Simon Nabatov Octet: A Few Incidences
And That’s All, Kalindov, The Red-haired Man, The Plummeting Old Women, On Equilibrium, An Encounter, The Start Of a Very Nice Summer’s Day, .A Sonet/On Phenomena and Existence, Ivan Ivanych Samovar.
Músicos:
Simon Nabatov: piano
Phil Minton: voz
Frank Gratowski: saxo, clarinete, clarinete bajo, flughelhorn
Nils Wogram: trombón
Ernst Reijseger: cello
Cor Fuhler: keyviolin, electrónicos
Matt Penman: bajo acústico
Michael Sarin: batería
WDR/Leo Records, 2006
Calificación: A la marosca
No es porque las cosas son difíciles que no nos atrevemos, es porque no nos atrevemos que son difíciles (Seneca)
A Few Incidences es el nuevo disco del pianista Simon Nabatov.
No creo que lo más apropiado para describir una obra musical de este tenor sea recurrir a una adjetivación abundante o ceder a la tentación de una profusa calificación sin sentido; por eso sólo me limitaré a decir que este disco es:
Duro, complejo, áspero, inaccesible, enmarañado, laberíntico, diferente, hermético, heterodoxo, impenetrable, deslumbrante, insano, atrapante, inextricable, distinto, intrincado, conmocionante y, también, un poquitito…dificilongo.
La larga tradición cultural rusa nos ha ofrecido artistas de envergadura.
En cine a Pudovkin, Serguei Eisenstein, Alexander Sokurov y Andrej Tarkowsky.
En literatura a Fedor Dostoievsky, Leon Tolstoi y Anton Chejov .
En música a Petrovich Mussorgsky, Nicolai Rimsky-Korsakov y Pyotr Illich Tchaikovsky…
En poesía a Alexander Pushkin, Serguei Esenin y Maximiliam Voloshin…
Y siguen las firmas…
Pero a los rusos no todo les ha salido bien…
El borsch es una espantosa sopa de remolacha con crema que provocan unas irrefrenables ganas de invadir San Petersburgo. Tampoco me gusta la crema rusa y la ensalada ídem.
Ni qué hablar del ruso Sofovich.
Simon Nabatov también es ruso. Estudió en la Escuela Central de Música y en el Conservatorio de Moscú.
En 1979 emigró a New York para continuar sus estudios en el Julliard School of Music. Actualmente vive en Alemania.
Abróchese el cinturón de seguridad que voy a mencionar con quiénes ha tocado: Paul Motian, Misha Mengelberg, Marty Ehrlich, Herb Roberson, Louis Sclavis, David Murray, Mark Dresser, Drew Gress, Han Bennink, Mark Feldman, Billy Hart, Kenny Wheeler y Palito Ortega (descubra el error en la lista mencionada y obtenga importantes premios).
Sus proyectos solistas incluyen apariciones en solo piano, en trío con el baterista Tom Rainey y el bajista Mark Helias, en quinteto con su trío ampliado con Mark Feldman en violín y Herb Robertson en trompeta, en cuarteto con el saxofonista Frank Gratowski, el cantante Phil Minton y el trombonista Nils Wogram.
En mayo editará Steady Now en dueto con Tom Rainey.
En septiembre aparecerá su solo piano Around Brazil.
Y también en este año sale Jazz Limbo, otro dueto, en este caso con Nils Wogram…
En éste, su más reciente trabajo, Nabatov recurre a los textos del poeta ruso Daniel Charms como fuente de inspiración.
No sorprende que A Few Incidences se apropie de la literatura como forma expresiva, ya que en Rusia se lee muchísimo… condición destacable y que enaltece a este pueblo, aún cuando se empeñen en leer en… ruso.
Daniel Charms fue un excéntrico exponente del avant-garde de los años veinte en Leningrado.
Junto a un grupo de escritores experimentales crearon el grupo literario conocido como Oberiu en el que confluían la estética futurista y el formalismo.
Bajo el régimen de Stalin, Charms fue arrestado y exiliado en Kursk. Murió en prisión en 1942. Su obra sería rehabilitada muchos años después, siendo editada en forma completa recién en 1988.
En ella podemos hallar afinidades con el surrealismo francés, con aspectos propios del futurismo y sobre todo una clara asociación a la obra de Franz Kafka.
En A Few Incidences, Nabatov presenta su nuevo ensamble en octeto, conservando el cuarteto del álbum Nature Morte (Phil Minton, Nils Wogram, Frank Gratowski y Nabatov) a los que se suman Matt Penman en contrabajo, Michael Sarin en batería, Ernst Reijseger en cello y Cor Fuhler en un instrumento llamado keyviolin que él mismo inventara en 1997, una especie de violín que se ejecuta como si fuese un teclado y que haría las delicias del grupo de instrumentos informales Les Luthiers.
El disco abre con el extenso And That’s All.
La introducción expresa en términos de metáfora el proceso de verbalización. Los sonidos iniciales, aparentemente inconexos, progresivamente van articulándose hasta obtener una especie de meta-lenguaje. En el enfoque adoptado resulta fundamental la voz de Phil Minton, quien aquí no expresa palabra alguna sino sonidos guturales que actúan en dicho contexto como si se tratase de un instrumento más. El tema gana en intensidad hasta desembocar en un pasaje absolutamente free. Bueno… en todo caso… lo anterior no era hip hop, precisamente.
En los más de quince minutos que dura Kalindov, pasa de todo.
De un cello predominante orientado en dirección a la clásica contemporánea sobre el que ingresa el expresivo relato de Minton, se van incorporando los infinitos matices y colores que aportan al texto los arreglos de Nabatov, otorgándole al tema un carácter casi cinematográfico, pero más cercano al cine de autor de Tarkowsky que a la serie Rocky de y con Sylvester Stallone.
The Red-Haired Man se acerca al burlesque. Decadente, complejo, atrapante. El piano de Nabatov agrega dramatismo e intensidad.
Casi un partido de la Academia.
El breve The Plummeting Old Women nos ofrece un dueto entre la voz de Minton y el piano de Nabatov.
En realidad, más que un dueto es un duelo.
La belleza melódica de On Equilibrium rehúye a la utilización de una matriz narrativa convencional reemplazándola por una estructura de compartimento donde la información creativa pasa de una unidad a otra.
El asimétrico An Encounter conjuga una melodía espasmódica con breves pasajes improvisados… un auténtico licuado de cerebro.
El magnifico The Start Of a Very Nice Summer’s Day es el tema más emparentado con el jazz tradicional, incluyendo referencias a Charles Mingus y Carla Bley. Aquí, Minton canta en un estilo más convencional… bueno… convencional, convencional, ¡no!
En todo caso no espere a Barry Manilow.
A Sonet/On Phenomena and Existence también recorre los caminos del jazz pero aproximándose con énfasis a alguno de sus aspectos en particular, como la riqueza del contrapunto y la libre improvisación.
El cierre es con Ivan Ivanych Samovar, basado en un poema para niños perteneciente a Charms, aquí leído por el actor ruso Sergei Yurskly. Sobre el texto sobrevuelan electrónicos con un alto contenido desestructurante y no exento de humor, lo que nos deja una sensación más amable e inocente de quien fuera un poeta maldito, perseguido y por años injustamente olvidado.
En A Few Incidences, Nabatov se reserva un rol en apariencia secundario, por lo menos como pianista, pero resulta fundamental para establecer la continuidad entre los multiples elementos que integran sus composiciones.
Este disco requiere, de quien lo escucha, una actitud comprometida.
Aún aceptando ese compromiso, el proceso posterior será arduo y de resultado incierto. Pero vale la pena el esfuerzo.
Nabatov es un emigrante del régimen soviético. En él se expresa la desintegración cadavérica de la emigración y el renacimiento de la creatividad con un sentido tan deslumbrante como cínico y burlón.
Se me ocurre pensar que esas características instaladas en el inconciente colectivo ruso (y también expresadas en la obra de Nabatov) le otorgan inmunidad al alma de un pueblo acostumbrado al sufrimiento y la opresión.
Los rusos acostumbran utilizar una frase que dice “No puedes entender a Rusia con tu mente”.
Si es así, pruebe con la de Simon Nabatov.
Sergio Piccirilli
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