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The Refuge Trio: The Refuge Trio

Refuge Of The Roads, To What Shall I Compare This Life, Pinwheel, Rural Bliss, Edges, Bright Moon, Peace, Misterioso, Child's Play, Yang Peiyi, Hymn, Happiness, All Our Yesterdays

Músicos:
Theo Bleckmann: voz, electrónicos
Gary Versace: piano, acordeón, teclados
John Hollenbeck: batería, percusión, vibráfono, glockenspiel

Winter and Winter, 2009

Calificación: Está muy bien

Un amigo fiel es un refugio seguro, el que lo encuentra halla un tesoro. (Libro de Sirácida 6,14)

En 2002, el cantante Theo Bleckmann, el baterista y percusionista John Hollenbeck y el tecladista Gary Versace constituyeron un trío cooperativo con el único fin de participar en el Wall-to-Wall Joni Mitchell Marathon Concert llevado a cabo en el Symphony Space de la ciudad de New York. No obstante, tras ese evento el grupo continuaría presentándose periódicamente bajo la denominación Refuge Trio, nombre inspirado en el tema de Joni Mitchell Refuge of the Roads. Esa composición de la prestigiosa cantautora canadiense, enlaza en términos de metáfora el concepto de amistad con los típicos refugios ubicados a la vera de las rutas estadounidenses.
El trío, al adoptar esta denominación, conjugó el motivo original de su constitución (que se funda en torno a la obra de Joni Mitchell) con una explícita referencia al principio de amistad que une a los integrantes de la banda.

La amistad es una de las relaciones interpersonales más comunes que tenemos en la vida. La amistad se da en diferentes etapas de nuestra existencia y con distintos grados de trascendencia e importancia. Su raíz etimológica proviene del latín amicus y ésta, a su vez, deriva de amore que significa amar. En definitiva, la amistad es una relación afectiva entre dos o más personas que surge cuando los sujetos de la amistad al relacionarse entre sí, encuentran en sus seres algo en común.
La amistad es una experiencia humana de vital importancia; pero además sirvió como fuente de inspiración en el campo del arte e incluso ha sido santificada por varias religiones. La música, el cine y la literatura, en más de una ocasión reflejaron y aludieron a ese vínculo afectivo desde un punto de vista artístico.
En los albores de la literatura, en el Poema Babilonio de Gilgamesh, se relata la amistad entre Enkidu y Gilgamesh. También los griegos y romanos ofrecen ejemplos de composiciones poéticas referidas a la amistad y hasta los evangelios canónicos se han referido a ella. A lo largo de la historia hallamos infinidad de ejemplos en los que la amistad ha sido retratada con diferente intensidad, perspectiva y profundidad. Desde Sherlock Holmes y Watson a Don Quijote y Sancho Panza, pasando por Los Tres Chiflados, El Gordo y el Flaco, Los Tres Mosqueteros y la serie Friends.

La música popular no ha sido la excepción. La amistad ha sido referida desde diversas ópticas y con diferente suerte. De Queen a Peter Hammill, por nombrar ángulos opuestos. ¿Quién no recuerda aquella obra ecuménica de Roberto Carlos llamada Un millón de amigos que decía: “Yo quiero tener un millón de amigos… pero no quiero cantar solito, yo quiero un coro de pajaritos”? Memorable, indiscutible, inimputable.
El cantautor pampeano Alberto Cortez, con mucho más tino, cierta vez escribió: “Cuando un amigo se va, queda un espacio vacío que no lo puede llenar la llegada de otro amigo.” ¡Qué gran verdad!
Sin ir más lejos, durante algún tiempo supe tener un amigo viviendo en mi casa que, al irse, dejó un vacío enorme. Se llevó los muebles, el televisor, las alfombras y hasta las canillas. Hoy sólo queda su recuerdo en las cosas que solía usar.
Dejó platos sin lavar, ropa sucia, mi esposa…
Quiero decir… Mi esposa piensa que pronto regresará.
Es más, asegura que si no lo hace… ella también se ira.
La amistad puede darse desde un primer momento o tardar años en concretarse, puede desarrollarse durante toda la vida, prolongarse por varias décadas o desaparecer en pocos minutos (como en el caso de mi amigo). También existe la amistad en donde interviene una persona y un animal de otra especie u otro animal, según el caso.
La más frecuente es la amistad entre el hombre y el perro, por eso a este último se lo conoce como “el mejor amigo del hombre”. Aunque dicen que el hombre no es el mejor amigo del perro, al menos eso es lo que afirman algunos… perros. Asimismo existe amistad entre los animales, como en el caso de mi jefe y su socio, entre otros.

La amistad que une a los miembros de The Refuge Trio tuvo un correlato artístico que excede los límites del álbum que motiva este comentario; ya que en años recientes Hollenbeck y Bleckmann han grabado y actuado como dúo y compartieron créditos en el Hollenbeck’s Enlarge Ensemble, mientras que Versace ha participado como invitado en algunas presentaciones de The Claudia Quintet, grupo que lidera John Hollenbeck.
The Refuge Trio explora y desarrolla un innovador concepto de sonido que confronta la voz humana y procesadores de voces, teclados electrónicos e instrumentos acústicos como el piano y el acordeón y un amplio arsenal de percusión que incluye glockenspiel, crotal y vibráfono. Su música dibuja un curso multifacético que abarca jazz de vanguardia, libre improvisación, música oriental, pop y música electrónica y, pese a alternar composiciones originales y versiones de otros autores, manifiesta una innegable cohesión expresiva y estilística.

El estratégico inicio del álbum se da con una abreviada versión a capella a cargo de Theo Bleckmann de Refuge of the Roads. Composición de Joni Mitchell incluida en el inolvidable álbum Hejira de 1976.
A continuación ofrecen el espléndido To What Shall I Compare This Life, tema de Bleckmann sobre textos de Priest Monsei. La paleta sonora incorpora vibráfono y acordeón para desarrollar un itinerario que parece indisimulablemente impactado en términos estéticos por The Claudia Quintet. La aquilatada inserción del glockenspiel posibilita un pasaje mágico y envolvente conducido por la privilegiada voz de Bleckmann y secundado por sutiles frases de Versace en piano. El convincente alegato musical evoluciona lentamente hasta fundirse en capas de voces sobregrabadas.
Pinwheel es una versión del tema que Gary Versace incluyera en su álbum solista de 2008, Outside In. Una estructura aleatoria adornada por efectos de voces, percusión y piano muta paulatinamente en una compleja estructura rítmica a contratiempo comandada por un descollante Hollenbeck en batería y rematada por un preciso unísono de órgano y voz. En el tema de John Hollenbeck, Rural Bliss, despliegan una disposición ascética, delicada y sin ornamentaciones opresivas. La voz se apega a la melodía mientras el piano desgrana líneas vaporosas y difusas, en tanto que la percusión acentúa con encomiable modestia.
Edges es un breve y extraño solo de acordeón de carácter eclesiástico a cargo de Gary Versace. Breve y extraño como monólogo del Correcaminos.

En Bright Moon, Hollenbeck musicaliza textos del poeta samurái del siglo XVII Mizuta Masahide. La aletargada construcción armónica inicial trueca en pasajes exploratorios que exhiben las aspiraciones básicas del trío: exploración de campos asociados a la nueva música creativa, construcción de climas místicos y elusión del gesto torpe y ampuloso del virtuosismo.
Luego llevan a cabo una irreconocible versión del clásico de Ornette Coleman Peace, proveniente del álbum Shape of Jazz to Come de 1959. Una entrega fragmentada y exótica en la que confluyen un órgano de impronta religiosa, inserciones percusivas de perfiles orientales y un hipnótico canturreo de naturaleza lúdica.
Misterioso nos ofrece una extraña relectura de esa inolvidable composición de Thelonious Monk y Child’s Play, de Versace, expone la intuitiva ingenuidad melódica inherente al arte naif. La composición de Hollenbeck, Yang Peiyi, es un cálido homenaje a la niña que cantó en representación de los grupos étnicos de la China moderna durante las Olimpíadas de Beijing pero cuya imagen, al no cumplir con las pautas de “belleza” televisiva, obligaron a que fuera reemplazada por otra niña haciendo mímica.
Hymn es un arrullo que, en términos melódicos, remite al Pat Metheny Group pero sin esa enervante cuota de optimismo que suele caracterizar algunas de sus composiciones. En tanto que Happiness entremezcla una sensual atmósfera, místicas intersecciones armónicas y ritmos de raíces afro. Lo que vendría a ser algo así como música afro-disíaca. El cierre es con una enigmática versión de la atemporal composición de Allan Holdsworth All Our Yesterdays inspirada en un episodio del mismo nombre de la serie Star Trek.

La amistad se funda en principios que conjugan amor, confianza, respeto y reciprocidad. Elementos que se intuyen presentes en The Refuge Trio.
Su álbum, con aciertos y errores, no hace más que recorrer el largo camino que comunica un interés estético compartido con los nobles principios de la amistad.

Nunca es largo el camino que conduce a la casa de un amigo (Juvenal)

Sergio Piccirilli

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