Daniel Ástor Pipi Piazzolla
¿Y el grupo cómo se conforma?
Hay un acordeonista tremendo (Tiit Kalluste), saxo tenor (Villu Veski), contrabajo (Taavo Remmel), cello (Leho Karin), dos guitarras clásicas (Andre Maaker y Oleg Pissarenko) y batería (adivinen quién). Nunca toqué tan bajito en mi vida, prácticamente sin micrófonos. El repertorio es de ellos, salvo algún tema… bueno… ahí puede ser que mi abuelo me haya abierto la puerta; pero si no me veían tocar tampoco me llamaban. Ellos se mueren con mi abuelo pero tampoco me hablan de él. Tal vez no es la música que más me guste tocar; pero el respeto, el profesionalismo y la calidad humana de esos tipos es increíble. Y que el primer día vengan y te digan "no te hagas problema, no te vamos a hablar de Ástor, vos estás acá por vos"…
(El cuarto disco de Escalandrum se grabó entre el 11 y el 13 de febrero en Mandarina Sound por Luis Bacqué quien además, junto a Juan Cruz de Urquiza, fue el encargado de la mezcla. El sexteto actualmente está integrado por el Pipi Piazzolla en batería, Nicolás Guerschberg en piano, Mariano Sívori en contrabajo, Gustavo Musso en saxos soprano y alto, Damián Fogiel en tenor y Martín Pantyrer en clarinete bajo y tenor. La producción ejecutiva es del Pipi y lo edita el sello MDR Records. Incluye originales de Guerschberg -la mayoría-, Fogiel y Sívori y una versión de Escualo, de Ástor.)
Volvamos a Escalandrum. El nuevo disco se llama "Misterioso"; ¿por qué?
Porque además de que el primer tema se llama así, pensamos que la música suena medio "misteriosa". Sale en abril y lo presentamos el 20 en La Trastienda. Después vamos a estar todos los miércoles de mayo en Notorious y todos los fines de semana vamos a estar de gira: Santa Rosa, Castex, Córdoba, Santa Fe, Rosario, Río Cuarto, Neuquén… por suerte tenemos un manager que se encarga de eso y nos olvidamos. Antes, me volvía loco.
¿Qué otras cosas te apasionan?
Ir a ver a River (risas). La verdad… la música y River. Lo que me gusta mucho es ir a ver músicos. Del Quinteto Urbano, por ejemplo, debo haber ido al 90 % de los shows; y tuve la suerte de tocar dos veces con ellos.
¿Qué te cambia el hecho de ser padre?
Es espectacular. Desde que me enteré del embarazo ya tuve otra actitud incluso hacia la música. Te ponés más responsable, te respetás más… ya no es sólo por uno, ¿entendés?
¿Pensaste en algún momento dejar la música?
Una vez, cuando era chico, la pasé muy mal. Fui a reemplazar a mi profesor en un ensayo, me pusieron las partes y no pude leer ni una. Y me dijeron "pibe, te falta, eh…". Casi me muero. Yo estudiaba por partituras pero por ritmos, nunca había visto una "de verdad". Fue terrible. Casi dejo todo.
¿Y qué hubiese pasado?
Y… qué sé yo… mi viejo tenía un restaurante en ese momento y yo era el cajero; tal vez hoy sería dueño de un restaurante…
Independientemente de los gustos ¿a quién ves en la Argentina como personalidades potentes en la música?
A Guillermo Klein, Richard Nant, Juan Cruz de Urquiza… (sonríe) estoy nombrando a todos con los que estoy tocando… me gusta mucho lo de Miguel Tarzia… me parece que se han armado grandes combos, como el de Jerónimo (Carmona) y Carto (Brandán). Me gusta mucho también la actitud que tiene Mariano (Otero) ante la música, siempre va para adelante con mucha convicción, Rodrigo Domínguez… el otro día vi al grupo de Nicolás Sorín y me gustó mucho. Pero así, potente, potente, Guillermo Klein por sobre todo. Después de él, no queda nada.
¿Ya nos olvidamos del latin jazz?
Yo creo que sí.
Hay mucha gente que lo toma como un género menor, ¿coincidís?
No, para nada… todos los géneros tienen sus complicaciones; mucha gente que hoy está tocando jazz moderno puede decir que la época del swing es un género menor y por supuesto que no es así. Yo tuve la suerte de estar dentro del latin jazz mucho tiempo y te puedo asegurar que es muy, pero muy difícil.
¿Estuve?
Estuve.
Y hoy por hoy Escalandrum ¿qué es?
No sé (risas). Es que ahora hay tantos nombres…
Marcelo Morales
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