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Carla Bozulich: Evangelista

Evangelista Pt.1, Steel Away, How to Survive Being Hit by Lightning, Inside Steps, Baby that’s the Creeps, Pissing, Prince Of the World, Nel’s Box, Evangelista Pt. 2

Músicos:
Carla Bozulich: voz, guitarra, loops, sampler
Jessica Moss: violín
Gen Heistek: viola
Thierry Amar: contrabajo
Shahzad Ismally: batería
Ezra Buchla: mandolina
Nadia Moss: órgano, piano
Beckei Foon: cello

Constellation, 2006

Calificación: A la marosca

El arte en términos de finalidad estética no tiene por qué agradar.
También son fines estéticos el desagrado y la reflexión intelectual.(Trotz)

Los conceptos de arte y estética están interrelacionados, ya que el arte es concebido para ser contemplado y por lo tanto está sujeto al análisis estético. El enfoque tradicional que entrelaza la estética con la belleza ha sido superado por otro más exhaustivo y racional que se nutre en fuentes estructurales basadas en la información. Una especie de arte-comunicacional con capacidad para ser decodificado y analizado y cuyo resultado se transforma, en sí mismo, en una finalidad estética.
Ya nadie duda… ¿o sí? ¿Tal vez? No sé… quizás…
Ya… casi nadie duda que en el campo musical esa finalidad excede los límites de las normas de melodía, armonía y ritmo.
La búsqueda de una expresión artística debe responder a la necesidad interior de su creador sin importar la valoración estética que se haga de su obra ni la implícita aceptación de límites formales o su rechazo directo mediante la libre exploración.
Que un compositor necesite una orquesta de 158 músicos, un coro de 243 voces y más de 10.000 extras o que su obra sea tan extensa que para arrastrar la partitura haga falta un tractor, no garantiza que tenga una irrefrenable necesidad artística y mucho menos algo importante para decir. En cambio una colección de chirridos de puertas o grabaciones de sonidos de fábricas del conurbano bonaerense, pero surgidas desde el alma del artista, aun cuando en apariencia generen desagrado, pueden tener mayor impacto estético e intelectual. Y lo afirmo con la convicción que me otorga el sacrificio realizado por saber cada vez más y más sobre menos y menos, tanto que ya lo sé absolutamente todo… de nada.
Estoy seguro de que usted terminará coincidiendo conmigo… aunque tal vez se esté preguntando por qué le cuento todo esto…
En verdad, también me lo pregunto. ¿Vio que finalmente coincidimos?
Esta introducción, dicho con todo respeto y/o delicadeza, viene a cuento de Evangelista, el último trabajo como solista de Carla Bozulich.

Evangelista es un disco intenso, oscuro e intrigante que no busca agradar y que hasta en ciertos pasajes desagrada; pero, a la vez, termina atrapando y seduciendo. Envolviéndonos como una araña en su tela de… de… del mismo nombre.
Desde su título, esta obra nos remite inmediatamente al terreno teológico, ya que en origen la palabra evangelista se utilizó para denominar a quienes escribieron el libro que contiene la doctrina de Jesucristo. Pero el término evangelio también se aplica en sentido figurado para definir a toda aquella verdad que se considera indiscutible. Según parece, el enfoque de Bozulich tiene más que ver con esto último que con lo anterior, ya que intenta otorgarle un carácter de indiscutible veracidad a su obra al referirse a ella como “algo con lo que pueda abrir el pecho, sacar lo que hay adentro y cambiar su forma”.
La zigzagueante trayectoria de esta cantante y compositora de Los Angeles incluye su participación a dúo con Nels Cline en Scarnella (la denominación de la banda es un anagrama de los nombres de ambos), su aproximación al post-punk con Neon Vein, rock industrial con Ethyl Meatplow y también country alternativo con Geraldine Fibbers (que también integrara el guitarrista Nels Cline).
Con el recuerdo presente de Red Headed Stranger, en el que reinterpretaba con acidez a un ícono de la música country como Willie Nelson, nos llega esta obra en la que profundiza su proyección experimental combinando el uso de ruidos y loops con una voz dúctil, potente y con matices escalofriantes. Para obtener su sonido, se rodeó de miembros de bandas como Godspeed You!, Black Emperor o Black Ox Orkestar, la producción del veterano Shahzad Ismally y el apoyo del sello canadiense Constellation.

El disco abre con Evangelista Pt.1. Un órgano litúrgico y densas texturas son atravesados por el sonido producido por alguien golpeando con vehemencia una puerta a la vez que un sampler dispara un sermón de 1936 del pastor Elder Otis Reding. La voz de Bozulich, en primer plano, combina súplicas, alaridos y exhalaciones mientras las cuerdas definen el espacio sin sucumbir al caos, pero bordeándolo con emociones desesperadas y alucinada expresividad. Un encuentro paranormal entre ciencia y misticismo que convierte a esta cantante en una especie de eslabón perdido en algún punto entre Diamanda Galas, Peter Hammill y Ani Di Franco.
Advertencia: si escucha este tema de noche, le recomiendo que cierre bien las puertas y que en ningún momento suelte la mano de su mama.
Una intro en cello da lugar a la calma del tema tradicional Steal Away. El órgano construye la base para que la voz de Carla Bozulich recurra al estilo antifonal utilizado por la asamblea orante durante los salmos, pero asimilando el uso de la plástica en la coloración de las palabras.
En How to Survive Being Hit by Lightning Dist, una cascada de sonidos de estática actúa como preludio al tiempo que la voz quebrada e indefensa de Bozulich recurre a una pluralidad de técnicas vocales, explorando formas y su combinación en silabas. Adoptando sobresaltos de registro, timbres nasales y guturales, gritos y gemidos, frisando lo experimental pero a la vez con un emocionante lirismo.

El breve instrumental Inside Steps, con sus dispersos sonidos de carácter cacofónico, abreva en las fuentes de la música ambient.
La caótica Baby That’s the Creeps es un proceso catártico de tormentosa severidad. La valoración del silencio y el principio de aleatoriedad son contribuciones esenciales en el ámbito estético no sólo musical y Bozulich asimila el concepto para enriquecer la expresividad visual de su propuesta. Si luego de escuchar este tema su cabeza ha girado 180 grados y comienza a despedir una sustancia sospechosa por vías aéreas respiratorias, le sugiero que tome el teléfono y llame al 0-800-CUCO. Allí encontrará un servicio gratuito de exorcismos a domicilio.
Pissing se orienta al country alternativo pero con la intensidad y texturas propias de la música de cámara.
Prince Of the World es uno de los pocos temas de este disco en que la melodía se impone aunque su estructura poco convencional le otorga un carácter de introspección.
En Nel’s Box hallamos el tic tac de un reloj, texturas de cuerdas superpuestas en forma poco ortodoxa y una voz al estilo de la música sacra, lo que constituye una autentica revolución formal y con un punto de vista narrativo múltiple y de atmósfera misteriosa.

Evangelista es un disco potente, apasionado, raro, arriesgado y difícil de asimilar. Desentrañarlo exige un riguroso compromiso, mucha atención y paciencia. Pero si uno logra armar con inteligencia las piezas de este rompecabezas creativo, además de maravillarse descubrirá que muchos de los proyectos supuestamente renovadores, carecen de ambición, riesgo y compromiso.
Y ése será uno de los principales logros de la tarea “evangélica” desarrollada por Carla Bozulich en este disco.

Sergio Piccirilli

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