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Rudresh Mahanthappa en concierto: El Eterno Presente

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Royce Hall – Los Angeles, California (USA)        

Sábado 2 de marzo de 2013 – 20:00 hs.

 

Las creencias mitológicas de la Antigua Roma consideraban a Jano, el Rey de Lacio, como el dios de las puertas, los comienzos y los finales. A pesar de la escasez de material narrativo y la ausencia de relatos secuenciales, la rica panoplia de leyendas que envuelven a la figura de Jano en la mitología romana arcaica, nos dice que también era el encargado de elevar las plegarias de los hombres a las divinidades, el mediador entre los mortales y los inmortales y la deidad que simbolizaba los cambios, las transiciones y los momentos en que se atraviesa el umbral que separa al pasado del futuro. Resulta evidente que los atributos adjudicados al dios Jano, están íntimamente ligados a la raíz etimológica del vocablo janus, que en latín significa “tránsito” o “paso a otro lugar”; del mismo modo que sabemos que esa característica cualidad de cambio dio origen a la idea de consagrar a su nombre el mes que da inicio al año (“enero” deriva del latín januarius).

 

janoLa historia mítica indica que Jano refugió en sus dominios a Saturno cuando fue expulsado del cielo y que éste, en agradecimiento, le otorgó el don de conocer el pasado y el futuro para que pudiera decidir sabiamente. Por esa razón la iconografía bifronte de Jano está representada por dos caras mirando en sentidos opuestos, una aludiendo al pasado –como elemento que condiciona el presente y regenera el alma- y la otra simbolizando al futuro y el mundo celeste ligado al conocimiento.

De hecho, en el principal Templo de Jano (ubicado en el foro romano) la figura del dios fue situada sobre un pedestal en el eje central del edificio mirando simultáneamente a oriente y occidente como forma de semejar su conocimiento del porvenir y de todo lo ya sucedido.

 

La proyección artística desplegada hasta aquí por el saxofonista y compositor Rudresh Mahanthappa –en analogía con el mito de Jano- ha adoptado un deliberado carácter bifronte que parece estar “mirando simultáneamente a oriente y occidente” y cuyo hilo conductor es una continua descripción de su vida como hijo de inmigrantes indios en Estados Unidos. Por ello, los diversos proyectos que lo han tenido como protagonista expresan una epítome de dos vastos mundos musicales, uno –con plataforma en el jazz- que representa a su país natal y a la formación académica recibida y otro, proveniente de sus ancestros, fundado en el amplio acervo cultural de la música surasiática. La conjunción de esos universos sonoros siempre ha estado presente en su alegato estético, ya sea de forma explícita o sublimada. En ocasiones, abiertamente recostada en la música de la India como en el Darshina Ensemble junto a Kadri Golpanath y la Indo-Pak Coalition (en sociedad con el guitarrista paquistaní Rez Abbasi y el baterista estadounidense Dan Weiss), a veces manifestada como una asignación más profunda dentro de la tradición del jazz como en Dual Identity (compartiendo créditos con Steve Lehman) o Aphex (junto al legendario Bunky Green) y en la mayoría de sus propuestas expresando una mixtura de ambas vertientes como en los casos de MSG (en compañía de  Chander Sardjoe y Ronan Guilfoyle), el reciente Gamak, el dúo Raw Materials que integrara con Vijay Iyer o en la combinación de jazz y música carnática materializada en Samdhi.

 

indo pak coalition1Lo cierto es que dos de esos proyectos, tal vez lo más representativos del actual ideario de Rudresh Mahanthappa, integrarían el magnífico doble programa ofrecido en el histórico Royce Hall de la ciudad de Los Angeles: Indo-Pak Coalition y Gamak. El primero de los grupos, alineando a Rez Abbasi en guitarra eléctrica y Dan Weiss en tabla y batería y el segundo de ellos también con este último tras los parches más Francois Moutin en contrabajo, David Fiuczynski en guitarra eléctrica y, por supuesto, ambos con Mahanthappa a cargo del saxo alto.

El primer turno correspondería al Indo-Pak Coalition, trío cuyo debut discográfico tuvo lugar en 2008 con el álbum Apti y que –trascendiendo los preconceptos de la fusión- ofrece una síntesis de jazz con diversas formas de improvisación musical proveniente de Asia del sur.

El concierto abre con Apti, tema que da título al disco homónimo. La pieza transita un ecléctico territorio sonoro surcado por estructuras armónicas jazzísticas, complejas excursiones a las remotas regiones tonales de la música carnática y modos melódicos impregnados de un aura devocional. Una interpretación tensa y abrasiva pero sin llegar al desbordamiento, que mostró a Dan Weiss alternando tabla y batería e incluyó notables aportes de Rez Abbasi en guitarra, una volcánica intervención durante el clímax de Rudresh Mahanthappa en saxo alto y un remate colectivo de impactante sincronía.Dan+weiss

 

A continuación ofrecen una meditativa y delicada versión de Vandana Trayee, también proveniente del álbum Apti. Una página muy próxima a las formas musicales clásicas de la India que por su limpieza, levedad dramática y un extensísimo solo en tabla –más afincado en la búsqueda del impacto directo que en los fundamentos esenciales de dicho instrumento- terminaría arrojando una sensación un tanto anodina y deslavazada.

Adana da inicio con un formidable preludio en saxo a cargo de Rudresh Mahanthappa que, pese al inocultable virtuosismo técnico, a fuerza de buen gusto y credibilidad emocional logra ubicarse en las antípodas de la mera exhibición narcisista y el amaneramiento innecesario. La pieza –ya con el trío a pleno – va evolucionando de la música carnática al jazz sin detenciones, en un crescendo que coincide con el cambio de tabla a batería por parte de Dan Weiss –aquí construyendo un poderoso groove “in the pocket” para el infarto- y una impecable aportación solista de Rez Abbasi en guitarra eléctrica que paulatinamente nos conduce de regreso al leitmotiv para así darle al tema un desarrollo de carácter circular.rezabbasi

La presentación de Indo-Pak Coalition concluirá con la compleja yuxtaposición de contrastes del episódico ITT. Un viaje sin escalas de la raga al funk que alcanzará una fuerza y tensión interna espectaculares con sus sucesivos cambios y las ardientes intervenciones solistas que, a pesar del apasionamiento, nunca hicieron peligrar la arquitectura general de la pieza.

 

Tras un breve intermedio Rudresh Mahanthappa regresa acompañado por Gamak, cuarteto que además de su líder, incluye a Dave Fiuczynski en guitarra, Dan Weiss en batería y Francois Moutin en contrabajo.

La propuesta de Gamak, materializada en el álbum homónimo de reciente edición, congrega los dispares elementos que caracterizan el ADN musical de Mahanthappa –bebop, fusión, música tradicional de la India, etc.- pero con el explícito agregado de rock progresivo, groove y exploraciones microtonales, acentuados aquí por la cardinal participación de un experto en esas lides como Fiuczynski.

gamakDesde el comienzo, el cuarteto impone su fortaleza sonora con el impetuoso Waiting is Forbidden. Una partitura muy densa y efectista, con movimientos torrenciales, enorme gama dinámica -a la que sólo podría objetarse la falta de algún momento de sosiego- y en donde parecen confluir el jazz fusión, el math-rock y la música heterofónica no occidental. El inquietante Abhogi contrapone los modos melódicos inherentes al raga con atisbos del americana, todo montado sobre enormes bloques sonoros en los que van aflorando, sucesivamente, un brioso contrapunto entre la guitarra slide de David Fiuczynski y el saxo alto de Rudresh Mahanthappa y un monumental duelo entre el contrabajo de Francois Moutin y la batería de Dan Weiss.

Luego, la interpretación idiomática, magníficamente desmenuzada y rebosante de color del afable Stay I -proveniente del álbum Gamak de 2013- empalma con la grandilocuencia propia de un ensamble de rock manifestada en el inédito Slednro.

davefuzeEn la deslumbrante inventiva del sinuoso y atrapanteWrathful Wisdom se funden enrevesadas progresiones armónicas, una soberbia ejecución contrapuntística –que por orden y finitud asemeja a un algoritmo traducido en términos musicales- y la elaborada e impiadosa compresión de los patrones rítmicos que imparten la batería del colosal Dan Weiss y el siempre preciso contrabajo de Francois Moutin, todo esto rematado por un voluptuoso ascenso dinámico que, tras la cáustica intervención solista del saxo de Rudresh Mahanthappa, alcanza su clímax en los desbordantes y robustos fraseos de la inclasificable guitarra de David Fiuczynski.

El cierre del concierto de Gamak enlaza el exótico lirismo de Ballad for the Troubled Times –aquí con lucimiento excluyente de Mahanthappa– con la tórrida energía rockera del breve e impactante Majesty of the Blues que incluye, sin detenciones, la presentación de los músicos y un abrasivo remate grupal. Final y ovación.

 

rudresh1En la mitología romana, Jano era considerado el maestro de las dos vías -una ascendente y otra descendente- y por ello se lo conoce como el “Señor de la Iniciación”. Sus caras mirando en sentidos opuestos contemplaban el llamado “ciclo de manifestación” pero ocultaban un tercer rostro que observa “el eterno presente”, destruye el pasado y el futuro y contempla la eternidad.

Del mismo modo, la estética de Rudresh Mahanthappa –explícitamente documentada en la noche angelina con las presentaciones de Indo-Pak Coalition y Gamak– también tiene un carácter bifronte, con una cara mirando al pasado de sus ancestros y la otra en dirección a sus aspiraciones futuras pero que –al igual que en el mito del dios Jano- parecen estar observando “El Eterno Presente”.

 

Sergio Piccirilli

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