Mariano Otero
Desde el sonido es diferente.
Sí, porque está grabado diferente.
El sonido en “Tres”, no hizo justicia con el CD
Y… éste está grabado en otro nivel. Y eso es aprendizaje; yo aprendí de los errores de “Tres”. Me di cuenta de lo que no me gustaba y me dije “esto no puede pasar”. Y no pasó. Cambié de técnico, de estudio, de micrófono, de estudio de mezcla y de mastering. La mezcla la hice yo tema por tema con los técnicos.
Y cambiaste de músicos…
Y cambié de músicos.
¿Y por qué se dieron los cambios?
Básicamente fue que algunos no pudieron lidiar con ciertas complejidades que llevaban más tiempo y dedicación. Y es lógico que cada uno priorice sus proyectos… si son todos líderes…
¿Qué pensás que ganó la Orquesta con los cambios?
Hay una lectura muy simple; cuando un músico ingresa a un grupo que, de alguna manera admira, se va a querer comer la cancha. Y eso además empuja a los que ya están. Hay contagio y retroalimentación. Sergio Verdinelli (a quien admiro) sintió una responsabilidad enorme porque debía reemplazar a Pepi Taveira, que fue su maestro; y se lo tomó como un campeonato del mundo. Y estudió la música a pleno, como Pepi; y todos entraron con un hambre que oxigenó y refrescó a los que ya estaban. Y a mí también.
Dejame decirte que yo entiendo perfectamente que los que no están hayan tomado la decisión que tomaron. Porque yo también, y por las mismas razones, debí bajarme de muchos proyectos. Es más, les agradezco lo que me dieron.
¿Por qué otra guitarra?
Porque para varias cosas que tenía en mente necesitaba dos guitarras. A mí me gusta usarlas como si fueran, junto con el Rhodes, una sección de cuerdas. Me viene del soul. Un buen ejemplo es lo que pasa en “Buzzy”, donde hay un trabajo contrapuntístico que me encanta. A la guitarras las uso de líneas; para la cuestión más armónica lo tengo al Rhodes.
La pregunta se cae de madura: ¿Por qué el Rhodes y no un piano? ¿O los dos?
Los dos… podría llegar a ser. Lo del Rhodes es una necesidad artística.
¿No surge porque en vivo es más difícil conseguir un piano?
No… (sonríe). Si ése fuera un método de elección, no tendría una orquesta. Tendría un trío con bajo eléctrico y guitarra. Lo mío es una necesidad artística; y si lo vemos desde otro lado, para mí el piano ocupa un espacio muy grande, musicalmente hablando. Despide muchos armónicos; en cambio el Rhodes es más “chiquito”. En un cuarteto sí podría incluir un piano para lo que escribo.
Porque Lo Vuolo mucho no se lo banca…
En el disco tocó Hernán Jacinto. Pero es cierto… un día me llamó y me dijo que no se sentía cómodo. Y es raro, porque para mí es un monstruo tocando el Rhodes. Él, Jacinto y Jodos son tremendos… pero se ve que necesitaba tocar más y el Rhodes te obliga a tocar menos. Después de reemplazarlo a Francisco (Lo Vuolo) por Hernán (Jacinto), me surge una fecha en Rosario con el sexteto. Y un día antes, Miguel Tarzia me avisó que no podía. Tampoco pudo (Patricio) Carpossi… ni (Hernán) Jacinto… y lo llamé a Lo Vuolo explicándole que el teatro estaba sold out, que eran 1000 personas y vino (nota: es impecable la imitación que Otero hace de Lo Vuolo). La cuestión es que llegó cortando clavos, tocó y cuando terminó me dijo que estaba muy contento y que quería seguir con el Rhodes; así que para los grupos chicos, lo tengo a Francisco. En la orquesta, está Jacinto.
Dos cositas: el repertorio del sexteto, ¿abreva en las composiciones de la orquesta? Y… ¿por qué un septeto en la apertura para Dave Douglas?
El septeto y el sexteto tienen varias cosas en común. El eje son los tres caños. Y opté por el septeto porque quería tocar algunas cosas con guitarra. La música del sexteto sí, es la de la Orquesta y cosas anteriores. En el sexteto vale todo.
¿No te hacés moño con tanto proyecto?
Sí (categórico). Por eso estoy decidiéndome por dos proyectos principales y focalizarlos bien.
Porque además estás en otros grupos…
Con M.E.S. hace mucho que no tocamos. Parece que Enrique (Norris) no me quiere más (risas). Con quien tenemos ahora muchas fechas es con el cuarteto de Juan Cruz de Urquiza.
El disco de Juan Cruz está bien, eh…
Es muy difícil tocar esa música. (Piensa) Es un discazo…
Y eso que, por ejemplo, cuando empezó “Helter Skelter” me dije “para qué…”
(Sonríe) Bueno… para “Helter…” hizo un arreglo para el que usó una clave rítmica medio compleja que usa Guillermo Klein. Y todo el arreglo lo montó sobre esa clave. Y cuando lo escuchás, algo te pasa. Y tocarlo… es muy difícil porque está modificado… pero Juan Cruz lo hizo caminar porque es un genio, un talentoso increíble…
¿Sí?
Sí… para mí sí… para mí es un capo. Es un músico de afuera. Pero no porque no merezca ser de acá… es un tipo que está en las ligas mayores de hace rato. Tiene otra cabeza. Y yo de él aprendí mucho a tomarme la música muy en serio.
Nombrame 5 tipos, ya que lo mencionaste, que para vos sean decididamente serios.
Bueno… Juan Cruz…, Pepi Taveira, Ernesto Jodos, Rodrigo Domínguez, Pipi Piazzolla, Sergio Verdinelli, Enrique Norris, Richard Nant… yo interpreto en tu pregunta algo que tiene más que ver con la globalidad que con la interpretación del instrumento.
Bien interpretado.
Porque un tipo como Jerónimo Carmona encara a su instrumento de manera tremenda. Por otro lado… Rodrigo (Domínguez) tal vez no sea muy constante, pero es muy inspirador para mí. Es necesario. Tiene una luz que llega muy lejos. Y con Norris me pasa algo parecido.
¿Y a quién ves con una visión artística global, a quien le puedas consultar…?
Alguien muy interesante para conversar esas cosas es Fernando Tarrés. Adrián (Iaies) también es un gran analista y es un tipo que puede ver más allá. A veces no pensamos lo mismo, pero es muy nutritivo hablar con él porque es muy interesante, muy inteligente y un bregador. Y aunque me gusta hablar, no sé si me entrego completamente porque somos todos diferentes. Pero por algo Fernando y Adrián ocupan los lugares que ocupan; son muy profundos intelectualmente y poseen una visión muy grande de la cosa.
No salís de los músicos… como si no hubiera otro referente, un productor, un periodista…
Es que la figura del productor no existe. Y periodísticamente me siento cerca de lo que hacés vos y alguna que otra gente. Pero con vos no hablo tanto como con los músicos. Y eso hace que uno intercambie mucha data con los colegas. Tal vez haya que abrirse un poco más. Y como productor… falta… está (Alejandro) Varela, al que hay que agradecerle lo que hace pero que está en mil cosas. También hablo con María, mi representante, que tiene capacidad, apertura, inteligencia… Lea, la manager de Javier (Malosetti)… Javier mismo es muy interesante para charlar de estas cosas.
¿Vos te considerás un tipo interesante para charlar?
Y… lo que pasa es que…
A ver… veámoslo de otra manera. Si vos charlaras con vos mismo…
Si yo pudiera charlar conmigo me daría cuenta de que no me gusta dejar nada suelto, porque me gusta ir al fondo de las cosas. No te voy a dar una respuesta fácil. Si vos querés charlar conmigo, vamos a charlar. Por eso las entrevistas que me hacen son largas y en los diarios las tienen que cortar por cuestiones de espacio. Porque si me preguntás algo, lo contesto en serio. No sé si soy interesante, pero busco adentro mío y afuera también. De la misma manera que lo necesito para escribir, porque soy así… necesito ir al fondo de las cosas. Fui creciendo en eso, eh…
¿Cómo es eso?
Fui aprendiendo de mí mismo y me nutrí mucho de los demás para tomarme más en serio todo, para ser más profundo. ¿Viste que hay músicos que en las notas no hablan? Y a mí me parece muy raro porque a mí me encanta hablar, intercambiar experiencias… Me parece que, en la medida que puedas ser profundo, te expandís un poco más, te volvés más puro, más honesto… muchas cosas se purifican.
No sé si coincidís, pero estás en un lugar que no es muy cómodo o agradable; porque a partir de ahora creo que sí tenés un desafío piola… ¿quién se va a meter en contra de Otero?
Yo tengo otra lectura de eso.
¿A ver?
Y… tal vez pegarme ahora puede estar bueno…
Pero es un riesgo…
Es un riesgo por las pruebas que hay. No es que me preparo para que no me peguen, nada que ver. Mi preocupación como artista es ser íntegro, honesto y sacar todo. Yo soy artista a pesar mío, es mi manera de ser y de vivir y no me sale otra cosa. Y contra eso no hay nada que hablar. Vos podés criticarme una orquestación, pero no es algo que me preocupe, porque mi red artística tiene que ver con otras cosas: con el riesgo, con la honestidad; y eso no tiene punto de crítica subjetiva.
Pero también estás en un lugar que puede provocar recelo, envidia…
Bueno… la envidia es el impuesto al éxito. Yo sé que soy muy observado, incluso por grabar en discos de otros. Porque que te elijan también provoca broncas. Pero no puedo hacer hincapié en eso; tengo que manejarme en otras frecuencias para poder crecer.
