Discos / DVD's

Ben Allison: Cowboy Justice

Tricky Dick, Talking Heads, Hey Man, Emergency, Midnight Cowboy, Tricky Rides Again, Weazy, Ruby’s Roundabout, Blabbermouth

Músicos:
Ben Allison: bajo acústico, guitarra acústica
Ron Horton: trompeta, flugelhorn
Steve Cardenas: guitarra eléctrica, guitarra acústica
Jeff Ballard: batería
Palmetto, 2006

Calificación: Está bien

Personas que son realmente muy extrañas pueden asumir posiciones claves y provocar un terrible impacto en la historia.
(George Bush – 31 de enero de 2003)

Ben Allison está enojado. Y no es el único.
Su nuevo trabajo, Cowboy Justice, expresa sutilmente (o no tanto) su rechazo a las políticas implementadas por la administración Bush.
En el ámbito de la cultura, el entretenimiento y en el mundillo artístico han surgido en los últimos años múltiples reacciones en ese sentido.
Así es como podemos hallar una literatura terapéutica denominada Bushbashing (golpear a Bush), cuyos títulos son por demás elocuentes: “Fraude, desertor, cruel e inusual” o “Las grandes mentiras de Bush” o “El cerebro de Bush” o “Bushismos”.
También desde el ámbito del teatro se escuchan voces que reflejen el sentir de la sociedad…
En el pórtico de la iglesia de St. Mark se representó Vomitorium, una escenificación del Imperio Romano que incluye un vómito colectivo bajo la consigna “cuatro guerras más”.
Millonarios por Bush es un grupo con filiales en más de 75 ciudades de los Estados Unidos, una organización de falsos millonarios que profesan el amor al dinero y el desprecio a todo lo demás, como resultado de las políticas de Bush…
Los miembros del Ejército clandestino de payasos insurgentes prometen emular estos días las hazañas bélicas de Bush ataviados como el presidente cuando aterrizó en el portaaviones con carteles de “misión cumplida”.
Desde Texas han llegado los travestis de Missile Dick Chicks agitando sus enormes penes inflables con aspecto de misil.
Después de todo… qué otro tipo de reacciones puede llegar a generar alguien que expresa sentencias como:
Nuestros enemigos son innovadores e ingeniosos y nosotros también. Nunca dejan de pensar en nuevos métodos para perjudicar a nuestro país y a nuestro pueblo. Nosotros tampoco.
(George Bush – 6 de agosto de 2004)

Cuesta imaginarse a Ben Allison enojado… pero lo está.
Tan correctito que parecía…
Es como si el abanderado llegara un día enfundado en una remera con la cara del Che Guevara y propusiera la toma de la escuela.
Posiblemente el primer día no lo logre, pero con el tiempo…
Ben Allison lleva editados seis discos como líder: Seven Arrow en 1996, Medicine Wheel de 1998, Third Eye en 1999, Riding the Nuclear Tiger en 2001. En el 2002 hizo lo propio con Peace Pipe y en el 2004, Buzz.
Su nuevo trabajo, Cowboy Justice, presenta matices que lo convierten en un proyecto diferente dentro de su carrera, tanto por su leve aproximación al rock, como por la utilización de una estructura instrumental más reducida y limitada que en sus anteriores trabajos.
La voz protagónica es la trompeta de Ron Horton, sobre la que giran los demás instrumentos. Pero en la estructura de sonidos diseñada por Allison, resulta capital la inclusión de guitarra eléctrica, aquí a cargo de Steve Cardenas.

A esto debemos sumarle su enojo…
No… el suyo, no… el de él.
¡Bah! ¡Y el suyo tambien!
Y el mío… y el de todos.
Cowboy Justice inicia con Tricky Dick.
Su título está inspirado en las mentiras manipuladoras de Dick Cheny, vicepresidente de Bush.
Nos referimos al mismo personaje que en un “accidente” de caza confundió a su abogado con un pájaro…
¿O fue al revés?
Con semejante puntería, ahora logramos explicarnos por qué no dan en el blanco con Bin Laden… (si al menos tuviera plumas).
Ese “accidente” fue atribuido a fallas de inteligencia militar.
Y como sentenciara Groucho Marx:
“¿Inteligencia Militar? ¡Son términos contradictorios!”
En realidad, Tricky Dick fue el apelativo que se le otorgó a Nixon durante el conflicto conocido con el nombre de Watergate y que derivara en su renuncia como Presidente.
En el booklet que acompaña al disco, Ben Allison deja en claro que aquel episodio (Watergate) fue mucho más benigno que lo que ocurre en la actualidad…
Indiscutiblemente, tiene razón.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *