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Nigel Kennedy: Blue Note Sessions

Midnight Blue, Sudel, Maybe In Your Dreams, Sunshine Alley, Nearly, Expansions, Stranger In a Stranger Land, Song For My Father, After the Rain, I Almost Lost My Mind, Song For World Forgiveness.


Músicos:
Nigel Kennedy: violín
Ron Carter: bajo
Jack DeJohnette: batería
Joe Lovano, J.D. Allen: saxo tenor
Kenny Werner: piano
Lucky Peterson: órgano Hammond B-3
Daniel Sadownick: percusión
Raul Midón: guitarra acústica y voz

Blue Note, 2006

Calificación: Ni en un virgen

Impresionante, verdaderamente impresionante.
El violinista clásico Nigel Kennedy nació en Brighton, Inglaterra, el 28 de diciembre de 1956.
Comenzó sus estudios de violín a los 5 años; luego se transformó en una suerte de protegido de Yehudi Menuhin (Kennedy estudió en la Yehudi Menuhin School inglesa). Ya en New York, lo hizo en la Juilliard School. Debutó en escena en 1977 interpretando a Mendelssohn. Su primera grabación del Violin Concerto de Elgar en 1985 fue un suceso extraordinario: llegó al disco de oro (vendió más de 300.000 copias), la revista Gramophone Concerto lo distinguió como mejor álbum del año y también obtuvo el Premio BPI. Sus grabaciones de los conciertos para violín de Bach y Beethoven vendieron más de 100.000 copias cada uno. Y, para completar parcialmente el cuadro, su grabación de Las Cuatro Estaciones, de Vivaldi, entró al libro Guinness por ser el disco clásico más vendido de la historia: más de 2.000.000 de CD’s (sí… leyó bien… dos millones).
También se metió con Tchaikovsky, Bartók, Brahms, Berg, Debussy, Ravel y tantos otros…
Y siempre con un tremendo suceso.

Se hizo un corte punk, lo que trajo no pocas reacciones y también tuvo su período sabático: entre 1992 y 1997 decidió desaparecer de la escena musical.
Más tarde, editó The Kennedy Experience, un álbum basado en composiciones de Jimi Hendrix; pero su sello, EMI no quiso editarlo y entonces apareció en escena la compañía Sony.
Tal vez para enmendar el error, probablemente porque las oficinas del sello de jazz Blue Note quedan tan cerca de EMI que le pertenecen, no quisieron quedar afuera del proyecto que nos ocupa.

Por eso decidieron darle la oportunidad a algunos músicos novatos que, al grabar con Kennedy, seguramente darían un salto importante en su carrera.
Los infantes seleccionados (maginamos una suerte de Reality con nominados, seleccionados, ganadores, perdedores, sonrisas y, por supuesto, mucho llanto) fueron los debutantes Jack DeJohnette, Ron Carter, Joe LovanoKennyWerner… esteeee… qué raro… me suenan tanto estos nombres… esperen que consulto… ah… olvídense de lo escrito… no… todo no… simplemente desde “Impresionante”.
Ahora sí. La gente del sello Blue Note decidió que Nigel Kennedy fuera el primer violinista clásico en grabar para su sello, que forma parte de EMI.
Para tentarlo, convocaron a figuras establecidas en el ambiente jazzístico internacional como Jack DeJohnette, Ron Carter, Joe Lovano, Kenny Werner, etc. Y también habrán puesto una fortuna en dolaretes para que el proyecto llegara a término.
Generalmente estos emprendimientos, artísticamente, no funcionan. Veremos qué ha pasado con éste.

(Morales escuchando)
Ajá.
(Morales sigue escuchando).

Primero informemos; hay dos originales de Kennedy, aportes de algunos de los músicos, una composición de Horace Silver, dos de Duke Pearson… y así.
Hay un trío base que toca en todos los tracks: Kennedy, Carter y DeJohnette; en las teclas se alternan Werner al piano y Lucky Peterson en órgano, haciendo “la gran toilette”, esto es: entra uno cuando sale el otro. Nos preguntamos qué hace aquí el percusionista Daniel Sadownick; y sospechamos que también él estará preguntándoselo. Lovano se entromete en 4 temas…
Estoy dándole muchas vueltas a la cuestión.
No sé cómo decir lo que no sé cómo decir.
Nos hemos tomado el trabajo de escucharlo a Kennedy en su metier; y el tipo es realmente notable, no (me) quedan dudas de ello. Tal vez resulte un personaje mediático, es cierto. Pero que toca… toca. Casi un prodigio, vea.
Antes de proseguir, le cuento que el violinista optó por un disco de jazz con mucho groove; de ahí la presencia de Lucky Peterson, Sadownick y, por supuesto, DeJohnette.
Dije que optó, no que le saliera bien.
Sigo dando vueltas…
Mejor vayamos sintetizando.

El disco suena forzado, poco creíble, cercano al smooth jazz, con músicos que anotarán esta intervención en sus currículums pero con letra chica. Hay momentos decididamente flojos, bellos temas desperdiciados injustamente y el compromiso de los músicos es más bien escaso.
Pero no todo es oscuro.
La participación del guitarrista acústico y cantante Raul Midón en el Expansions, de Lonnie Smith es negro azabache. Un verdadero papelón. Una falta de respeto. Un bodrio impresentable. Un descarte del descarte.
Y me pregunto, ingenuamente, el por qué y el para qué de este disco.
También el para quién.
Ya sé… ya sé… por eso unas líneas arriba puse “ingenuamente”.
Blue Note Sessions es un disco de un violinista clásico haciendo jazz.
Proponemos otras alternativas a futuro:
Keith Jarrett: The Chillout Experience.
Peter Gabriel: Reversiones de temas budistas del siglo XVIII.
Spinetta: Tango Electrónico – The Connection
Martha Argerich: The Chamamé Maceta Solo Piano Sessions.
Luis Miguel: Canto Gregoriano Meets Mariachi.
Marcelo Morales: Biografía a capella de Nigel Kennedy.
Después no digan que no tiramos ideas.

Marcelo Morales

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