The Claudia Quintet: For

I’m So Fickin’ Cool, August 5th 2000, Be Happy, This Too Shall Pass, Rug Boy, Four You, Rainey Days/ Peanut Vendor Mash-Up, Three Odes: Admiration-Nostalgia-Pity

Músicos:
John Hollenbeck: batería, percusión, electrónicos
Drew Gress: bajo acústico
Matt Moran: vibráfono, voz
Ted Reichman: acordeón
Chris Speed: clarinete, saxo tenor

Cuneiform, 2007

Calificación: A la marosca

La objetividad periodística es una pretensión tan desmedida como buscar aprisionar el reflejo de las aguas. (Javier Restrepo)

El burro adelante para que no se espante. Empezaré hablando de mí.
¿Cómo puedo presentar objetivamente el nuevo álbum de una banda que admiro y adoro? Hemos entrevistado a sus integrantes, comentado sus discos y conciertos y siempre nos vimos en la obligación de repartir elogios. Siguen las preguntas: ¿cómo hacer para que esos antecedentes no nos condicionen? ¿Debemos manipular la información para que esas debilidades queden disimuladas o hay que aceptarlas, ratificando conceptos? ¿Debo tomar distancia ofreciendo un enfoque impersonal o simplemente encerrarme en un armario hasta que todo pase?
Éstas serían las introducciones emanadas de esos interrogantes:

1) El descollante y extraordinario The Claudia Quintet, banda liderada por el admirable y excepcional compositor John Hollebeck tiene un nuevo álbum. For es una obra maravillosa, luminosa, refulgente, superior, admirable, una auténtica gema.
2) El anodino y fámulo The Claudia Quintet, banda liderada por el pazguato y cernícalo compositor John Hollenbeck tiene un nuevo álbum. For es una obra bigarda, capotuda, chanflona, zamborotuda, un auténtico bodoque.
3) The Claudia Quintet, banda liderada por John Hollenbeck tiene un nuevo álbum. For, es… el título.
Bueno, hay una cuarta opción: el silencio.

Supuestamente la objetividad exige que el periodista se haga responsable de “cómo” informar y no de “qué” está informando. Según ese concepto, el periodismo que se compromete opinando o defendiendo su punto de vista viola la imparcialidad informativa. Al estar impedido de ir más allá de la superficie, esa objetividad mecánica sólo puede producir información simplista. Hacer gala de no creer en nada, ofreciendo una información aséptica, sin interpretaciones, ni análisis, no es otra cosa que lavarse las manos. Y no es que uno sea sucio, pero…
También existe un nivel de evaluación subjetivo en el que puede manifestarse libremente lo que uno cree, aportando razones y aceptando prejuicios. El riesgo en este caso es que en la búsqueda de la fundamentación se puede suprimir, recortar o deformar la información. Está claro que la objetividad se relaciona con el objeto y con la forma; y la subjetividad, con el sujeto y el fondo. Pero creer que la propia visión de la realidad es la realidad misma, es una arriesgada ilusión que puede tornarse peligrosa si se vincula con la misión de sentirnos en la obligación de explicar el mundo de acuerdo a ella. Después de todo, cuando la información quiere convencer se convierte en propaganda.
Aun cuando soy un poco gandul, zangandungo, zopenco y chafallán, le pido que acepte estas chinchorreras, gárrulas y chanflonas explicaciones.

Los temas de For están dedicados a distintas personalidades, eso actúa como concepto conductor pero también como fuente de inspiración.
El inicio es con I’m So Fickin’ Cool, tema dedicado al pianista y compositor Fritz Pauer. Desde un poderoso patrón rítmico surge el predominante discurso del saxo, mientras el vibráfono oficia como un eco melódico. Un meticuloso interludio percusivo abre el camino a un impecable solo de contrabajo, para luego retornar al cuerpo principal rotando el color principal en la paleta de sonidos al reemplazar el saxo por el clarinete como voz líder y al asumir el acordeón el rol que ocupaba el vibráfono.
El persistente carácter innovador del avant-jazz se amalgama aquí con la técnica del minimalismo clásico pero inmerso en una atmósfera futurista que enlaza el folk con el post-rock.
¿Parece mucho?
Lo es.
August 5th 2006 está dedicado a Kate Schroeder, esposa de Hollenbeck. Noticia de la farándula: la fecha a la que alude el título fue el día en que Schroeder se convirtió en la señora Hollenbeck. Ojalá que en el momento en que el juez los declaró marido y mujer, hayan tomado la precaución de asegurarse que no declarara mujer a Hollenbeck y marido a su esposa. Bueh… igual les deseamos mucha suerte (la van a necesitar) ya que no todos los matrimonios terminan bien… Algunos duran toda la vida.
Sin recurrir a detalles ornamentales, nos conducen a una exquisita melodía que parece despojada de elementos accesorios e innecesarios. El ascetismo de texturas se asocia a ciertas obras de Lygeti y el pulso constante con énfasis en la armonía tonal, al minimalismo clásico.
Siguen con Be Happy. En este caso dedicado a Satya Nayaran Goenka, maestro budista de meditación Vipassam. Sobre una base melódica formal emprenden un viaje sonoro que no reconoce fronteras estilísticas, tomando elementos de vanguardia para introducirlos armoniosamente en el contexto melódico. Lirismo contenido y devaneos exploratorios subrayados con brillantes exposiciones de Hollenbeck, Speed y Gress.
This Too Shall Pass está dedicado al pintor abstracto de New York Tom Moran, cuya obra refleja el impacto causado por el ataque a las Torres Gemelas. Aquí, representado por la melancólica belleza de un réquiem, obra musical de carácter religioso que oficia como misa de difuntos. La banda respeta la estructura del género al adoptar como título la primera frase del texto litúrgico. Una entrega de conmovedora profundidad en la que el vibráfono de Matt Moran alcanza una performance consagratoria.

En Rug Boy desarrollan un lenguaje armónico emparentado con Oliver Messiaen y Scriabin. Sobre todo por sus referencias a la luz, el color y lo visual. Esta singular asociación de color y música es utilizado como dedicatoria a la pintora y artista Debborah Ann Clapper.
For You es el tema más oscuro del disco. Una densa y misteriosa atmósfera de la cual surge la voz de Moran pronunciando una aleatoria secuencia de palabras aparentemente inconexas.
Rainey Days/ Peanut Vendor Mash-Up inicia con un económico lirismo basado en la superposición de solos. La posterior explosión melódica que producen las sobresalientes intervenciones de Speed y Reichman, conjugan la esencia de la música de cámara y la fuerza del post-rock.
El cierre será con Three Odes: Admiration-Nostalgia-Pity
Oda es una creación lírica de tono solemne y elogioso que expresa admiración por algo o alguien. La simplificación estructural y la pausada construcción de Admiration está inspirada en el compositor enrolado en el post-minimalismo Peter Garland. Los generosos silencios de la segunda oda, Nostalgia, refieren al saxofonista noruego Jan Garbarek. Y la sugestiva Pity, está dedicada a Mary Cheney, hija del vicepresidente de los Estados Unidos quien luego de reconocer públicamente que era lesbiana se abocó a la defensa de los derechos de la comunidad gay y alentó la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.

En síntesis: For, como en el hexagrama del I Ching que representa a La Gracia, indica una belleza en cuyo interior hay claridad y en lo exterior quietud. Es la calma de la pura contemplación, cuando calla la codicia y se sosiega la voluntad para perseguir la belleza.
Es posible que la mera contemplación no alcance y que la belleza quede reducida a un momento de fugaz exaltación. Ése es el mundo del arte.
Y aunque, al decirlo, quede como un auténtico zamacuco, irrevecundo, cicatero, protervo y felón, le puedo asegurar que The Claudia Quintet en este disco no hizo otra cosa que provocar esa fugaz exaltación.
Mi melancolía quiere descansar en los escondites y los abismos de la perfección; he aquí por qué necesito de la música (Niezstche)

Sergio Piccirilli

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *