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Elysian Fields: Bum Raps & Love Taps

Lions Of the Storm, Set Grass Fire, Sharpening Skills, Duel With Cudgels, Lame Lady Of the Highways, When, Out Of Sea, Bum Raps & Love Taps, We’re In Love.

ElysianMúsicos:
Jennifer Charles: voz
Oren Bloedow: guitarra eléctrica y acústica
James Genus: bajo
Ed Pastorini: teclados
Claude Coleman: batería
Thomas Barlett: piano
Shahzad Ismaily: percusión, guitarra, bajo, samples.
The Alexandria Quartet: Amy Kimball, Hiroke Taguchi (violines) Lara Hicks (viola) y Gare Yelin (cello).

Diluvian, 2005

Calificación: Dáme dos.

Preparemos el babero que llegó el nuevo disco de Elysian Fields. Básicamente, se trata de un dúo (¿pop?) integrado por el matrimonio que componen la inquietante Jennifer Charles y Oren Bloedow (el feliz marido de la inquietante), más músicos invitados. En los diez años de trayectoria que lleva el grupo (recientemente festejados en el Tonic de New York) han contado entre sus filas con el aporte de Marc Ribot, Doug Wieselman, Ben Perowski, James Genus y Jamie Saft, entre otros.
¿Y qué nos ofrecen en este nuevo trabajo?
Para explicarlo mejor citemos a Jennifer Charles: “Este disco es como la relación entre un hombre y una mujer… primero el hombre se siente atraído por ella. Luego aprende a conocerla y la relación se profundiza sin que uno tome conciencia de hasta qué punto se ha vinculado con el otro”.
Y si ella lo dice… mejor no discutir. Tengamos en cuenta lo que recomendaba Napoleón cuando dijo: “Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo.”
Bum Raps & Love Taps es tan seductor como los anteriores pero requiere, de quien lo escucha, una atención más comprometida, aunque sin alterar la atmósfera embriagante y envolvente que caracteriza a Elysian Fields y cuyo protagonista principal es la (¿erótica?) voz de Jennifer Charles.
Es cierto que los primeros temas son de mayor impacto mientras que los siguientes son más lentos y tortuosos. Pero resulta apropiado señalar que en el magnífico predecesor Dreams That Breathe Your Name ocurría algo parecido, ya que también tenía una segunda parte menos evidente y más sugestiva.
El tema de apertura, Lions Of the Storm, es un ejemplo de lo mencionado. Energía, ritmo y una deliberada levedad que lo hace más accesible. Pero esto no debe confundirse de ninguna manera con superficialidad y falta de sustancia.
Este nuevo disco nos permite hallar una línea proclive al down-tempo y temas expuestos a formatos más largos y con mayor exploración que en los trabajos previos de la banda.
Lame Lady Of the Highways es el tema más representativo de ese concepto al lograr un efecto auditivo que nos otorga la sensación de hallar una canción fundida dentro de otra.
En Set the Grass Of Fire podemos encontrar guitarras que evocan a Hendrix en el pasaje de mayor proximidad al rock.
En Duel With Cudgels y en When, también hallamos “toquecitos” de música clásica aportados por el joven pianista Thomas Barlett y reafirmado por  la presencia de las cuerdas del Alexandria Quartet.
En el tema que da título al disco, encontramos rastros de una vieja melodía de la década del ’20 titulada Dark Town Strutters’ Ball. Debe tenerse en cuenta que Bum Raps & Love Taps está dedicado a la memoria de la abuela de Jennifer, quien falleció poco antes de que comenzaran a grabar este disco. Parece que la nona estaba decidida a escribir sus memorias pero sólo pudo llegar al título y la nietita lo utilizó para este tema y también para el nuevo álbum.
Aún en la diversidad de estilos que conviven en Bum Raps & Love Taps, se percibe una unidad conceptual.
Jennifer, como si fuese el Flautista de Hamelin, hace que todos los ratones la sigan cuando expresa: “Nuestra pretensión es no caer en un estilo uniforme… es como hacer el amor de diferentes maneras… por momentos suave y en otros violento…”
Y uno, que es tan débil, termina coincidiendo… dicho esto con respetuosa suavidad y la más absoluta violencia.
Kurt Weill y Brian Wilson representan algunas de las influencias principales que atraviesan a Elysian Fields, aportando algo “negro” en términos de atmósfera y climas, expresionista y grotesco por un lado y una determinada ligereza plena de seducción por el otro.
Este lineamiento también se ve reflejado en el arte del booklet.
La fotografía de Michael Ackerman que aparece en la tapa nos trae una imagen oscura y misteriosa. La del reverso, en cambio, está tomada en un parque de diversiones de New York  en la que Charles aparece con un rifle dispuesta a practicar tiro al blanco, permitiéndonos apreciar en toda su dimensión algunas de sus virtudes extra-musicales… Y como ya sabemos, una figura con buenas curvas siempre ofrece ángulos interesantes. Casi tantos como este disco.
Al final, las dos fotos representan y expresan la dualidad existente en la música del grupo.
En más de una ocasión se ha hablado de la referencia a artistas franceses como Flaubert, Messiaen, Apollinaire y Baudeleire que aparecen, y de diferente manera, en la propuesta de Elysian Fields. Pero ésa no es la razón por la cual este disco se ha editado (hasta ahora) sólo en Francia y a través de un sello propio (Diluvian Records)
Jennifer nos clarifica al respecto: “Estados Unidos es cada vez más capitalista y hay que adaptarse al Mercado para sobrevivir. Por eso funciona de manera injusta… El mundo de las artes se asemeja cada vez más al Mercado laboral… hay menos lugar para los artistas. Por ello es necesario encontrar espacios de resistencia”.
Toda una definición.
Tal vez eso tenga que ver con aquella frase de Picasso: “El arte es una mentira que nos acerca a la verdad”.
Y usted aquí puede encontrar un puñado de canciones orientadas en esa esclarecedora dirección, lo que dadas las circunstancias… no es poca cosa.

Sergio Piccirilli.

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