Javier Malosetti: Ten

Disco Inferno, Memorie del Treno, El Benja, Juguicho, Medley (Abide With Me, Two Rails, The Dance of Maya), Money for Nothing, Albie & Ally, Delpo, Maybe I’m Leo, Crazy B., Flowers Island (bonus)

Músicos:
Javier Malosetti: bajo, guitarra, percusión, voz
Nico Raffetta: teclados
Hernán Segret: guitarra, bajo, voz
Tomi Sainz: batería
Invitados:
Damián Carballal: percusión, bajo
Gillespi: trompeta
Santiago Sercovich: saxo
Julián Malosetti: garrahand
Andrea Knight: voz

S’Music, 2010

Calificación: Está muy bien

El (básicamente) bajista Javier Malosetti tomó, hacia fines del año 2008, una importante decisión en su dilatada trayectoria: conformar una banda estable, con músicos jóvenes y, por vez primera, darle una identidad. El grupo llevaría el nombre de Electrohope, explicado de esta manera por el líder: "Energía pendeja: los pibes son la esperanza eléctrica". El debut discográfico de Javier Malosetti Electrohope se produjo a mediados de 2009. Y un año después se cristalizó la continuidad con Ten.
Ten, que significa “diez” en inglés y que viene a ser, ni más ni menos, que el décimo álbum de Javier Malosetti. Pero… ¿será ése el motivo del título? Porque más claro hubiera sido “10” o “Décimo”. Pero no… se llama Ten.
El número 10 tiene, al menos en la Argentina, una clara relación con la excelencia. Es la nota más alta que un alumno puede conseguir, por ejemplo. En el fútbol, sobresale quien en un equipo juega de o es el “diez”. A Maradona suele decírsele “el Diez”. Yendo un poco más lejos, para la Doctrina Pitagórica, el número 10 “tiene el sentido de la totalidad, es el más sagrado de todos los números por simbolizar a la creación universal, fuente y raíz de la eterna naturaleza; y si todo deriva de ella, todo vuelve a ella. Es, pues, una imagen de la totalidad en movimiento”. Pero además, dicen, que para los mahometanos hay sólo 10 animales admitidos en el paraíso. Que diez milagros se hicieron en Egipto y otros 10 en el Mar Rojo. Que los judíos ofendieron 10 veces a Dios en el desierto y que Moisés fue probado 10 veces. Y que, para los budistas, hay 10 puntos de perfección.
Mirá vos…

Pero “ten” también tiene su significado en castellano. Es el imperativo de la segunda persona del singular del verbo “tener”. Veamos algunos sinónimos: albergar, mantener, asir, sostener, sujetar, guardar, atesorar. Siguiendo este razonamiento, el CD bien podría haberse titulado “sostiene”, “alberga”, “guarda” o “atesora”, por ejemplo. ¿Será entonces que Javier Malosetti nos está “ofrendando”, “entregando” su décimo álbum para que lo cuidemos, disfrutemos, compartamos?
Me gusta la idea de responder afirmativamente.

Dijimos ya que el bajista, acostumbrado a rodearse de artistas consagrados, se decidió en esta oportunidad por hacerlo de músicos jóvenes, prácticamente desconocidos para el gran público. Pero ha sido compensado con fervor, energía y, también, pericia. Electrohope suena como un grupo compacto, potente, sólido, que no escatima adentrarse en territorios musicales diversos como rock, jazz, soul, funk, blues y cierto aire latino, que conviven en perfecta armonía a lo largo de todo el álbum.
El líder, que ha transitado por infinitos estilos musicales, parece haber encontrado un espacio de contención ideal para su propuesta actual. Ten ofrece composiciones propias del bajista y algunas interesantes relecturas de temas clásicos (y no tanto) de artistas como Dire Straits, Mahavishnu Orchestra, The Trammps y Deep Purple. Siempre con una fuerte presencia rítmica, con el groove como aliado permanente y un virtuosismo acertadamente acotado que permite disfrutar de las bondades de los demás integrantes de Electrohope.

Disco Inferno, compuesto por Green y Kersey y popularizado por The Trammps, abre el CD con espíritu de jam session y rhythm & blues. Buen aporte del tecladista Nico Raffetta y comienza a ser notoria la importancia del baterista Tomi Sainz. Malosetti entrega un buen solo y canta relajada, cómoda, casi displicentemente en el tono que más le favorece. Muy buen arranque que tiene su continuidad en Memorie del Treno, composición del bajista que aquí intercambia roles instrumentales con el guitarrista Hernán Segret. Una balada de tinte bluesero que el grupo interpreta con soltura aunque sin tomar excesivos riesgos.
El Benjaes pura potencia y contagio. Nuevamente Malosetti en guitarra muy bien secundado por Nico Raffetta, aquí en piano. La base, a cargo de Segret y Sainz, más el aporte de Julián Malosetti en garrahand es impecable. El líder muestra que también le son propios varios de los secretos de la guitarra con una intervención enérgica y no exenta de sutilezas.
Juguicho sigue invitando a subir el volumen. El órgano de Raffetta y la atmósfera en general, recuerdan al disco A Go Go, que el guitarrista John Scofield grabara con el trío Medeski Martin & Wood. Es nuevamente interesantísimo lo ofrecido por el baterista Tomi Sainz. El Medley comienza con una composición del siglo XIX de William Monk y Henry Lyte titulado Abide With Me; un góspel que Malosetti entona con el aporte de lo que parece ser un vocoder y el sonido de pájaros trinando de fondo. A esto se pega un original del bajista, Two Rails, que nos retrotrae al buen jazz rock de los ’70. Por ello no desentona que The Dance of Maya (del álbum The Inner Mountain Flame, de John McLaughlin’s Mahavishnu Orchestra) sea quien finalice esta trilogía.

Money for Nothing, composición de Mark Knopfler que integrara el disco Brothers in Arms de Dire Straits, posee un interesante arreglo muy cercano al country blues con atractivos solos de Raffetta en órgano y Malosetti en guitarra.Albie & Ally es una balada de simple estructura que parece preparar el terreno para la explosión de Delpo, donde el grupo (efectivamente) explota y parece sentirse a sus anchas. La base, nuevamente a cargo de Segret y Sainz es monolítica; Malosetti, en bajo líder, demuestra lo (muy) bueno que sabe ser y son atinados los aportes de Raffetta en órgano y Gillespi en trompeta. Apueste unos petates a que será tour de force de la banda. Sigue otra interesante relectura; esta vez se trata de Maybe I’m Leo, desde Machine Head, de Deep Purple. Más lenta, casi un slow blues en el inicio, luego se acerca bastante a la versión original. Buena entrega de Raffetta en Wulitzer y de Malosetti con el bajo distorsionado asumiendo el liderazgo. El final oficial del CD es con Crazy B., que incluye un potente aporte percusivo (lo que le da al tema un aire latino indisimulable) y una descollante intervención (una vez más) de Tomi Sainz en batería. Nuevamente Malosetti logró moldear una de esas melodías contundentes y contagiosas que dan la sensación de poder durar eternamente. El bonus, Flowers Island, interpretado a dúo por el líder en bajo y percusión y Raffetta en órgano, deja en claro por qué el uruguayo Rubén Rada es uno de los músicos admirados por Malosetti.

Ten es el décimo álbum de Javier Malosetti. En el que parece querer compartir cuáles son sus preferencias musicales sin que esto implique un refrito o una mera copia, sino aportando nuevos e interesantes elementos. Con Electrohope ha sabido plasmar una identidad potente y contemporánea aunque sus fuentes de inspiración más arraigadas se encuentren en la música de los años ’70.
Ten, en definitiva, es un muy buen álbum en el que el bajista ha sabido exponer una vez más sus atributos que (por si no ha quedado claro) van más allá de su reconocida pericia como instrumentista.

Marcelo Morales

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