Pepi Taveira

¿Por qué la elección de la batería?

Ni idea… (risas) Qué sé yo…  me viene de muy chico pero ni idea… porque en mi casa no había músicos. Mi viejo escuchaba, eso sí, a Peterson, el Modern Jazz Quartet, Armstrong, Ellington, también a los Beatles…


Pero nadie te empujó.

No… nada que ver… mi vieja canta pero no de manera profesional (y canta bien). La mía no es una familia de músicos y a mí tocar me pintó solo… tocaba con cacerolas… había unas latas de galletitas Bagley (carcajadas), ésas que tenían un vidrio redondo en el medio…

Para poder ver cuáles eran y pedirle al alamacenero…

Claro… y mi vieja tenía de esas cajas y con 3 ó 4 me armaba la batería. Tenía un Winco con un bafle (o sea, uno) que tenía dos botones: volumen y tono, otra que graves y agudos (risas), dále como podés… y con eso yo me ponía los discos, sobre todo los de los Beatles y tocaba encima pero solo y lo que me parecía. Tenía unos 10 años más o menos…

¿Y de palillos qué usabas?

Cualquier cosa, palos de los árboles, lo que fuera…

Se complicaba con los platillos…

Y… platillos ni tenía… y a los 10 años a mi viejo le pedí una batería. Se quería morir pero no dijo ni "mu". Yo no sabía ni lo que era… nunca había visto una ni de cerca, en fotos nomás y ni idea de cuántos cascos ni nada… (risas) y fuimos a una casa y me compraron una Nucifor que es una pena que la haya vendido…

Bueno, pero para empezar estaba muy bien…

Sí pero esperá, porque era una batería mortal… todo salía del bombo… el tom, el platillo y hasta el tambor… todo estaba enganchado al bombo (risas), un disparate. Tenía un hi-hat y lo que no tenía era la chancha, entonces agarré un canasto que tenía mi vieja para la ropa sucia y usaba eso… después, a los 12, empecé a estudiar con Alberto Alcalá que era un maestro en serio y ahí entonces mi viejo me compró una Caf que era como tener una Ludwig… (risas) y ahora que lo pienso se ve que tenía que ser la batería nomás… aunque el por qué… ni idea… porque de chico también intenté con la guitarra, pero no…

¿Y cuándo tuviste la certeza de que te ibas a dedicar a eso?

En la secundaria. Estaba todo el día con el instrumento y estudiando; y cuando terminé el colegio entré al Conservatorio Nacional, al López Bouchardo y empecé a estudiar percusión clásica.

¿Por qué percusión clásica?

Qué sé yo… es que en esa época no había muchas posibilidades… no había escuela de jazz ni nada, en los '70s creo que Walter (Malosetti) estaba empezando con su primera escuela. Y fui al conservatorio para tener una formación teórica más sólida, yo tocaba de oreja… y me vino muy bien porque en los tres años que estuve me sirvió mucho, pero éramos un montón y de práctica de instrumento teníamos 5 minutos y me cansé.

Mientras tanto vos tocabas ya…

Sí… el primer grupo serio que tuve fue a eso de los 16… estaba Hernán Merlo pero en bajo eléctrico, Guillermo Gregorio (que ahora está en Europa) en saxo, Carlos Miralles en trompeta y la música la escribía y arreglaba Luis Arias, un escritor muy bueno de música contemporánea y comoi eran tipos más grandes, con Hernán aprendimos un montón… teníamos que tocar cosas muy difíciles, Stravinsky, Satie, esas cosas… no era fácil y a mí me vino fenómeno. Antes de eso tuve grupos de rock, de barrio… y en forma paralela (año 1977 más o menos) empezamos a tocar con Gregorio, Merlo, Lastra, que tocaba el barítono, una rareza porque en esa época sólo a él se le pudo ocurrir tocar barítono. Y también estaba Darío Eskenazi en piano, hasta que después se fue Gregorio y quedamos como cuarteto y tocamos un montón. El grupo se llamaba algo así como el Buenos Aires Ensamble, ya ni me acuerdo… y después, en el '83, empecé a tocar con Juan Carlos Cirigliano, también con Merlo, pero era tango y fue una buena experiencia también. Hasta que en el '85 me fui a Berklee.

¿Por qué a Berklee?

Sentía que tenía que estudiar más en serio. Acá había estudiado como podía porque no estaba la cosa tan organizada. Era la época del austral, ¿te acordás? Era como en la época de Menem, el 1 a 1…

No… mejor… era 0,80…

Cierto… valía más todavía… qué desastre… (risas)… vendí todo lo que tenía, cosas que me arrepiento, dos baterías Slingerland tremendas, el auto, un Renault 6… y me quedé allá 4 años. Después me fui a España y me volví en el '90 y me quedé acá hasta el '94. Ahí lo conocí a Walter (Malosetti) y empecé a tocar con él y con Javier; en esa época grabamos All Of Me… 

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