Matt Wilson
¿Cuándo empezaste a tomar clases con Dr. J.C. Combs?
Fui a un simposio de percusión de Ludwig en el verano de 1981. Dr. Combs estaba enseñando allí junto a grandes como Alan Dawson, Carmine Appice… Estar ahí con todos esos tipos rodeados de accesorios de percusión fue increíble. Él (refiriéndose a Dr. Combs) no era de los grandes nombres pero todos querían tomar sus clases porque era divertido y sus ideas eran prácticas, expeditivas y convincentes. Dr. Combs, en esa ocasión, vino con el ensamble percusivo de la Universidad Estatal de Wichita y fueron un “hit”. Tocaron esas piezas salvajemente… Eran hilarantes, copados e increíblemente musicales. Sabía que detrás de este tipo había algo mas y busqué estar cerca de él. Así que seguí sus pasos e ingresé en la Universidad de Wichita. Estoy tan feliz de haber ido a estudiar allí… Era un escuela de música, no de jazz, aunque frecuentemente se desarrollaban programas de jazz. Fue una experiencia única.
¿Cuál fue la mejor lección que aprendiste de él?
Creo que el concepto “si lo construís, ellos vendrán…” Hacé lo tuyo honestamente, de la mejor forma posible y ofrecelo a la gente de tal manera que se sientan invitados a participar. Él también institucionalizó en mí un espíritu emprendedor… Algo así como: “salí y hacelo que nadie va a hacer el trabajo por vos”. Creo que fue el primero que me motivó en el sentido de darle lo mío a la gente.
Después te mudaste a Boston…
Boston fue en donde gané experiencia y logré que, ante mis ojos, la música adquiriese un concepto de libre expresividad. Toqué con tipos que me dieron vuelta, haciendo free, tocando funk o cualquier otra cosa y eso me dio la visión general del cuadro. Aprendí un montón sobre la historia del jazz tanto de mis amigos de la Either Orchestra como de Charlie Kohlhase. También grabe y salí de gira con ambos durante bastante tiempo (se refiere a la Either Orchestra y al quinteto de Kohlhase). Y todavía mantengo una gran relación con esos tipos y sigo tocando con ellos.
Después de eso te fuiste a New York… ¿En ese momento sentiste que estabas saltando a la principal escena musical del mundo?
No… de ninguna manera. Siempre hago lo mejor que puedo para seguir siendo un “sin escena” (risas). Prefiero la experiencia con el músico en sí y no con la escena con la que supuestamente está asociado. Amo tocar con Wynton Marsalis. Amo estar tocando con John Zorn. Ambos son grandes a su manera. La música es sonido y no palabras describiendo el sonido.
Hace algún tiempo Bobby Previte me dijo: “La música del downtown es una moda y tarde o temprano se volverá irrelevante”. ¿Estás de acuerdo con el concepto?
Seguro, Bobby es muy listo. Aunque no pueda afirmar si él quiso referirse a la música o al contexto… Pero por alguna razón, seguramente valedera, siendo pionero de esa escena se fue alejando de ese territorio paulatinamente. Él es un pensador de avanzada además de un músico brillante. Sí puedo asegurarte que Bobby, como todo innovador al igual que sus pares de ese período, no sabían en aquel momento que estaban haciendo algo que terminaría convirtiéndose en una escena en particular. Ellos sólo tocaban, componían música y exploraban juntos.
¿Y qué piensa un “sin escena” como vos de aquella frase de Frank Zappa que dice “El jazz no está muerto pero huele gracioso”?
Siempre olió un poquito raro… (risas). A veces los músicos huelen gracioso especialmente después de muchos días de gira… (más risas)
¿Cuánto tiempo le dedicás a la batería?
De un tiempo a esta parte un poco más que antes. Sobre todo desde que los chicos están en la escuela. He estado divirtiéndome mucho practicando con el redoblante haciendo rulos… A veces es necesario repasar el abecedario (risas). Me encanta tener tiempo para tocar y en especial darme la oportunidad de “escuchar” el instrumento. También estuve dedicándome a tocar simples grooves sin cambios por un período de tiempo prolongado, buscando experimentar y permitiéndome “sentir” el sonido.
¿Qué equipo estas usando actualmente?
Cimbales y palillos Zildjian, una batería Pearl y parches Remo.
Tu set es bastante simple. ¿Has pensado ampliarlo?
No, demasiada “cosa” me asusta (risas). Amo obtener mucho con poco. He estado utilizando un tercer cimbal. Cada vez más y más… Quizás cuando cumpla cincuenta agregue otro tambor… (suelta la carcajada)
¿Preferís un peso determinado en los palillos?
Me gusta el de John Riley Zildjian. Él es un baterista maravilloso y una gran persona que además ha diseñado una batería fabulosa, especialmente los palillos.
Decime algo sobre la afinación de los tambores…
Los afino por su lado mas agudo, de tal forma que parezcan estar apartados de los otros instrumentos. Solo trato de ser tan amistoso con la batería como sea posible. Me gusta que la batería suene bien especialmente el bombo.
¿Y cómo ves el futuro de la batería?
Miro dentro de la bola de cristal… (risas) y veo baterías que se arman solas y desarman de la misma manera. Quizás se carguen a sí mismas en el auto… ¿Será eso posible o no?
Depende… ¿Tu bola de cristal tiene garantía? (risas) ¿Te preparás de alguna forma especial antes de tocar? ¿O sólo hacés lo que decía Buddy Rich: “Usualmente saco mis manos de los bolsillos”?
(Risas) No. Sólo toco. Hago estiramientos durante el día. Hago yoga. A veces también saco las manos de mis bolsillos…