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Minamo: Kuroi Kawa Black River

Disco 1 (En estudio): Konoha No Sasayaki-The Murmur of Leaves, Kogane Mushi-Scarab, To Ho-East, Rakuda-Camel, Mado Wo Akeru-Open the Window, Eki Deno Ichi Nichi-One Day at the Station, Suiheisen-Between Sky and Water, Koneko-Kitty, Kagami-Mirror, Kibo-Hope, Tsuchi No Naka-In the Ground, Sora No Naka-In the Sky, Arabesque-Arabesque, Maho No Jyutan-Magic Carpet, Amadare-Raindrop, Yume No Naka-In the Dream, Kamikazari-Barette, Chiheisen-Between Sky and Land
Disco 2 (En vivo): Kuroi Kawa-Black River, Aoi Saka-Blue Slope, Murasaki No Natsu-Purple Summer, Akai Kaze-Red Wind, Midori No Shinkiro-Green Mirage, Shiroi Arashi-White Storm

Músicos:
Satoko Fujii: piano, acordeón, voz
Carla Kihlstedt: violín, violín-trompeta, voz

Tzadik, 2009

Calificación: Dame dos

Toda persona es dos personas, una despierta en la oscuridad y la otra dormida en la luz (Khalil Gibran)

En la mitología romana Jano (Janus, en latín) es el dios de las puertas, los comienzos y los finales. A Jano se le atribuye la invención de las leyes, la agricultura y el dinero. Dicho sea de paso, ya que se tomó el trabajo de inventar el dinero… podría haberlo hecho en cantidad suficiente para que me alcance hasta fin de mes, ¿no?
Jano solía ser invocado cada vez que se iniciaba un proyecto nuevo o nacía un bebé (también nuevo) y cuando se contraía matrimonio o se iniciaba una guerra, que viene a ser más o menos lo mismo. Por tratarse del dios de los comienzos en su honor le fue consagrado el primer mes del año, de allí que Enero derive del latín Januarius.
Su representación habitual es bifronte, con dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil. Esto explica que, en el principal templo del Foro Romano, hubiera una estatua de Jano en la que aparece con dos caras en sentidos opuestos. La cara ubicada frente a la puerta recibía el nombre de Jano Platusio y la otra era llamada Jano Cluvisio. Según los más destacados historiadores, ambos apelativos declaran tanto la doble funcionalidad del dios como el mal gusto que tenían los romanos para elegir nombres.
En definitiva, queda claro que Jano tenía dos caras, al igual que algunos políticos que conozco. Sólo unos pocos… al resto aún no me los presentaron.
Jano es el dios de los cambios y las transiciones y de los momentos en los que se traspasa el umbral que separa el pasado y el futuro. Su aspecto bifronte, con una cara orientada al este y otra al oeste, le aseguraba protección a aquellos que deseaban emprender un proyecto tendiente a variar el orden establecido de las cosas.

Esto último parece encajar a la perfección con Minamo, dúo que reúne a la violinista estadounidense Carla Kihlstedt y a la pianista japonesa Satoko Fujii en donde convergen dos géneros de apariencia antagónica: la música de cámara y la libre improvisación.
Carla Kihlstedt y Satoko Fujii se han convertido en la última década en dos puntos cardinales de la nueva escena de la música creativa. Ambas representan universos sonoros distantes en términos culturales y geográficos pero que conllevan un compromiso creativo de similar magnitud.
Las aspiraciones estéticas de Carla Kihlstedt, quien además es una cantante superlativa, se han manifestado con inusitada diversidad en proyectos que abarcan un amplio rango de intereses musicales. En su incansable recorrida abordó el pop-art con 2 Foot Yard, la música de cámara de vanguardia con Tin Hat, el avant-rock junto a Sleepytime Gorilla Museum, música clásica en sociedad con Lisa Bielawa, música para teatro con Necessary Monsters (obra inspirada en textos de El Libro de los Seres Imaginarios de Jorge Luis Borges) y folk experimental con Cosa Brava.
En tanto que Satoko Fujii se involucró en una vorágine de propósitos compositivos simultáneos que incluyen cuatro proyectos orquestales de avant-jazz (Satoko Fujii Orchestra: Tokyo, Kobe, Nagoya y New York, respectivamente), tres cuartetos diferentes -todos con epicentro en el jazz en combinación con otras corrientes musicales- (rock con el Satoko Fujii Quartet, música improvisada creativa con el Satoko Fujii Four y folk japonés con Ma-Do), sendos dúos con los pianistas Paul Bley y Myra Melford y el trompetista Natsuki Tamura, una lectura actualizada de la música tradicional de Japón junto a Gato Libre y el Min-Yoh Ensemble y tríos de vanguardia como Junk Box (con Tamura y John Hollenbeck), In the Tank (con Tamura y Elliott Sharp) y el Satoko Fujii Trio (con Mark Dresser y Jim Black).

En 2002, las trayectorias de Kihlstedt y Fujii confluyeron inesperadamente en un proyecto común que se materializó con el álbum Minamo.
El titulo de ese trabajo, que en principio las asoció circunstancialmente y luego se formalizó como dúo estable, le otorgaría nombre definitivo a esta sociedad musical ya que de ahí en más el proyecto pasó a denominarse Minamo.
Minamo, al igual que el dios Jano, parece tener una de sus caras orientada hacia el este y la otra al oeste, ya que su aproximación camarística a la libre improvisación (o viceversa) está tamizada por la evocación a oriente y occidente contenida en el ADN cultural de sus miembros. En Kuroi Kawa-Black River, ese carácter bifronte se potencia a través de un álbum doble integrado por un disco grabado en estudio, que incluye dieciocho piezas breves de reposada y luminosa elegancia, y otro registrado durante un concierto llevado a cabo en Vancouver en el que se manifiesta el lado más apasionado, “teatral” y ardoroso del dúo.

El disco en estudio ofrece piezas como Konoha No Sasayaki-The Murmur of Leaves, Rakuda-Camel, Eki Deno Ichi Nichi-One Day at the Station, Maho No Jyutan-Magic Carpet o Suiheisen-Between Sky and Water en las que el dúo manifiesta una inteligencia capaz de aglutinar la presencia de épocas pretéritas con imágenes de tiempos modernos. Eso se palpa en la adopción de formas musicales de sonata en donde integran los recursos empleados desde el período barroco hasta las experiencias más rupturistas de la música contemporánea.
Minamo es una palabra en japonés que se utiliza para describir una superficie de agua, así como el titulo del álbum (Kuroi Kawa Black River) alude a los ríos cuyas aguas, por la descomposición de vegetales, se tornan de color negro. Esa afinidad del dúo con la naturaleza se traduce en términos musicales no sólo en motivo de descripción sino como fuente de inspiración y hasta de revelación. La mezcla idiomática del piano y el violín y su utilización como parábola de la biósfera se expresa con notable soltura en la nostálgica Tsuchi No Naka-In the Ground, en la breve fogosidad de Kogane Mushi-Scarab y en la extremosa Amadare-Raindrop.
Las innovaciones referentes a la organización sistemática de altura, ritmo y dinámica, el uso de técnicas extendidas y la exposición metódica de contrastes como procedimiento de composición, se hacen ostensibles en piezas como To Ho-East, Mado Wo Akeru-Open the Window, Kagami-Mirror Koneko-Kitty y Kamikazari-Barette.
En tanto que las raíces de las tradiciones musicales japonesas y estadounidenses, se entrelazan, separan y vuelven a unirse de manera incesante en Kibo-Hope (aquí con Kihlstedt en violín-trompeta y Fujii en acordeón), Sora No Naka-In the SkyArabesque-Arabesque y Chiheisen-Between Sky and Land.
Mientras que la unión de clasicismo y música improvisada creativa en Yume No Naka-In the Dream oficia como síntesis testimonial del alegato artístico del primer segmento.

Si la minuciosa elaboración de las breves piezas contenidas en el disco en estudio subyuga, convencen y atrapan, el despliegue que hace Minamo en vivo alcanza niveles de sublime interacción y apabullante dominio instrumental.
En la explosiva apertura con Kuroi Kawa-Black River, tema que da título al álbum, se observan contrastes entre las partes extremas de gran rapidez y el lento central y un final de liquidación rapsódica. Elementos que al mancomunarse le dan un carácter auditivo dramático y asumen una plástica de gran riqueza visual.
En Aoi Saka-Blue Slope y Murasaki No Natsu-Purple Summer se funden la representación de lo popular con la música clásica mediante la aplicación de estilos fugados, feroces contrapuntos y los ritmos sincopados, rubatos e improvisación del jazz. Los acentos contrapuestos, la enorme variedad de recursos armónicos y la riqueza tímbrica y rítmica que Kihlstedt y Fujji le imprimen a sus combinaciones instrumentales, están matizados por la innegable belleza de sus líneas melódicas.
Mientras que la compenetración absoluta, el diálogo fluido  y el entusiasmo contagioso que emana de la ejecución, se aprecia de manera cabal en el encantador humor subyacente en Akai Kaze-Red Wind Midori, en el drama y clímax de No Shinkiro-Green Mirage y en la catártica expresividad de Shiroi Arashi-White Storm.
La mayor cualidad de Minamo reside en la construcción de un lenguaje bifronte que, aun en su innegable variedad, unifica culturas, modos y estilos sin perder identidad.

La unidad es la variedad y la variedad en la unidad es la ley suprema del Universo (Isaac Newton)

Sergio Piccirilli

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