El Ojo Tuerto

¿Quieres Ser Ry Cooder?: Raíces Del Son

Calles de Trinidad – Sancti Spíritus – Cuba
Jueves 15 de Febrero de 2007 – 9:00 hs. (AM y PM)

Trinidad City - MapaLuego de la revolución liderada por Castro, la desaparición de la U.R.S.S. como puntal comunista en el mundo y del bloqueo feroz al que los E.E.U.U. han sometido (y siguen haciéndolo) contra Cuba, podría decirse que hoy las fuentes más altas de ingreso para el gobierno cubano son la medicina y el turismo.
Cuba exporta médicos, por ejemplo. Recibe por ello una alta suma, de la cual un porcentaje (bastante escaso, por cierto) va a los galenos.
Hasta hace poco tiempo, la cantidad de visitantes en Cuba era prácticamente inexistente, al menos como un fenómeno importante que produjera ingreso de divisas. Esto ha cambiado y mucho en los últimos años. Los bajos salarios (y vivir en Cuba no es barato, ni mucho menos) y las difíciles condiciones en las que ha quedado la isla luego de lo apuntado, han hecho que muchos cubanos se volcaran a cuestiones turísticas; en la mayoría de los casos, sin la preparación adecuada, suplida generalmente por la natural predisposición de los caribeños.
TrinidadEs un fuerte impacto el contraste entre las humildes casas de los residentes con los fastuosos hoteles 5 estrellas que tranquilamente pueden costar entre 200 y 300 euros la noche.
Usted se preguntará qué ventajas tiene para los cubanos dedicarse al turismo. Y si no se lo va a preguntar, se lo contesto de antemano y sanseacabó.

El salario más alto, para los trabajadores, es el de la policía: unos 35 dólares mensuales. En la escala siguen los recolectores de residuos, a 30. De ahí en más, ya sean médicos, ingenieros, docentes, taxistas, verduleros o bancarios, el sueldo mensual oscila entre los 15 y los 20 dólares.
Ningún cubano puede sobrevivir ni mínimamente con ese dinero.
Todos, entonces, deben utilizar el ingenio y algo más. Y donde más chances hay de recaudar alguna moneda extra, es en el turismo. Que lo hay y mucho hoy por hoy.
Hotel 5 estrellas - CubaLas maneras pueden ser infinitas: manejar autos particulares como taxis, dar serenatas por las calles, ofrecerse como guía callejero, vender artesanías o bien emplearse en hoteles o restaurantes a los que los turistas tienen libre acceso.
Los cubanos, no.
Propina va, distracción viene, se puede arrimar algo más digno para las casas.
Esto es así, todos los cubanos lo saben y les proporciona no pocos dolores de cabeza, ya que se trata de cuestiones ilegales.
Tampoco les está permitido ir a los hoteles, ni a determinados restaurantes, ni a determinadas playas, ni comer ciertos alimentos (en caso de que tuvieran el dinero para hacerlo, se entiende).

Los cubanos son gente adorable pero no la están pasando bien.
En la breve pero intensa estadía allí, no pude evitar que por mi cabeza se sucedieran comparaciones nada felices con 1984 (de Orwell) y la película Manderlay (Von Trier), por mencionar sólo dos ejemplos potentes.
Pobreza en CubaTrinidad fue fundada en 1515 por el español Diego Velázquez y pertenece a la provincia de Sancti Spíritus. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988. Los lugareños suelen dividir a Trinidad en dos: el casco histórico y el moderno.
En el primero, se aconseja ir de día. No solamente por los museos, las plazas y la bellísima iglesia, sino también por la permanente Feria de los Artesanos, donde los ojos no alcanzan y la percepción nunca es suficiente.
Trinidad se ubica en el centrosur de Cuba, a unos 350 kilómetros de La Habana. Muy cerquita de allí se halla la Playa Ancón, preciosa, de arenas blancas y con un singular parecido a la Isla de Gilligan. A poca distancia está el Valle de los Ingenios, el Tope de Collantes y el Cayo Blanco. Todos lugares paradisíacos que forman un contraste muy particular (y doloroso) con la realidad del pueblo cubano.

El casco moderno de Trinidad es para recorrerlo de noche. Ya no hay artesanos y los museos están cerrados. Las plazas se sostienen en su lugar. Fuimos en búsqueda de música típica y folclórica. Nos encontramos con la Casa de la Música… bien para turistas del primer mundo. A doscientos metros está la Casa de la Trova, que se acomoda mejor a la búsqueda pero tampoco es lo que necesitábamos.
Raices del Son - DiurnoDe pronto, entre Casa y Casa, se empieza a percibir algo autóctono. Dejamos que nuestros oídos nos guíen. Pensamos que debíamos adquirir una brújula porque me encontré, de pronto, en un gallinero… o algo así. Una suerte de patio sin techar, con piso de tierra. Y ahí mismo, ante esa geografía, un grupo de cubanos tocando sin amplificación y con instrumentos más bien precarios.
El impacto fue demoledor.

El grupo Raíces del Son se creó hace aproximadamente un año. Pero hubo algunos cambios desde su formación inicial; tal es así, que el disco que venden (un CDR con fotocopia color y solamente el nombre de los temas) tiene bastante poco que ver con el repertorio actual y con la forma en que es encarado. En el CD hay un violín, varios temas son cantados por una fémina… y si bien el álbum representa y bien una porción del folclore cubano, lo que interpretan estos muchachos “en vivo” (bueno… muchachos…) es algo muy diferente y que invita al regocijo pleno.
Raíces del Son (nos enteramos de esto al hablar con los músicos, ya que salvo en el CD no hay manera de saber cómo se hacen llamar ni quiénes son) está integrado por gente que, en su mayoría, supera los 70 años. Ante la requisitoria debieron preguntarse los apellidos unos a otros. Y la forma de contacto fue una dirección postal (olvídense de un e-mail que también, al igual que la TV por cable, parecen no haber sido concebidos para los ciudadanos cubanos residentes en su país) del único que, además, posee teléfono.

Raices del son - NocturnoEsta gente humilde, sin expectativas de futuro (con excepción de dos de los integrantes que rondan los 40 años), tocando a voluntad de los presentes, sin equipos ni micrófonos, tapados más que vestidos, están todos los días por la mañana y por la noche entre las 9 y las 12 hs.
Esta gente, humilde en todos los sentidos, mostró una predisposición poco frecuente para con un servidor; y lamentamos no haber podido aceptar el convite a la casa de alguno de ellos a almorzar, beber, fumar o lo que fuere.
Esta gente es cubana y vive en condiciones decididamente precarias.
Yo no sé con qué se encontraron Ry Cooder y Wim Wenders cuando el Buena Vista Social Club.
Pero sé lo que le pasó a mis sentidos.
Esta gente interpretó temas como Dos gardenias, Veinte años, Quizás quizás quizás, Chan chan, Silencio… y una versión de Lágrimas negras como nunca antes he escuchado.
Esta gente conmueve a las piedras.
Esta gente me ha provocado una emoción como pocas veces.
Esta gente conforma un sexteto y se denominan Raíces del Son.
El más joven es Ciro Maró Salabarría, notable ejecutante de tres; le sigue uno de los cantantes, Rogelio Mendoza, que también ejecuta maracas. Los otros cuatro andan setenteando: Edilfonso Castillo en bongó y cencerro; Joaquín Ramírez en guitarra; el tremendo Rolando Benítez en voz y clave (una especie de toc-toc); y finalmente Juan Bautista Iznaga (a quien le debo una visita) en marímbula (porque se sabe, más barato y accesible que un contrabajo es, sin dudas).

Raices del SonEstos señores se presentan en un galponcito, un gallinero… algo así… en el centro de Trinidad. Averiguamos que es en la calle Rubén Martínez Villegas (aunque el dato no es fidedigno, sepan comprender y disculpar).
Si los avatares de vuestra existencia los llevan hasta Trinidad, busquen a estos músicos maravillosos.
Pocas veces en la vida me he animado a recomendar algo con tanta convicción.
Y esta gente se merece otra suerte.
No sé cómo habrán sido sus vidas y dudo que me entere de cómo serán.
Pero los he visto, escuchado, gozado y admirado.
Esta gente se merece otra suerte.
En Cuba.
O donde ellos pudieren elegir.
Pero otra suerte.

Marcelo Morales

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