables de cada disco editado por Rivorecords), a saber: Eloy Michelini (batería), Jerónimo Carmona (contrabajo) y Francisco Lo Vuolo (piano). Musso, en tanto, aquí interpreta exclusivamente saxo alto, tal vez por el hecho de que Our Song está (o al menos parece estarlo) dedicado a Art Pepper (saxofonista –básicamente- alto, 1925-1982), pero no tanto a sus composiciones (no era prolífico en ese rubro) sino al repertorio interpretado por el estadounidense, cuyo cenit creativo se produjo en las décadas del ’50 y ’60.
Musso ha respetado el carácter de las composiciones con los correspondientes arreglos para, como en el caso de Four Brothers (de Jimmy Giuffre), la apertura, un formato –cuarteto- más reducido. Un comienzo enérgico que deja en claro las bondades interpretativas del líder y la cohesión del cuarteto. You’d Be So Nice to Come Home to (de Cole Porter) desacelera el envión inicial con buenas intervenciones de Lo Vuolo en piano y Carmona en contrabajo. Here’s That Rainy Day (Carmichael y Washington) ofrenda un clima intimista protagonizado por Musso y Lo Vuolo. El carácter reflexivo continúa en Our Song (única composición de Pepper del CD), en cuarteto, que lidera en buena forma el saxofonista de inicio a fin. Un cambio drástico se sucede en la vigorosa So In Love (Porter), con –una vez más- buenas intervenciones solistas de Musso y Lo Vuolo apoyados por la solidez de Carmona en contrabajo y Michelini en batería. I Can’t Give You Anything But Love (McHugh y Fields) prescinde del piano pero no de los buenos oficios de un contenido y sutil Musso, el creativo solo de Carmona en contrabajo y la buena faena en escobillas de Michelini.
El final es con Lover Man (Davis, Ramírez y Sherman). Un solo de saxo alto de un inspirado Gustavo Musso que cierra de inmejorable forma su álbum debut.
Mariano Loiácono / Paula Shocron: Warm Valley
Bird Song, Elvin, The Nearness Of You, Blues For My Hero, Warm Valley, Lover, Stablemates
Músicos:
Mariano Loiácono: flugelhorn
Paula Shocron: piano
Jerónimo Carmona: contrabajo
Eloy Michelini: batería
Músico invitado:
Sebastián Loiácono: saxo tenor
Sello y año: Rivorecords, 2012
Calificación: Está bien
El trompetista y flugelhornista (¡!) cordobés Mariano Loiácono y la pianista rosarina Paula Shocron ya han dejado –hace mucho- de ser promesas para convertirse en dos potentes animadores del jazz contemporáneo argentino. Ambos han tenido interesantísimos debuts discográficos. Loiácono en 2008, en quinteto, con I Knew It; Shocron en 2005, con La voz que te lleva (solita y sola con su instrumento).
Ambos han recorrido un largo camino que los ha llevado a tocar con, prácticamente, todos los jazzeros argentinos más representativos (“todos” es una manera de decir… pero es que han tocado con “casi” todos de verdad). Sus bondades han quedado reflejadas no sólo en sus propios discos sino también en varios proyectos de sus colegas, en formatos (propios o ajenos) tan disímiles que son una clara muestra de la ductilidad de ambos para proponer o bien ajustarse a las diferentes aventuras en las que han estado o están involucrados.
Paula Shocron y Mariano Loiácono, además, han sido protagonistas (cada uno con su álbum) en la primera trilogía editada por el sello que nos ocupa. La pianista, en trío, con Our Delight; el trompetista, nuevamente en quinteto, con What’s New? Ambos CD’s han sido reseñados en este site un año atrás en ocasión de su(s) lanzamiento(s). Y en esta oportunidad comparten liderazgo en Warm Valley, álbum en el cual Loiácono (que aquí interpreta exclusivamente flugelhorn) y Shocron son acompañados por la misma sección rítmica que Gustavo Musso en Our Song: Jerónimo Carmona en contrabajo y Eloy Michelini en batería. En carácter de invitado, en tres temas, aporta lo suyo Sebastián Loiácono en saxo tenor.
El inicio, con Bird Song (de Thad Jones) es energía pura con destaques de los líderes en sus respectivos instrumentos y que tiene su correlato en Elvin que (excepcionalmente) no se trata de un standard sino de una composición de Paula Shocron (que parece contemporánea a la anterior), con una intensa intervención de Loiácono y una más reflexiva de la pianista; cerca del final, aporta lo suyo Jerónimo Carmona en contrabajo. La calma aparece en The Nearness of You, con la intervención protagónica -desde el inicio mismo- de Sebastián Loiácono en saxo tenor. La relectura no ofrece demasiadas sorpresas. Blues for My Hero (el segundo original del disco, perteneciente a Mariano Loiácono) retoma el vigor, mantiene la formación (quinteto) e incluye enérgicas intervenciones solistas de los líderes. Warm Valley ofrenda una muy interesante introducción a cargo de Carmona y Shocron que desemboca en un sentido solo de Mariano Loiácono y un introspectivo final a cargo de la pianista.
Lover, engaña con la introducción de Shocron; a continuación la furia se apodera del cuarteto entregando muy buenos momentos liderados por la pianista, Lioiácono y Carmona (en ese orden). El final es con Stablemates, la pieza “distinta y distintiva” del álbum, interpretada en dúo de piano y flugelhorn, con mucha interacción entre los líderes a quienes dan ganas de pedirles más.
Ricardo Cavalli: Heart to Heart
Beatrice, Peggy’s Blue Skylight, Crescent, The Girl from Argentina, Hey Open Up, Naima, Easy Living
Músicos:
Ricardo Cavalli: saxo tenor (excepto en 4)
Guillermo Romero: piano
Carlos Álvarez: contrabajo
Eloy Michelini: batería
Músico Invitado:
George Garzone: saxo tenor en 1, 3, 4, 5 y 6
Sello y año: Rivorecords, 2012
Calificación: Está bien
Nacido en 1969, el saxofonista, clarinetista, compositor y docente Ricardo Cavalli es, en la Argentina y desde hace unos cuantos años, un claro referente de su instrumento primario: el saxo. Podría decirse que la aceptación de su arte es prácticamente unánime tanto en la prensa especializada como en sus colegas. Para muestra digamos que, en nuestra encuesta anual habitual, Cavalli fue elegido como el mejor saxofonista en los años 2008, 2009 y 2010. Su debut discográfico se produjo en 2002 con La entrega, al que le sucedieron Súndaram (2004), Trinidad (2008) y For the Guv’nor Suite (2010). Su último trabajo, Heart to Heart tiene la particularidad de ser el primero de los discos del saxofonista que no incluye composiciones propias. Cinco de los siete tracks corresponden a lo que se denomina habitualmente standards (o clásicos); los dos restantes, son composiciones de quien figura como artista invitado: el también saxofonista George Garzone.
George Garzone, nacido en 1950, tiene un currículum impresionante. En la actualidad integra el trío The Fringe, en compañía de John Lockwood y Bob Guillotti. Pero su más reciente edición es un DVD doble titulado In the Funk Zone with George Garzone, realizado junto con Mike Stern, John Patitucci, Kenwood Dennard y Rollins Ross. Ha trabajado con una gran cantidad de músicos entre los que podemos mencionar a Gunther Schuller, Joe Lovano, Luciana Souza, Danilo Pérez, Bob Moses, Mike Mainieri, Eddie Gómez, Lenny White, Ingrid Jensen, George Schuller, Rachel Z., Wolfgang Muthspeil, Ron Carter. Elvin Jones, Jack DeJohnette, Dave Holland, Carla Bley, David Kikoski, Joey Calderazzo, Bill Stewart, Romero Lubambo, Kenny Werner, etc. y también con artistas como Aerosmith, Aretha Franklin, Extreme, Tom Jones, Elvis Presley…
Reconocido como un gran docente, algunos de sus alumnos han sido Ken Vandermark, Donny Mc Caslin, Danilo Pérez, Branford Marsalis, Joshua Redman, Luciana Souza, Mark Turner, Chris Speed, Chris Wood, Antonio Sánchez y un largo etcétera.
Cavalli conformó un cuarteto con reconocidos músicos de la escena jazzística local: Eloy Michelini en batería, Carlos Álvarez en contrabajo y en piano Guillermo Romero, un viejo compañero de andanzas del líder. Con la presencia de Garzone, Heart to Heart se inicia con Beatrice (de Sam Rivers), una balada up tempo en relación a la versión original con un buen trabajo en escobillas de Michelini e intervenciones solistas de los demás integrantes permitiendo ya distinguir las distintas personalidades de ambos saxofonistas. Peggy’s Blue Skylight, de Charlie Mingus, es aquí un exquisito dueto a cargo de Carlos Álvarez y Cavalli. El espíritu de Coltrane aparece (una vez más en la carrera del líder) en Crescent, nuevamente en quinteto, con un místico comienzo respetando el espíritu del original y que luego deviene en acertadas entregas solistas.
Se suceden dos composiciones de George Garzone. La primera, The Girl from Argentina, una clara (clarísima) referencia a Garota de Ipanema -el híper clásico brasileño (y más allá) de Vinicius de Moraes y Jobim- interpretada en cuarteto con la presencia del compositor y la ausencia de Cavalli. Sin sorpresas. La segunda, Hey, Open Up, es todo vigor en un furioso straight ahead comandado por ambos saxofonistas sostenido por una ajustada base rítmica que aporta buenas intervenciones de Guillermo Romero en piano y Eloy Michelini en batería. Los saxofonistas, en su salsa. Otra vez Coltrane se hace presente en Naima, en versión que poco agrega a lo que se ha escuchado ya. Lo que sí queda nuevamente en claro es que Garzone y Cavalli siguen sintiéndose muy cómodos.
El cierre del CD es con Easy Living, en sutil e intimista entrega de piano (Guillermo Romero) y saxo tenor (Ricardo Cavalli).
Heart to Heart brinda la posibilidad de escuchar a dos saxofonistas con estilos y personalidades bien definidos, que ofrecen un buen ensamble (entre ellos y con los demás integrantes) y la ratificación de que instrumentalmente Ricardo Cavalli está a la altura de cualquier desafío que encare o músico de fuste que se le ponga a la par.
Fire Waltz, Petite Fleur, Dewey Square, Moment’s Notice, Light Blue, Invitation, My Old Flame, Step Tempest, Somebody Loves Me, Wrap your Troubles in Dreams
Músicos:
Ernesto Jodos: piano
Jerónimo Carmona: contrabajo
Pepi Taveira: batería, bolón
Sello y año: Rivorecords, 2012
Calificación: Está muy bien
Desde la aparición de Ernesto Jodos Sexteto (2000), su primer disco como líder (y de antes también), la carrera de Ernesto Jodos ha ofrecido un sinnúmero de aristas, grabando álbumes con distintas formaciones, con repertorio propio, ajeno, siendo un sideman de los más requeridos por sus colegas, un docente referencial para la nueva camada de músicos argentinos (es el creador y coordinador de la carrera de jazz en el Conservatorio Superior de Música Juan Manuel de Falla) y un artista curioso que lo ha llevado a participar de proyectos paralelos de gran valía e interés como la reciente presentación del John Hollenbeck Quintet en el Festival Buenos Aires Jazz o la interpretación de obras de Oscar Bazán Y Cornelius Cardew junto con Federico Zypce y Fabián Nonino en el Centro de Experimentación del Teatro Colón.
El pianista, en esta oportunidad, recurre al formato tradicional de piano, contrabajo y batería para abordar una decena de standards (o clásicos) de distintos autores, a diferencia de lo que ocurriera en Trio (2007, con Hernán Merlo y Eloy Michelini) donde el material remitía a clásicos interpretados por Lennie Tristano.
Ernesto Jodos optó aquí por versiones breves, apelando a la síntesis y apoyándose en dos músicos a los que conoce y quienes lo conocen muy bien. La muy buena relectura de Fire Waltz de Mal Waldron abre el álbum en una versión donde no hay solos innecesarios, queda reflejado el buen ensamble del trío y en la cual el vals propiamente dicho aparece al inicio y al final. Petite Fleur, en tanto, suena –tal vez por la ausencia de caños- más cadencioso que el original, con una buena intervención de Carmona en contrabajo, un sólido despliegue de Taveira con escobillas y Jodos que decide una vez más no recurrir al efectismo. Dewey Square, de Charlie Parker, también esquiva las estridencias aunque el swing existente es indisimulable. Moment’s Notice brinda, en sus escasos 3 minutos y medio (la original triplica la duración), un arreglo que sorprende y donde el motif tarda bastante en aparecer. En Light Blue, de Thelonious Monk, a la exquisita intro en solo piano del líder le sucede una relectura más “bluesy” que lejos de desentonar, entona (¡?). Invitation permite apreciar el delicado y atractivo aporte de Pepi Taveira y a un Jodos sumamente cómodo. La reflexiva e intimista My Old Flame contrasta con la potencia de Step Tempest. A mid-tempo Somebody Loves Me, de Gershwin, entrega buenos momentos del líder y de Jerónimo Carmona en contrabajo. El final del álbum es con Wrap your Troubles in Dreams; si me lo permite, por lejos lo mejor del disco, lo más arriesgado, novedoso e inesperado. Música creativa al servicio de un standard. O al revés, como prefiera. Cierre de lujo.
CD 1: Softly as in a Morning Sunrise, The Inch Worm, Soul Eyes
CD 2: Chasin’ the Trane, I’ll Be Seeing You, Africa, A Child is Born
Músicos:
Carlos Lastra: saxos tenor y soprano
Francisco Lo Vuolo: piano
Cristian Bórtoli: contrabajo
Sebastián Groshaus: batería
Sello y año: Rivorecords, 2012
Calificación: Está muy bien
En ocasión de la edición de A Child is Born (Rivorecords, 2011) comentamos que “el saxofonista Carlos Lastra no lleva reflejados en álbumes propios la extensa trayectoria que ha llevado a cabo”. Es uno de los saxofonistas más personales de los últimos 30 años; reconocido y respetado por sus pares, que también ocupa un lugar destacado como docente. Ha sabido compartir sus bondades instrumentales con artistas como Enrique Norris, David Kikoski, Sergio Verdinelli, Erling Kroner, Hernán Merlo, Ernesto Jodos,Pedro Aznar, Lito Epúmer, Osvaldo Fattoruso, Pepi Taveira, Quintino Cinalli, Diego Urbano, Carlos Álvarez, Natalio Sued, Rodrigo Domínguez, etc.
Sorprende Lastra con dos registros en menos de un año. El que nos ocupa, The Inch Worm, marca la diferencia en las ediciones de Rivorecords al ser el primer álbum doble –y en vivo- del sello. Registrado en Café Vinilo el 28 de octubre de 2011, cuenta con la misma formación de A Child is Born. De hecho, cuatro de los temas del presente CD cuentan con versiones en estudio en su antecesor.
Pero –y más aún tratándose de un músico como Lastra, destacado entre otras cosas por sus capacidades como improvisador- la diferencia entre el estudio y el vivo puede llegar a ser notable y notoria. Y lo es.
La extensa (más de 17’) y potente versión de Softly as in a Morning Sunrise con que da inicio The Inch Worm así lo certifica. El saxo tenor de Lastra marca el rumbo con pericia por sobre una base más que sólida a cargo de Groshaus (batería), Bórtoli (contrabajo) y, fundamentalmente –debido a sus sutiles variaciones-, Lo Vuolo (piano) quien, a su vez, lidera un pasaje en trío con inventiva que desemboca en un dueto protagonizado por Bórtoli (básicamente) y Groshaus, siendo este último protagonista exclusivo en un contundente solo de batería. El cuarteto contraataca con Lastra liderando nuevamente, conduciendo a un diminuendo de manera tan natural como atractiva. The Inch Worm (el tema) es interpretado por el líder en saxo soprano, exprimiéndolo desde el inicio mismo, con autoridad y sapiencia (y mire que a mí el saxo soprano…); el extenso solo da pie a otro momento en trío nuevamente liderado por Lo Vuolo tomándose ciertas libertades (muy) bienvenidas. La base sigue tan sólida como siempre. El cierre del primer CD es con Soul Eyes, de Mal Waldron, comienza con una sentida introducción en piano; la balada continúa con Lastra liderando el cuarteto reservándose los últimos (casi) dos minutos para sí mismo y su instrumento, en un pasaje que termina resultando lo mejor del tema.
El segundo CD ataca de movida con un dueto de batería y saxo tenor en el inicio de Chasin’ the Trane que permite apreciar las bondades tanto de Groshaus como de Lastra. Cristian Bórtoli se suma en buena forma y el líder cede su lugar a Lo Vuolo para otra muy buena intervención en piano. I’ll Be Seeing You es la pieza más breve del álbum y ofrenda una exquisita relectura (al igual que en A Child is Born) en dúo de saxo tenor y contrabajo. Cristian Bórtoli se hace cargo de la muy interesante introducción de Africa, a la que luego Carlos Lastra se encarga de imprimirle un sello indisimulablemente coltraniano (o coltraniense). La buena faena de los demás hace el resto, que incluye un enérgico solo de Sebastián Groshaus. El cierre es con A Child is Born, de Thad Jones, una balada a mid-tempo donde Lastra vuelve a demostrar sus buenas dotes en el soprano.
The Inch Worm es un álbum doble, en vivo, donde Carlos Lastra reinterpreta siete standards (o clásicos) con solvencia y donde vuelve a dejar su sello como un gran improvisador.
Yesterdays, The Very Thought of You, Local 47, Monk´s Mood, Easy to Love, Segment, Nobody Knows the Trouble I´Ve Seen, The Eye of the Hurricane, My Funny Valentine
Músicos:
Francisco Lo Vuolo: piano
Cristian Bórtoli: contrabajo
Eloy Michelini: batería
Sello y año: Rivorecords, 2012
Calificación: Está (más que) bien
Francisco Lo Vuolo (Santa Fe, 1982), debutó discográficamente en 2005 con Kuchiku. Pero ya a esa altura había dejado de ser una promesa. Había grabado un disco de tangos y boleros con Alberto Carol, su abuelo materno, que no ha sido editado y que es un (gran) recuerdo de familia. En sus inicios estudió guitarra pero luego se volcó al piano clásico hasta que los discos de Erroll Garner lo inclinaron definitivamente al jazz. A los 15 años realizó sus primeras presentaciones con el Santa Fe Jazz Ensamble. Luego vino la andanada de solicitudes de los que serían (son) sus colegas. A Kuchiku le sucedió Vueltas (2011) y ahora es el turno de Segment, con los mismos músicos que lo acompañaron en su antecesor: Cristian Bórtoli (contrabajo) y Eloy Michelini (batería).
Francisco Lo Vuolo ha tocado y/o grabado con, entre muchos otros, Horacio Fumero, Oscar Giunta, Mariano Otero, Perico Sambeat, Ricardo Cavalli, Carlos Lastra, Rodrigo Domínguez, Juan Cruz de Urquiza, Sergio Verdinelli, Pepi Taveira, Facundo Bergalli, Mariano Loiácono, Conrad Herwig, Paquito D’Rivera, Enrique Norris, Luis Nacht, etc. Pero, al igual que Carlos Lastra, sus amplias ocupaciones y actividades artísticas no se ven reflejadas asiduamente en álbumes propios. Y también, en este caso, se da el hecho de editar dos álbumes en menos de doce meses, luego de haber pasado seis años de la aparición de su disco debut.
Yesterdays marca la apertura del álbum en una versión acelerada y alejada de la balada que un tal Jerome Kern supo concebir. Con una relectura fresca y despojada, incluso con cierto aire latino, pone de manifiesto que el de trío es un formato en el que el pianista se siente muy a gusto. Muy buen aporte de Eloy Michelini en batería. The Very Thought of You, en cambio, sí está interpretada como una balada, con un punto de inflexión (positivo) a partir de un buen solo de Cristian Bórtoli. Se suceden el swing de Local 47 (de Wayne Marsh), la sentida y atractiva Monk’s Mood y una Easy to Love re-elaborada y con ciertos puntos de contacto a lo que expresáramos en relación a Yesterdays.
Sorprende y muy gratamente la inclusión de Segment, de Charlie Parker, una suerte de eficaz divertimento donde Lo Vuolo brilla (y la base rítmica acompaña de perlas). El tradicional Nobody Knows the Trouble I´Ve Seen, una balada hecha y derecha, sin sobresaltos. Una breve y vigorosa The Eye of the Hurricane (de Herbie Hancock) muestra el costado más combativo del líder y la ratificación de que el trío suena ajustadísimo. El cierre es con My Funny Valentine, en una intimista y cálida entrega en solo piano que deja con ganas de más.
Paula Shocron: Serenade in Blue
Jeannine, Afternoon in Paris, Nica’s Dream, Serenade in Blue, Fine and Dandy, SP, My Ideal, Willow Grove, The Star-Crossed Lovers
Músicos:
Paula Shocron: piano
Juan Manuel Bayón: contrabajo
Eloy Michelini: batería
Sello y año: Rivorecords, 2012
Calificación: Está (más que) bien
La rosarina Paula Shocron fue la responsable, en 2005 –con La voz que te lleva-, del primer disco de solo piano de una pianista de jazz argentina. Luego, compartiendo liderazgo con el guitarrista Marcelo Gutfraind, llegó el turno de Percepciones (2006), al que le sucedieron dos álbumes con su trío: Urbes (2007) y Homenaje (2009). A dúo con el saxofonista Pablo Puntoriero editó El enigma (2010); y su carácter prolífico en grabaciones la llevó a las ediciones de Gran ensamble y Our Delight (ambos de 2011) para, en el presente año, concretar el ya comentado aquí Warm Valley (con el co-liderazgo de Mariano Loiácono) y este Serenade in Blue, en trío, acompañada por Juan Manuel Bayón en contrabajo y Eloy Michelini en batería. Hay que decir también que antes de lo mencionado hubo (hay) historia. Paula Shocron nació en 1980 y comenzó a tocar su instrumento antes de ponerse a hablar. Al principio estudió piano clásico y composición. También en este caso el jazz fue ganando espacio y en 2000 comenzó a tomar clases con Ernesto Jodos. En Rosario formó parte de Fuga de cerebros y La Revancha. Luego, en Buenos Aires (año 2003) conformó un trío con Daniela Horovitz y Ada Rave, da forma al Paula Shocron – Marcelo Gutfraind Cuarteto, participa de los proyectos de Pepi Taveira y Juan Pablo Arredondo, realiza con el armoniquista Franco Luciani un homenaje al Cuchi Leguizamón y a partir de lo mencionado… imagine.
Es decir que la pianista ha recurrido a numerosos formatos, desde la soledad hasta liderar un ensamble de 12 músicos, pasando por dúos, cuartetos, quintetos… y -por supuesto- también tríos, que es lo que nos toca en Serenade in Blue. La diferencia con respecto a Our Delight (Rivorecords, 2011) es el ingreso de Juan Manuel Bayón en lugar de Jerónimo Carmona. En batería, permanece –al igual que en Warm Valley, reseñado aquí, si se fija bien, un poquito más arriba- Eloy Michelini.
El puntapié inicial es con Jeannine, en versión que recuerda a la del Cannonball Adderley Quintet (aunque aquí sin caños, por supuesto), con el mismo espíritu festivo y descontracturado y buenas interpretaciones de Shocron y Bayón. La tendencia continúa en Afternoon in Paris (de John Lewis) y en Nica’s Dream, esta última con un sutil toque latino, un protagonismo casi excluyente y contagiante de la líder y una buena entrega de Eloy Michelini en batería. Distinta es la historia en Serenade in Blue, intimista, con una atractiva intro en piano y otra interesante performance de Bayón. La vigorosa y energizante rendición de Fine and Dandy (con solos de los tres integrantes) muestra a Shocron extrovertida, creativa y lúcida. SP, un original de la pianista, encanta desde el inicio mismo y si bien tal vez sobre alguno de los ocho minutos de duración, ratifica muchas de las bondades de la rosarina. Luego se suceden My Ideal, un blues que contrasta con el swing imperante en Willow Grove donde Shocron vuelve a reflejar virtudes en cantidad, para llegar al cierre con The Star-Crossed Lovers, de Ellington / Strayhorn, interpretada en solo piano y que (me) remite sin escalas a La voz que te lleva, su formidable álbum debut.
El sello Rivorecords se creó en 2011, año en el que editó tres álbumes. En 2012 fue por más, redoblando la apuesta con siete registros (uno de ellos doble, en vivo) y siempre bajo la premisa de la interpretación de standards (o clásicos). Más allá de gustos personales, es una formidable noticia la existencia de un sello que brinda posibilidades infrecuentes a los músicos y que edita sus álbumes con sonido, producción y arte infrecuentes.
Marcelo Morales