El Ojo Tuerto

Chick Corea Elektric Band: Volver al Futuro

Catalina’s Bar & Grill – Hollywood (USA)
Domingo 23 de Diciembre de 2007 – 21:30 horas

Chick CoreaLa quimera de los viajes en el tiempo apasiona a la humanidad desde épocas inmemoriales. La utópica búsqueda por desplazarse hacia el pasado o el futuro ha conducido a los científicos a realizar exhaustivas investigaciones y a elaborar esforzadas teorías. El arte tampoco fue ajeno a la fantástica indagación en pos de dominar el tiempo y utilizó ese concepto para estimular la imaginación aplicada a la creatividad. En el campo de la literatura es en donde hallamos las mejores representaciones de esa inalcanzable entelequia. En un sinnúmero de obras imperecederas se hace referencia a esta pretérita ilusión, tales como La Máquina del tiempo de H.G. Welles o El Jardín de los senderos que se bifurcan de Jorge Luis Borges. También es abordado por Lewis Carroll en Alicia a través del espejo o Robert Heinlein en Todos vosotros, zombis y también por Mark Twain en Un yankee de Connecticut en la Corte del Rey Arturo. Sin dejar de mencionar a Charles Dickens y su novela Un cuento de Navidad o El fin de la Eternidad de Isaac Asimov y más recientemente en Harry Potter y el prisionero de Azkaban de J.K. Rowling.
La idea de viajes en el tiempo es un tema que se ha explotado frecuentemente en películas y televisión. Algunos ejemplos cinematográficos han sido Back to the future, The Time Machine, Somewhere in sometime, Peggy Sue got married, Timecop, Twelve Monkeys, Time after time, Déjà vu, entre otros. La televisión lo ha reflejado en series como Rocky & Bullwinkle’s, El túnel del tiempo, Doctor Who, Quantum Leap, Stargate SG-1, por sólo citar algunas de las más conocidas.

Los hombres siempre han soñado con la posibilidad de viajar en el tiempo y la verdad es que yo también… No es que “yo también soy hombre”. Quiero decir… ehhh… no hace falta aclarar… Por qué no va a pensar usted que yo… ¡Nada que ver! Me estoy refiriendo a que “yo también” he soñado con viajar en el tiempo. ¡Olvídese del asunto! Retomando el tema…
¡Machito! Soy bien machito como mi mamá… ¡como mi mamá quería! Habrase visto…
Sigamos. Viajar en el tiempo no es tarea sencilla. Uno no puede tomar un taxi y decirle al chofer: “déjeme en Egipto que voy al cumpleaños de Cleopatra” o “lléveme a la Roma de Calígula y apúrese por favor que no llego a tiempo para el happy hour”.
¡No! Definitivamente es mucho más complejo.
En mi caso barajé todas las posibilidades. Mi primera idea fue recurrir al campo de la ciencia pero rápidamente lo descarté, ya que requiere de conocimiento y sacrificio y carezco de lo primero y huyo de lo segundo. Para la televisión y el cine hace falta mucho dinero, así que mejor pasamos a otra cosa. La imaginación, por ejemplo. ¿Escribir una novela? Muy largo. ¿Un cuento? Hmmm… no se me ocurre nada…

Bueno, dadas las condiciones mejor pensar en un viaje en el tiempo… humilde.
Algo no muy pretencioso, un viajecito, un toco y me voy. Así fue que juntando todo lo que tenía apenas me alcanzó para llegar al Catalinas Bar & Grill y ver a la Chick Corea Elektric Band; es decir… un viaje a la década del ochenta. Es lo que hay.
Entre las famosas máquinas del tiempo de la ficción se incluyen la “tardis”, de la serie Doctor Who, cuyo aspecto exterior asemejaba la cabina que usaban los policías londinenses en la década del cincuenta. En la saga Volver al futuro los protagonistas utilizaban un automóvil De Lorean. En Bill and Ted’s excellent adventure se utiliza una cabina telefónica. En Army of darkness existe un portal espacio-temporal. En la serie de TV Stargate sg-1 se utiliza un presunto dispositivo alienígeno. Isaac Asimov, en El fin de la eternidad, maneja un concepto de viaje en el tiempo donde existen unos agentes llamados “eternos”, etc.
En cambio, yo viajé en un restaurante de Hollywood. ¿Qué tal?
Claro que no fui el único, ya que la banda ofreció en este lugar 12 funciones en 6 días, a sala llena.
Esto demuestra que los científicos y los literatos no abundan.

Chick Corea Elektric BandDisculpe que interrumpa este discernimiento pero ya están en escena los componentes de la Chick Corea Elektric Band: su líder Chick Corea en teclados, Frank Gambale en guitarra, Eric Marienthal en saxo, Dave Weckl en batería y la nueva adquisición del grupo: Victor Wooten en bajo eléctrico.
Corea toma el micrófono y presenta a los músicos que, casualmente, son los mismos que acabo de mencionar. Una intro en sintetizadores desemboca en Ished del álbum Paint the World de 1993, en una versión tan potente como previsible. Los tipos saben y está bien, pero se empeñan en demostrarlo todo el tiempo y eso… no está bien. Corea cambia de teclados como si quisiera comprobar que todo está enchufado. En esa recorrida pasa del Fender Rodhes a un viejo Moog. Un corte, una quebrada y llega el solo de guitarra. Gambale toca rápido. Muy rápido. Innecesariamente rápido.
Un aspecto demostrado y comprobado de la teoría de la relatividad es que viajar a velocidades cercanas a la velocidad de la luz ocasiona una dilatación del tiempo, por la cual el tiempo de un individuo que viaja a esa velocidad corre más lentamente. Desde la perspectiva del viajero, el tiempo "externo" parece fluir más rápidamente. Según este concepto, mientras escucho este solo de guitarra cómodamente sentado en el Catalinas, lo más probable es que Gambale ya se encuentra en su casa durmiendo. Y hablando de dormir… Marienthal extrae de su saxo vertiginosas escalas que causan el mismo efecto que un somnífero pero con una sonrisa indestructible que parece la publicidad de un dentífrico. Ahora pasa el frente Victor Wooten, el “Jaimito” de la clase. Un derroche de virtuosismo, humor y frescura en un pasaje que incluyó fraseos de Continuum de Pastorius, Jean Pierre de Miles Davis y un feroz duelo con la batería de Weckl. Ovación. Parece que el tema continúa y es lógico, ya que faltan los solos de Corea y Weckl pero… ¡sorpresa! Primero fue el solo de Weckl y después el de Corea.
Algunos acusan a la banda de abusar de la pirotecnia con el único fin de divertir al público. Eso es una infamia, una cruel difamación, una falta de respeto. ¡Qué barbaridad! ¡Qué injusticia! Con lo lindo que son las dos cañitas voladoras, el buscapié, los cuatro rompeportones y el par de luces de bengala que tiraron en el primer tema…

GambaleSiguen con Eternal Child de Eye of the Beholder, de 1988. Tras un anodino preludio en sintetizadores, Corea pasa al piano acústico para desplegar en solitario uno de los momentos más logrados de la noche, en el cual literalmente las hizo todas. Primero exponiendo la contundencia de su ataque percusivo y su versatilidad y dominio del vocabulario armónico que, aquí, incluyó referencias a Claude Debussy y Maurice Ravel. Y luego con un pasaje en el que se sumergió en el interior del piano, accionando el arpa cromática con una botella de plástico, arrancando espontáneas carcajadas en el público. Se incorpora Gambale en guitarra acústica y juntos desarrollan un dialogo lleno de lirismo con esos complejos giros rítmicos y armónicos que caracterizan la música de Chick Corea. Ya con la banda en pleno completan la estructura de una versión que ofreció nuevos matices y dinámicas más sutiles que el original. Muy bien.
A continuación hacen una inesperada lectura de Nite Sprite, tema del álbum solista de Chick Corea, The Leprechaum, de 1976, con un extenso pasaje en sintetizadores que Corea aprovecha para hacer cantar (mal) al público, un solo en soprano del siempre riente Marienthal que no pasará a la historia y un duelo descomunal (¿y predecible?) entre Wooten y Weckl que desemboca en el no menos imaginable solo de batería.
Según Albert Einstein, es posible un tipo de dilatación temporal que podría denominarse viaje en el tiempo. Su teoría sostiene que el tiempo parece fluir más lentamente para los cuerpos que se desplazan con rapidez. Sin embargo, este efecto sólo permite el viaje en el tiempo hacia adelante en el futuro, nunca hacia atrás.
De acuerdo con la descripción convencional de la teoría, las partículas materiales al moverse a través del espacio-tiempo se mueven hacia adelante en el tiempo.
Así será para Einstein, pero no es el caso de este show.

Llega C.T.A tema que Miles Davis incluyera en su álbum de 1953 Miles Davis Vol.II, aunque también es cierto que la Elektric Band ofreció su propia versión 40 años más tarde en Paint the World. La banda afronta C.T.A. con pocos arreglos y una sección rítmica a toda velocidad con una catarata de solos que parecen un casting para elegir al más rápido. Primero pasa presuroso Corea en piano eléctrico, le sigue Gambale acelerando a fondo, a puro vértigo avanza el solo de Eric “Odol” Marienthal, a la carrera va Weckl pero finalmente la pole position es para Wooten. Primero haciendo sonar su bajo como si fuese una cuica y luego exponiendo su dominio del tapping, el slapping y el zapping. Final. La gente parece que encontró lo que vino a buscar.

Regresan para hacer una versión más efectista que efectiva de Got a Match? del álbum de 1986, The Chick Corea Elektric Band. Ahora sí, a regresar al presente que se hace… ¿temprano?
La máquina del tiempo
de H.G. Welles se movía a través del tiempo a una velocidad constante, de modo que podía cambiar de época como si se acelerara una cinta de video o incluso dar la vuelta de regreso y viajar en el otro sentido. Ése es el concepto que se ajusta mejor a la física cuántica, pero no es muy popular en la ciencia ficción moderna. En Alicia a través del espejo de Lewis Carroll, la reina blanca está viviendo en reversa aunque su memoria funciona en ambas direcciones. Es un hecho que la ciencia ficción prefiere el movimiento instantáneo de un punto a otro. No existe explicación científica para ello pero su popularidad se debe a que es más espectacular.
Uno de los ejemplos es el film Volver al Futuro. Un joven que es accidentalmente enviado al pasado interfiere con el primer encuentro de sus padres y esto pone en peligro su propia existencia. En cambio, la existencia de un artista no puede borrarse tan fácilmente, aunque también esté necesitando cuanto antes… Volver al futuro.

Sergio Piccirilli

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