Por Los Codos

Ernesto Jodos

¿Se te cruzó por la cabeza alguna vez un “ahora habría que cambiar” o “estaría bueno meter una baladita”?

Sí… (y se ríe; mucho…).

Estás en muchos proyectos, permanentemente. ¿Cuál te acomoda más?

Actualmente, al que menos tiempo le estoy dedicando, que lo tengo pensado a largo plazo y con el que tocamos cada tanto, que es el cuarteto con Sergio Verdinelli (batería), Hernán Merlo (contrabajo) y Carlos Lastra (saxos). Me di cuenta que el cuarteto es una buena formación para que se escuchen y entiendan ciertas cosas que suceden porque siempre hay diferencias tímbricas, lo que hace que ciertas… digamos… complejidades, se aprecien mucho más con el cuarteto que con el trío. Y por otro lado, es un formato chico que me resulta cómodo. Ya un quinteto empieza a ser restrictivo para lo que quiero tocar ahora. A mayor cantidad de gente, menos libertad individual.

Justamente… el agregado de un caño, ¿no limita tu…?

Me quita muy poco pero me agrega claridad cuando uno quiere tocar estructuras más complejas y también me agrega una especie de arenga de otro solista que está tocando; una suerte de sana competencia, a lo que no le escapo. A mí me gusta mucho tocar con músicos que son mejores que yo… y tratar de tocar mejor que ellos.

¿Cómo determinás que un músico es mejor que vos o que está tocando mejor… más aún cuando se trata de instrumentos distintos?

Y… cuando todo lo que toca es claro, es musicalmente interesante… es algo que se percibe….

La música para el cuarteto es toda original…

Sí, está escrita la mayoría para ese formato. También estamos tocando en trío, sin Lastra o a veces con Carto (Brandán) en lugar de Sergio (Verdinelli). También está lo de los dos pianos con Gandini que es muy difícil de vender porque dos pianos no hay en ningún lado… así que por ahora tocamos en el ND/Ateneo y en Rosario; y ahora estamos yendo a Río Cuarto (Córdoba). Se está dando más que toquemos en el interior del país.

¿Es más fácil conseguir lugares con dos pianos en el interior que en Buenos Aires?

Y… porque en algún teatro más o menos grande o en alguna sala municipal es más fácil que pueda haber dos pianos.

La charla sigue desarrollándose a mucha velocidad y eso que por el momento nadie nos corre con el tiempo. En el toma y daca, Jodos se refiere a cómo surgió esta sociedad musical con Gerardo Gandini.

Yo grabé un solo piano para el sello Blue Art y Gandini también había editado por el mismo sello su “Postangos en vivo”; a Vargas (responsable de Blue Art), se le ocurrió que Gandini podía tocar un poco antes de mi presentación del disco, una especie de “telonero de luxe”. Y yo lo conocí el día del primer concierto. En la previa fuimos a un bar, hablamos un montón y después él hizo lo suyo, yo lo mío y terminamos tocando algo a cuatro manos. después viajamos mucho al interior presentándonos de esa manera: solo piano mitad y mitad y luego algo a cuatro manos. Y siempre decíamos que íbamos a hacer un disco a dos pianos y al final lo hicimos.

Gandini¿Cómo funcionó la unión, quién llevó la voz cantante…?

Bueno… vos escuchaste el disco, ¿qué escuchaste?

Disculpe señor pero acá las preguntas las hago yo (risas). Digo… son dos solistas de diferente extracción, que manejan lenguajes diferentes (al menos en apariencia)… ¿cuál fue el nexo vinculante?

El amor y el respeto que tiene Gerardo por la música de jazz, especialmente por los “grandes” como Mingus, Parker, Monk, Bill Evans… conoce mucho esa música y él es un improvisador. Es un compositor que toca el piano; o un pianista que compone… por ende, puede ser un improvisador y, de hecho, lo es. No dentro del lenguaje del jazz, al menos todo el tiempo; y yo tengo también un gran amor y respeto por la tradición musical escrita. Yo soy pianista y la he tocado para estudiarla y la sigo estudiando, al menos ciertas cosas del siglo XX. El repertorio lo elegimos entre los dos. En algunos momentos concordamos y en otros no y creo que eso quedó reflejado en el disco. En esos contrastes creo que está la “gracia” del disco.

¿Cómo determina un oyente qué está tocando uno y qué está tocando el otro?

Porque uno sale por el canal izquierdo y el otro por el…

Ya sé eso… me refiero a si vos creés que el oyente logra identificar, por sonido, quién está tocando qué cosa…

Ah… creo que no. Hay como una simbiosis y también hay contrastes.

Y con los parlantes identificados, ¿creés que para el oyente es fácil determinar quién es el jazzista y quién el tanguero?

Se le va a complicar, en principio, porque Gandini no es un tanguero. Es un pianista de clásica contemporánea; no es un pianista de tango, jamás lo fue.

Bueno… ha estado tocando tangos en los últimos años…

Pero no… tangos… él nunca tocó en grupo u orquesta de tango; lo más parecido a eso fue el período con Piazzolla que no era una orquesta de tango…

¿Y qué era entonces?

Música de Buenos Aires. Quizás tenía mucho que ver con el tango, pero… ojo que acá estoy prácticamente hablando con las palabras de Gerardo, eh… él nunca tocó tango antes de tocar con Piazzolla; conoce el repertorio por haberlo escuchado, pero los toca de una manera que cualquier tanguero ortodoxo lo mataría… (risas); entonces, lo que se escucha es a dos pianistas que tienen sus propios conceptos improvisatorios; uno, viniendo de la clásica contemporánea y el otro, del jazz. Y ambos tomamos cosas del otro.

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