Seattle, Tierra De Inspiración
Algunos países o lugares suelen ser rápidamente asociados con algún producto, persona/personaje o peculiaridad en particular; por ejemplo uno asocia a Colombia con el café y otras yerbas, al Caribe con sus playas paradisíacas, a Buenos Aires con el tango y así otros confines.
¿Con qué podría uno asociar a Seattle, estado de Washington, USA?
Con las lluvias, los softwares, el grunge rock del disuelto grupo Nirvana y últimamente el espectacular avance de una pléyade de músicos de vanguardia que se las traen. Algunos de ellos son los bateristas Jim Black y Mike Sarin, los guitarristas Brad Schepik y John Schott, los saxofonistas Andrew D’Angelo, Chris Speed, Briggan Krauss y Andy Laster, y el violinista Eyvind Kang. Y si mencionamos músicos de Seattle, es inevitable referirse al compositor y tecladista Wayne Horvitz.
Este buen hombre es un músico multifacético per se, ha sido líder de la extraordinaria banda jazzera New York Composers Orchestra y miembro del increíble grupo de John Zorn, Naked City. Asimismo ha colaborado con los músicos más destacados de la avant-garde neoyorkina y ha hecho composiciones para el cuarteto de cuerdas The Kronos Quartet, obras para teatro, danza, televisión y otros proyectos multimedia.
Puede sonar ampuloso o hegemónico, aunque no es la intención; pero soslayar como oyente o como programador de música de jazz improvisada la existencia de bandas como Ponga, Zony Mash y el reciente 4+1 Ensemble es perderse (o hacer perder a otros) la posibilidad de disfrutar la magia de varios talentos contemporáneos.
Veamos por qué decimos esto.