Piotr Baron y Wadada Leo Smith: Mosca & Smith
Club Tropical de Los Angeles
Jueves 23 de marzo de 2006 – 20:30 hs.
El 23 de marzo y con organización de Cryptonight, tuvo lugar en el Club Tropical un… un… un extraño acontecimiento…
El extraño acontecimiento reunió en un mismo escenario al trompetista Wadada Leo Smith y al saxofonista polaco Piotr Baron (nada de tenor, ni soprano, ni alto, ni barítono… saxo polaco). Fueron de la partida también Darek Oles en bajo acústico y el baterista Mark Farber. En apariencia este proyecto grupal derivará en un disco (no editado aún) en el que se fusiona free jazz con himnos y canciones medievales polacas.
A boca de jarro… pregunto:
¿Cuántos temas hicieron en los noventa minutos que duró el show?
– ¿346 incluyendo los 21 bises?
– ¿18 con un medley de música disco polaca de los ’70?
– ¿Nueve? ¿Cinco?
– ¡No! ¡Dos!
– Sí… ¡dos!
Tal vez para comprobar aquel chiste que dice:
– ¿Cómo cuentan los polacos? Uno, dos, otro, otro, otro…
El nombre de Polonia proviene de la tribu de los polanos (pole: gente que cultiva la tierra). Poblaban la cuenca del río Warta, región que más tarde sería llamada Gran Polonia.
Los jefes de esa tribu pertenecían a la dinastía Plast. Éstos lograron mantener su liderazgo durante años gracias a su gran Plast-icidad.
En el siglo X sometieron a los kulavianos, los mazovianos, los ledzianos, los pomeranos, los visianos y los silesianos. O sea que odiaban a todos los que terminaban en… con esas cuatro letras…
Así, hasta llegar al saxofonista Piotr Baron quien sometería a la audiencia del Club Tropical… (¿los tropicalanos?).
Parece que entre ambos sucesos, Polonia ante el crecimiento de su vecino el imperio germánico, aceptó la protección del Papado fundándose así la primera metrópolis ecclesiástica polaca. Desde aquel momento, la Iglesia Católica Romana se constituyó en un elemento fundamental de la estructura social y política del estado polaco. Eso también propicio un prolífico desarrollo de himnos de iglesia y canciones religiosas…
Creo que del free jazz en el medioevo no se escuchaba mucho… esto no sería obstáculo para que Piotr Baron hiciera una mezcla de ambas corrientes…
El compositor, improvisador, multinstrumentista y trompetista Wadada Leo Smith ha sido un ícono de la música creativa contemporánea durante los últimos treinta años. Su participación en este proyecto no debe sorprender, ya que Smith ha estudiado y profundizado en diversas culturas musicales: música africana, japonesa, de Indonesia, música europea y americana… además de haber creado una teoría musical con un sistema de anotación propio denominado ankhrasmation. Conceptualmente, su teoría expresa que en la improvisación cada ejecutante es una unidad autónoma con un centro independiente que rota de acuerdo a la energía creativa que ejercen cada uno de esos centros.
Allá él… (pensar que la única vez que gane al Senku fue… haciendo trampa).
8:35 PM. Darek Oles (su apellido real ha sufrido horribles mutilaciones… es Oleszkiewicz) hace las veces de maestro de ceremonias y anuncia Awakening, tema que le pertenece…a él.
Una sólida intervención en contrabajo a la que se suma el dúctil Mark Farber en batería, servirá de rampa de lanzamiento del primer cohete polaco en el espacio…El comandante Baron hace un breve solo e invita a Wadada Leo Smith a acercarse… a la partitura. Éste observa el atril como si hubiese hallado un cadáver en la bañera.
Su intervención seguramente está basada en el ankhrasmation y los principios de los centros autónomos rotativos. Incluso podríamos decir que el espacio-tiempo en el que se expresa la energía del centro independiente de cada ejecutante simboliza un conjunto sin alterar la unicidad referencial… pero la verdad es que Smith llegó tarde al show por un accidente en la autopista y no tuvo tiempo de ensayar con el resto de los miembros de la banda. Y se nota.
Es el turno de Piotr Baron (una versión polaca del Tío Lucas). Como corresponde, hace un solo muy loco (¿Addams?). La película parece interesante pero la ausencia de subtítulos dificulta su comprensión. Luego de una breve intervención de Oles, el tema vuelve al principio pero por fortuna, en lugar de repetirlo, reemplazan su desarrollo por un atinado solo de batería.
Han pasado 30 minutos.
La organización hace ingresar a los paramédicos y éstos comprueban que nuestros signos vitales son estables.
Oles toma el micrófono y nos aclara que harán Salve Regina; dice que será el segundo y último tema de la noche.
O el show durará muy poco o el tema durará demasiado…
Cumpliendo una de las Leyes de Murphy… duró demasiado.
Un solo (muy) free en trompeta deriva en un contrapunto entre Smith y Oles. Se suman la batería y el saxo y para nuestra sorpresa logran confluir en un pasaje a puro swing. Esto desemboca en un extenso y preciso solo de Farber. Vuelven los caños. Ahora la batería construye una base afro sobre la que Darek Oles hace un impecable solo en contrabajo.
Se escuchan tibios aplausos, eso comprueba que el público permanence en sus lugares y responde a algunos estímulos básicos.
Darek Oleszkiewicz también es polaco. Desde que se radicó en Los Angeles en 1988, ha tocado con ilustres como Pat Metheny, Brad Mehldau, Uri Caine, Horace Silver y Toshiko Akiyoshi, entre otros.
Misteriosamente, el tema se convierte en un blues. El Tío Lucas ofrece una sorprendentemente sobria intervención en tenor. Es el turno de Wadada Leo Smith. El solo del negro se pierde en el espacio y es tragado por un agujero… del mismo color.
Allí, flotando en el vacío sideral, nos encontramos con un climático solo de Mark Farber (en realidad el solo es de… batería). Bien. Por algo Farber ha sido requerido como sesionista por gente como Steve Swallow, Don Byron, Steve Coleman y Jenny Scheinman.
Ahora un solo del saxo polaco (¡?). Intenso pero algo “sucio”…
¡Je! ¡Je!
Disculpe pero… esto me recordó otro chiste de polacos…
– ¿Cómo se pone un polaco la ropa interior? El lado amarillo para adelante y el marrón hacia atrás…
Recordemos que estamos escuchando en apariencia un intento de combinar el free con himnos medievales de Polonia…
Por lo que ha durado este segundo tema (Salve Regina) siento como si estuviese escuchándolo desde… el medioevo.
Wadada Leo Smith parece dispuesto a superar el accidente sufrido en la autopista y… el posterior sobre el escenario… y lo hace con un solo tremendo.
Me pregunto: ¿por qué justo ahora que nos tenemos que ir?
Una dulce melodía preanuncia el final pero también atrae a Baron, quien con su saxo obtiene algo así como el zumbido de una mosca.
Salve Regina lleva una hora de duración (¿y a nosotros quién nos salva?). La audiencia resistió bastante bien. Sólo se detectaron dos casos de hipotermia y un par en estado cataléptico. Alguien a mi lado, en shock, repite una indescifrable frase en polaco “…Kieslowsky walesa schopennhauer lato polanski chopin deyna wojtyla penderecki” .
Trato de calmarlo con la única palabra en polaco que conozco y le digo “goyeneche, goyeneche”, pero no reacciona.
Finalmente, el público se dispersa al grito de “Basta de realidades, queremos promesas”.
Esa consigna es lógica, ya que el show prometía pero sólo fue…
Una noche de concierto…
Con cierto desconcierto.
Sergio Piccirilli
