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Steve Lehman:Travail, Transformation, and Flow

Echoes, Rudreshm, As Things Change (I Remain the Same), Dub, Alley, Waves, No Neighborhood Rough Enough, Living in the World Today (GZA transcription)


Músicos:
Steve Lehman: saxo alto
Mark Shim: saxo tenor
Jonathan Finlayson: trompeta
Tim Albright: trombón
Chris Dingman: vibráfono
Jose Davila: tuba
Drew Gress: contrabajo
Tyshawn Sorey: batería

Pi Recordings, 2009

Calificación: Dame dos

Todas las teorías son legítimas pero lo importante es lo que se hace con ellas.
(Jorge Luis Borges)

En la figura del saxo alto y compositor Steve Lehman se corporiza una de las declaraciones más originales de la nueva generación de artistas dispuestos a expandir las fronteras de la música contemporánea desde la perspectiva del jazz.
En los albores del siglo XX la música contemporánea involucraba al modernismo, al serialismo dodecafónico, la atonalidad y la música neo-clásica. A partir de la década del setenta la variedad estilística se incrementó a tal punto que hoy en día resulta virtualmente imposible etiquetarlas a todas. No obstante, en términos académicos pueden visualizarse tres amplias tendencias: la tradición modernista de vanguardia que incluye a la música experimental, una segunda escuela que pretende revitalizar la armonía tonal y las corrientes basadas en la armonía tríadica no funcional manifestada en los compositores de música minimalista y en otras doctrinas musicales equivalentes.
La voraz dispersión de las formas musicales exteriorizadas en las últimas décadas, en gran medida, traducen el impacto provocado por el embate de la tecnología aplicado tanto al acto de la innovación en el proceso creativo como al minucioso estudio y reformulación de estructuras compositivas desarrolladas en el pasado.
Steve Lehman, en su álbum Travail, Transformation, and Flow, de esa amplia gama doctrinaria experimentada en los últimos tiempos extrae los conceptos medulares de la música espectral y los alinea con la dialéctica de la libre improvisación. Sin perjuicio de los resultados estéticos obtenidos por Lehman, este proyecto en sí mismo se erige como uno de los primeros intentos formales por unificar en un mismo plano teórico al espectralismo y el jazz. Esa hipotética yuxtaposición racional de dos corrientes musicales de apariencia antagónica lucen en esta propuesta postulados de natural empatía y convincente simetría estilística. Lehman logra arribar a conclusiones que permiten transformar un utópico propósito embrionario en una realidad posible, sustentándose en su irrenunciable vocación exploratoria y en la acumulación sistemática de conocimientos.

El escrupuloso adiestramiento académico al que se sometió Steve Lehman incluye el estudio y desarrollo de programas informáticos aplicados al concepto del automatismo compositivo y su fascinación por la música de Tristan Murail, uno de los principales cultores del espectralismo. Ambos aspectos explican por qué en Travail, Transformation, and Flow coexisten una necesidad creativa justificada, un cabal dominio de la técnica apropiada para su materialización y un desenlace sin amaneramientos ni fingidos artificios que atenten contra el origen fundacional de la obra.
La creatividad, en cualquiera de sus manifestaciones, no es un accidente ni aparece súbitamente o surge por generación espontanea. Es un proceso continuo en el que los grandes saltos son poco frecuentes y en donde las nuevas ideas, y las existentes previamente, se van agregando y enlazando como eslabones de una cadena.
La creatividad precisa de la fluidez necesaria para generar un elevado número de ideas y la suficiente originalidad para apartarse de lo obvio y permitir el hallazgo de algo que pueda definirse como inédito, novedoso, inusual o diferente.
Sin embargo, ese proceso requiere de una etapa final de verificación en la que debe hacerse una evaluación racional y metódica que ayude a determinar la validez objetiva de lo creado. Cuando se elude esta última etapa, aquello que en apariencia es diferente o novedoso puede resultar vano, inconsistente o rayano en el ridículo. Así es como podrían llegar a crearse cosas tan inusuales y a la vez absurdas como la pasta dentífrica con sabor a ajo o un saquito de té impermeable. Incluso recuerdo el caso del dueño de un night club que obvió la etapa de verificación racional del proceso creativo y terminó ofreciendo en su local un insensato número de striptease al que denominó “8 mujeres vestidas 8” en el que las bailarinas empezaban su acto desnudas y terminaban con sobretodo, bufanda, culotes frisados y gorrito pasamontañas.

Los ejemplos reales abundan y recorren una amplia gama de incoherencias aplicadas a la creatividad que van desde la “teoría de interrupción del hipo con un masaje rectal dactilar” realizada en la Universidad de Tennessee por el Dr. Francis M. Fesmire, hasta la invención de un dispositivo computacional llamado Bow-Lingual creado por el Dr. Norio Kagure que traduce los ladridos del perro al lenguaje humano. Sin olvidarnos de los estudios llevados a cabo recientemente por un laboratorio de la Fuerza Aérea en Dayton, Ohio, para fabricar una Bomba Gay que provoque homosexualidad en el enemigo, logrando así minar la moral y la disciplina de sus tropas. Aclaro que estoy en condiciones de testificar sobre la veracidad de lo mencionado tanto como de asegurar que la palabra “testificar” proviene de los antiguos romanos, quienes en los juicios en lugar de jurar sobre la Biblia lo hacían apretándose un testículo con la mano derecha.
Si tuviese una Biblia cerca le juraría que es verdad, salvo que usted quiera darme una mano para jurar de acuerdo a la costumbre romana… Cuando hay voluntad y paciencia siempre es posible llegar a un buen trato. Mientras eso sucede (o no sucede) llenaré los espacios vacíos diciendo que el espectralismo es una de la corrientes musicales que más desconozco entre todas las que ignoro. No obstante, merced a los privilegios que otorga el saber leer y escribir podemos asegurar que el espectralismo es un género musical surgido en Francia en el seno de la agrupación de compositores Ensamble l’Itineraire que integraran Gerard Grisey, Tristan Murail y Hughes Dufours. La música espectral intenta trasladar a un conjunto orquestal, mediante técnicas derivadas del análisis y síntesis asistidas por ordenador, las evoluciones temporales del sonido en bruto permitiendo la representación del timbre de forma más precisa. Los espectralistas utilizan técnicas microtonales de orquestación que favorecen la transformación del material en el tiempo y aplican principios de electroacústica como la modulación de frecuencia, el bucle de retroalimentación, la compresión del espectro o la dilación de un sonido en el tiempo. En el espectralismo las ondas son descompuestas y luego recreadas en formas musicales que aceptan la influencia del análisis armónico e integran a la composición el análisis del espectro sonoro.
La verdad es que no entendí ni jota pero parece que es una músicaaaa… ¡re-linda!

El álbum da inicio con Echoes. Un imaginativo paisaje signado por meticulosas y elaboradas armonías microtonales con intervalos desiguales que posibilitan una innovadora percepción tímbrica. Una notable exploración de la naturaleza del sonido que conjuga tanto lo puramente musical como el enfoque científico y en la que conviven la liberadora emotividad de la improvisación con la utilización del pensamiento lógico aplicado al arte musical. Rudreshm se estructura sobre rigurosos contrapuntos que, aun partiendo de una disposición instrumental acústica, parecen imitar la composición tímbrica de la música electrónica. Un caleidoscópico mosaico de armonías fundado en la progresiva interacción de los miembros del octeto que deriva en un clímax dinámico con reminiscencias de algunas composiciones del Henry Threadgill’s Very Very Circus. En As Things Change (I Remain the Same) Lehman reafirma sus pretensiones de no limitarse a los sonidos temperados creando armonías infrecuentes, fragmentando texturas deliberadamente y utilizando en el proceso de reconversión sonora (al que los espectralistas denominan “re-síntesis” espectral), instrumentos de contenido armónico relativamente pobre como el vibráfono, el trombón y la tuba. Dub superpone metódicas sonoridades con explosivas improvisaciones realzadas (como sucede en todo el álbum) por la presencia de un baterista como Sorey, quien además de manifestarse ajeno a todo tipo de clichés posee una métrica despiadada. En Alloy los principios doctrinarios asumidos por Lehman hacen un trato explícito con la tradición del jazz para rendir tributo a la memoria de uno de sus mentores: el saxofonista Jackie McLean. Sin perder identidad, el embriagante clima de Waves abreva en la música cinemática mientras que la abstrusa No Neighborhood Rough Enough exige un riguroso compromiso auditivo.
El álbum concluye con una versión del tema de Wu-Tang Clan, Living in the World Today que oficia como un eslabón perdido entre el jazz y el hip-hop experimental.
Steve Lehman nos propone en este trabajo un viaje imaginario al futuro del jazz, no con el ánimo de enseñarnos el camino sino para aprender a construir el propio.

Los hombres inteligentes quieren aprender; los demás, enseñar (Anton Chejov)

Sergio Piccirilli

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