Shakers n’ Bakers: Heart Love
Message from Mother Ann, Everybody’s Movin’, Oh Love of Life!, Deep River, Music is the Healing Force of the Universe, A Man is Like a Tree, Nobody Knows the Trouble I’ve Seen, New Generation, Swing Low Sweet Chariot, Goin’ Home, Heart Love
Músicos:
Jeff Lederer: saxo tenor, flauta
Mary LaRose: voz
Miles Griffith: voz
Jamie Saft: piano, órgano, clavecín eléctrico Baldwin
Chris Lightcap: bajo
Allison Miller: batería
Steven Bernstein: trompeta, trompeta de varas
Kirk Knuffke: corneta
Joe Fiedler: trombón
Lisa Parrott: saxo barítono
Músicos invitados:
Matt Wilson: batería
Heart Love Singers (Amy Cervini, Mary LaRose, Melissa Stylliano, Toni Seawright, Chelsea McLauren): voces
Sello y año: little(i)music, 2018
Calificación: Dame dos
El amor es el anhelo de salir de uno mismo (Charles Baudelaire)
El amor, aunque tiene distintas definiciones e interpretaciones y ha sido abordado desde diferentes perspectivas, expresa el sentimiento de afecto experimentado por una persona hacia otra y se manifiesta como un concepto universal relativo a la afinidad entre los seres humanos que aspira a ofrecer una respuesta definitiva al problema de la existencia.
El concepto de amor también aparece representado como una virtud que engloba todo el afecto, la bondad y la compasión del ser humano mediante acciones dirigidas a los otros basadas en el afecto.
Sin embargo, debemos aceptar que en los tiempos que corren -al conjuro del capitalismo salvaje, la avaricia desenfrenada, el egoísmo exacerbado y la entronización del individualismo- el paradigma del amor ha llegado a equipararse con las condiciones mercantilistas que rigen nuestra sociedad, alentando relaciones artificiales fundadas -en el mejor de los casos– en la satisfacción reciproca o en una mera unión de intereses que pueda ser funcional al engranaje que compone la sociedad de consumo.
Los filósofos franceses Gilles Deleuze y Félix Guattari ya nos advertían, en Anti-Edipo, que el capitalismo produce una perversión del concepto natural del amor ya que sitúa al ser humano como parte de una maquinaria productora que destruye la noción de cuerpo y alma para garantizar “la inmortalidad del sistema”. La instauración de ese perverso arquetipo, según señala Michel Foucault, conduce a reemplazar el amor al otro por el amor al poder y nos lleva “a desear esa misma cosa que nos domina y explota.”
Por ello, hoy más que nunca debe sostenerse y privilegiarse una idea del amor cimentada en los valores esenciales del ser humano porque –como sostenía Erich Fromm– “el amor sólo puede desarrollarse verdaderamente cuando amamos a quienes no necesitamos por un fin egoísta” y, además, porque “sin amor la humanidad no podría existir un día más”.
El amor, justamente, es la inasible presencia que sobrevuela a Heart Love, el nuevo álbum de la agrupación Shakers n’ Bakers liderada por Jeff Lederer.
El experimentado saxofonista, compositor y educador estadounidense Jeff Lederer se ha caracterizado por desarrollar un vasto cuerpo de trabajo que atraviesa las fronteras del jazz, la música latina y la improvisación. En su tránsito artístico se dan cita las consolidadas participaciones en el Matt Wilson Quartet y en los ensambles conducidos por el baterista y percusionista Bobby Sanabria y el trombonista de salsa Jimmy Bosch.
Los intereses musicales de Jeff Lederer también aparecen representados por Honey Ear Trio (banda que completan la baterista Allison Miller y el bajista Rene Hart), el proyecto Los Sazones (con el que reinterpretó Las Cuatro Estaciones de Vivaldi a ritmo de salsa) y los liderazgos del cuarteto Sunwatcher (integrado por Matt Wilson en batería, Buster Williams en bajo y Jamie Saft en piano) y, por supuesto, el ensamble Shakers n’ Bakers.
Esta última formación propone la singular mixtura de jazz moderno con el legado musical de la secta religiosa Sociedad Unida de Creyentes en la Segunda Aparición de Cristo (también llamada Shakers o Shaking Quakers), fundada a finales del XVIII, cuyas canciones -condensadas en el himnario denominado Milenario de Alabanzas– han tenido un influyente lugar en el desarrollo histórico de la música de Estados Unidos.
Shakers n’ Bakers debuta en 2006 con el álbum homónimo, en 2008 publica YFZ (Yearning for Zion) y ahora regresa, tras un prolongado paréntesis discográfico, con el ambicioso Heart Love.
En este nuevo trabajo el ensamble que lidera Jeff Lederer, sin apartarse de su estética fundacional, se aboca a recrear la etapa más polémica y controversial de la obra del legendario Albert Ayler –iniciada en 1968 con New Grass, luego prolongada en Music is the Healing Force of the Universe de 1969 y en su disco póstumo The Last Album de 1971– en la cual esta figura emblemática del free jazz, en sociedad con Mary Maria Parks, se aproxima al formato canción mediante el vocabulario del rhythm and blues y la música soul para ofrecer un alegato con epicentro en los valores del amor universal.
El álbum abre con Message from Mother Ann, pieza que gira en derredor de los textos hallados en un manuscrito original de los Shakers que hablan sobre el poder de la revelación divina manifestado a través de la expresión humana.
A continuación, ofrecen una reinterpretación con intensa frescura y singular expresividad de Everybody’s Movin’ -tema compuesto por Albert Ayler y Mary Maria Parks proveniente del álbum New Grass de 1968- en donde sobresalen el desenfadado aporte vocal de Miles Griffith, los coloridos adornos ofrecidos por Jamie Saft en órgano y las efervescentes apariciones solistas de Lisa Parrott en saxo barítono y Jeff Lederer en saxo tenor.
Luego abrevan en el encanto atemporal de Oh Love of Life!, canción de Ayler y Parks incluida en el disco de 1969 Music is the Healing Force of the Universe. El curso evolutivo de la pieza irá amalgamando la protagónica labor de Mary LaRose en voz líder con las relajadas cadencias que impulsan el bajo de Chris Lightcap y la batería de Allison Miller, un interludio colectivo de temperamento catártico y la festiva exposición de Steven Bernstein en trompeta de varas.
Deep River es una composición que formó parte del álbum póstumo de Albert Ayler titulado Swing Low Sweet Spiritual de 1971, registrado durante una sesión de grabación llevada a cabo en 1964. La lectura ofrecida aquí por Shakers n’ Bakers entrega variedad de matices y una profunda espiritualidad.
La versión de Music is the Healing Force of the Universe (del álbum homónimo de 1969) exuda un visceral lirismo interpretativo en donde tienen especial destaque el estupendo despliegue vocal de Mary LaRose y las encendidas contribuciones de Jeff Lederer en saxo tenor y Jamie Saft en piano.
En la recreación de A Man is Like a Tree (también procedente de Music is the Healing Force of the Universe) confluyen vestigios rítmicos de reggae, vivaces aportes corales de Heart Love Singers, los atinados ornamentos de los vientos y un irreprochable alegato solista por parte de Kirk Knuffke en corneta.
El abordaje del tradicional spiritual Nobody Knows the Trouble I’ve Seen manifiesta un carácter ritual en el que convergen la protagónica labor de Jeff Lederer en saxo tenor, los atinados acentos en escobillas de Allison Miller y la particular sonoridad que Jamie Saft imparte desde el clavecín eléctrico.
Seguidamente sobrevienen una festiva interpretación de New Generation del álbum New Grass de 1968 con destacadas participaciones de Joe Fiedler en trombón, Jamie Saft en órgano y Jeff Lederer en saxo tenor, el imaginativo acercamiento al spiritual estadounidense Swing Low Sweet Chariot (versionado por Albert Ayler en el disco Swing Low Sweet Spiritual) que incluye un vivaz solo de batería a cargo de Matt Wilson y una personal relectura de Goin’ Home, canción de música spiritual que fuera adaptada por Antonín Dvořák para formar parte del segundo movimiento de su célebre Sinfonía No. 9 en mi menor también conocida como Sinfonía del Nuevo Mundo.
El cierra llega con una entusiasta y alegre versión del tema de Albert Ayler y Mary Maria Parks (proveniente de New Grass) que oficia como título del álbum.
Shakers n’ Bakers, en Heart Love, ofrenda una propuesta efervescente, fresca, vivaz y atemporal que permite a los postulados musicales sobre el amor pergeñados por Albert Ayler seguir expresándose con inusitada vitalidad.
Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando (Rabindranath Tagore)
Sergio Piccirilli