Juan Pablo Carletti, Tony Malaby, Christopher Hoffman: Niño / Brujo

 

Niño BrujoLado A: Miranda, Ballerina, Orange, José

Lado B: Folkus, Lateral Thinking (For Edward De Bono), El Brujo

 

Músicos:

Juan Pablo Carletti: batería, glockenspiel, melódica

Tony Malaby: saxo tenor

Christopher Hoffman: cello

 

Sello y año: NoBusiness Records, 2014

Calificación: Dame dos

 

La creación de algo nuevo no se logra con el intelecto, sino por el instinto lúdico que actúa desde una necesidad interior (Carl Jung)

 

En su vano intento por comprender el origen y funcionamiento de la creatividad, el hombre ha elaborado múltiples teorías y definiciones. Para el filósofo Erich Fromm, el ejercicio de la creatividad obligaba a desprenderse de las certezas; el genial pintor Pablo Picasso la ubicó en las antípodas del buen gusto; el novelista y activista político Arthur Koestler llegó a definirla como un proceso de aprendizaje en donde profesor y alumno son una misma persona; el afamado escritor Gabriel García Márquez la consideraba como el más misterioso y solitario de los oficios humanos; y para el tratadista y consultor gerencial Peter Drucker era el resultado de un trabajo sistemático, del mismo modo que el empresario informático Steve Jobs la consideró una conexión de experiencias sintetizadas en nuevas formas. Estos pocos ejemplos no son al azar sino que provienen, deliberadamente, de personalidades divergentes, con distintas concepciones de la vida, que ocuparon diferentes roles en la sociedad y se relacionaron con la creatividad desde ópticas dispares.

El notable psicoanalista suizo Carl Jung, a partir de exhaustivos estudios, encontró en el impulso creativo –entendido como el impulso de crear arte- un comportamiento compulsivo similar al de los factores instintivos pero diferenciándolo de éstos en que no es común a todos los individuos ni responde a una organización fija e invariablemente heredada. En ese punto de coincidencia –es decir, en la manifestación del impulso creativo como un factor psíquico de naturaleza similar al instinto- alcanzó a distinguir dos modos de creación artística: la psicológica y la visionaria. En el primero de los casos el material proviene de la experiencia personal del creador y los resultados derivan de su facultad para expresar estéticamente esa experiencia. En cambio, la “creación visionaria” parece responder al imaginario colectivo y, por ende, actúa al conjuro de un impulso aparentemente ajeno e incontrolable.

En esa misma línea de pensamiento George Steiner habló, en Gramáticas de la Creación, de “inmediatez inspirada” y forjó una teoría del arte fundada en la concepción del artista como médium; luego, otras investigaciones en la materia determinaron la importancia del juego y lo lúdico en el desarrollo de la creatividad y, finalmente, se arribó a la comprensión de que con el aumento de la fuerza creativa se puede alcanzar un estado de “participación mística” en donde el ego consciente renuncia a favor del ego visionario.

Todo esto es subjetivo, por cierto, pero permite familiarizarnos con las ideas que asocian al impulso creativo con los instintos, a su desarrollo con el juego y al aumento de la fuerza creativa con un estado ritual en donde los impulsos iniciales que devienen del inconsciente se van transformando en formas nuevas e inesperadas.

Una buena parte de lo mencionado en este prólogo asoma de manera sublimada en el nudo conceptual de Niño / Brujo, el notable debut discográfico del baterista y compositor argentino Juan Pablo Carletti.

El alegato estético trazado por el líder de este proyecto –que se completa con las rutilantes presencias del saxofonista Tony Malaby (Tamarindo Trio, Paloma Recio, Tubacello, etc.) y Christopher Hoffman (The Silver Cord Quintet, Company of Selves, Henry Threadgill’s Zooid) en cello- aspira a establecer un hilo conductor que va enhebrando composición e improvisación, la transformación en sonidos de las manifestaciones del inconsciente y la magia derivada de los impulsos lúdicos.

Friedrich Nietzsche afirmaba en Así habló Zaratustra que “las cosas vienen por sí mismas a nosotros, deseosas de transformarse en símbolos”; y esa sentencia, de alguna forma, también toma cuerpo en el título de este álbum mediante una explicita simbología que asocia al “Niño” con el inconsciente y los aspectos lúdicos que se afincan en la matriz del ejercicio improvisador y al “Brujo” con la mágica ritualidad (en analogía con el concepto de “creación visionaria” mencionado por Jung) en la que puede derivar el arte procesual de la música que involucra a la improvisación.

La trayectoria de Juan Pablo Carletti, desde que dejó su Argentina natal para radicarse en Nueva York, ha experimentado un vertiginoso ascenso que lo llevó a compartir proyectos con algunos de los popes de la música creativa de nuestro tiempo tales como Rob Brown, Tony Malaby, Daniel Levin (junto a quien acaba de presentar el álbum a dúo Illusion of Truth), William Parker, Andrew Cyrille, Mat Maneri, Christopher Hoffman, Angélica Sánchez, Michael Attias y Kris Davis, entre otros.

Esa experiencia acumulada por Carletti, sumada a su inalienable vocación creativa y a la calidad de los músicos que lo secundan, hacen de Niño / Brujo una obra que supera, holgadamente, las expectativas depositadas en este trabajo.

El lado A de esta edición limitada en vinilo abre con los hipnóticos trazos exploratorios de Miranda. A partir de ascéticas cadencias y una inasible línea melódica, la pieza evoluciona en un clímax improvisado -más cercano a la implosión reflexiva que a una explosión arrebatada- sin acudir a artilugios innecesarios ni haciendo uso de una retórica grandilocuente.

Ballerina hace centro en una sugestiva melodía y desde allí dibuja un lienzo sonoro que se distingue por el equilibrio de sus proporciones. La habitual expresividad del saxo tenor de Tony Malaby, la calidad de las ideas materializadas en el cello de Christopher Hoffman (aquí alternando pizzicato y arco), las serenas abstracciones de un espacioso intermedio y la re-exposición del motivo original rubricada con delicadeza por Juan Pablo Carletti en glockenspiel, terminan por redondear un relato musical de introspectivo encanto.

Orange expresa un temperamento episódico en donde se van sucediendo distintos planos sonoros que convergen en una catarsis de improvisación que, tras alcanzar su clímax dinámico, se desvanece en un final de tono camerístico.

Las sonoridades que imparte José (tema con el que cierra el Lado A) parecen aposentarse en un lecho estético con aires de réquiem que encuentra en las sobrecogedoras –y comprometidas- exposiciones del cello de Christopher Hoffman y el saxo tenor de Tony Malaby a sus intérpretes más apropiados.

El carácter evanescente, la ausencia de clímax, los tonos largos y un temperamento emparentado al expresionismo abstracto, hacen que el espacioso Folkus remita –sin perder identidad propia- a algunos de los conceptos esbozados otrora por Morton Feldman.

En tanto que el extenso Lateral Thinking (for Edward De Bono) expresa una narrativa aleatoria gobernada por la creación colectiva y que –en este caso- resulta, visiblemente, jerarquizada por la calidad de las ideas de sus intérpretes. En el contexto de una entrega grupal superlativa, sobresale aquí Juan Pablo Carletti, primero con un colorido solo en batería y luego mediante un pasaje en donde ejecuta simultáneamente batería y glockenspiel.

El álbum cierra con los efusivos e inspirados aromas antillanos de El Brujo.

Juan Pablo Carletti, con Niño / Brujo, ha tenido un magnífico debut discográfico en el que elude caminos trillados y expresa una identidad propia.

Y parece haberlo logrado dejando que los impulsos lúdicos guíen el proceso creativo y aceptando el desafío de entregarse a la magia de lo impensado.

 

No fui yo quien escogió la magia. Ella me escogió a mi (Hermann Hesse)

 

Sergio Piccirilli

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