Sueter: Sin Polillas A La Vista
Centro Cultural de la Cooperación – Sala Osvaldo Pugliese (Buenos Aires)
Viernes 22 de junio de 2007 – 23:00 hs.
La historia oficial de Sueter podrá decir que arrancaron en 1981, que tienen 5 discos editados, que fueron parte de la movida post-dictadura argentina, que tenían como líder a Miguel Zavaleta y que tienen un par de temas girando por las radios de Rock Argentino.
La otra historia se cuenta desde abajo de los escenarios que pisaron, la de la gente que los fue a ver y no se olvida lo que son sus performances, desde los ochentas para acá, de cada una de las transformaciones que vivimos, de cada uno de los discos que escuchamos.
Se es fanático de Sueter o no.
Y es probable que, los que no lo son, es porque nunca los vieron en vivo.
La nueva encarnación de Sueter es… ¡¡la vieja!! Miguel Zavaleta en voz y piano, Juan del Barrio en teclados, Gustavo Donés en bajo y voces, Jorge Minissale en guitarra y voz y un nuevo baterista, Fresa Rovic (quizás ustedes desconozcan el misterio que encierran los cambios de bateristas de la banda, al igual que Spinal Tap, sufren cremaciones espontáneas en escena…).
El lugar para tocar fue en el Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543 – Capital Federal), el viernes 22 de junio de 2007, en la sala Osvaldo Pugliese (¡qué lindo nombre!), una sala muy linda, muy acogedora, si se disculpa el comentario, en el fondo de la planta baja.
Puntualmente suben a escena los músicos y arrancan con varios de sus temas históricos; y una vez más, se nota lo afianzados que suenan, muy ajustados, muy prolijos y con la voz de Zavaleta en excelente estado.
Pasaron Elefantes en el techo, Amanece en la ruta, Nos va bien (o Marilú, ¡¡¡qué buena versión!!!), un tema nuevo de Jorge Minissale (Lo que pasó ya pasó), Él anda diciendo y un clásico que hizo que Miguel se apiadara de una bebé de poco más de dos meses que estaba en primera fila (“¡por favor, tapala porque me da impresión asustarla con tanta electricidad!”). Ese fue el turno de Sin Porteros (“quiero vivir en una isla repleta de minas / daikiri en mano / pensar que todo es una maravilla / y nunca volver a este mundo de porteros / te rompen la nariz / sólo porque un día se sienten lo menos de lo menos…”). Claro, una maravilla.
Fue el momento de presentar a Anita Naón, quien hace coros en dos temas nuevos, muy buenos y con un espíritu funk que, seguramente, serán los cortes del disco que preparan para lanzar muy pronto: En tus ojos (“amarte / es todo lo que sé”) y De Lomas a Morón.
Bien la Naón.
Bien Sueter.
Siguieron con Vía México, Mamá planchame la camisa, Extraño Ser y el increíble / maravilloso / demoledor y alucinante Bolero, al mejor estilo Aldo y los Pasteles Verdes circa 1978, todo el humor de Miguel & Sueter en un paso de comedia obligado en cada uno de sus shows. Recomendables para aquellos que no, como decía antes.
Quedó Comiendo Gefilte Fish y, en los bises, otra vez En tus ojos, para afirmarla, para que nos quede, como nos quedó el concierto; y cada uno se retira, con una sonrisa, hacia Berazachussets, como decía Miguel, como otra vez, como hace muchos años, qué lindo que es ver a Sueter en vivo, qué bueno ver que todavía unos músicos del recarajo se siguen juntando para tocar, para satisfacer el alma, sin empresarios ni empresas que te respalden, ni por seis millones de dólares, ni con giras armadas por toda Latinoamérica. De puro corazón. Como siempre lo hicieron, como en Palladium, como en La Esquina del Sol, como en El Viejo Correo, como en la Sala Pugliese.
Larga vida a Sueter.
Ninguna polilla se lo comió todavía.
Horacio El Poyo Magnacco