Harris Eisenstadt
…Y hablando de Wadada Leo Smith. ¿Cómo lo conociste? Me imagino que hay muchas cosas que has podido aprender de él… ¿Hay algo que destacarías especialmente?
Fui a estudiar con él en CalArts (California Institute of Arts) entre 1999 y 2001. Leo (Smith) impartió muchas grandes lecciones. Tal vez la más importante fue la de aprender a buscar el momento musical de cada composición, para socavar todo el material innecesario hasta dejar sólo la idea o las ideas musicales más importantes.
Ya que has tocado con tanta gente como sesionista, me gustaría preguntarte sobre cuáles son las filosofías aprendidas durante esa experiencia a las que adherís, ahora que ocupás el rol de líder de banda…
Ésa es una interesante pregunta. Trato de recordar cuando trabajo como sesionista que no soy el líder en una situación dada y, como resultado de eso, muchas de las decisiones están en manos del líder y no en mí. Supongo que mi experiencia como acompañante me ayuda a entender cómo es la experiencia de la gente que participa en mis grupos. Es decir, trato de llevar una banda adelante como si se tratase de un grupo en el que me gustaría ser sesionista. Quiero que la música sea algo que los colaboradores disfruten al ser parte de ella y que podamos conformarla juntos. Quiero que los músicos puedan hacer aportes creativos en cuanto a la elaboración de la música y quiero estar seguro que el ambiente sea respetuoso, alegre y serio, todo al mismo tiempo.
Has hecho muchos viajes en años anteriores que te han permitido incorporar a tu música sonoridades provenientes de diferentes culturas. ¿Es algo que pensás seguir haciendo con la misma intensidad?
En realidad no he estado haciendo muchos viajes en los últimos dos años, más o menos desde que mi esposa (la excelente fagotista Sara Schoenbeck) quedó embarazada y hasta que tuvo a nuestro hijo. Sólo algunos tours aquí y allá pero no tanto como en años anteriores. Parece que habrá un montón de viajes en el horizonte de 2011, así que supongo que las cosas están volviendo a ser como eran entonces.
Uno de los temas que acostumbro tratar con mis entrevistados es el enfoque sobre el lenguaje musical. En relación al concepto de lenguajes musicales adquiridos a través de tu participación en diversos proyectos durante los últimos diez años… ¿considerás que has ido expandiendo un lenguaje musical único o que vas incorporando nuevos lenguajes? Dicho de otra manera: en términos musicales ¿sos multilingüe o buscás ampliar el vocabulario de un único lenguaje?
Esta pregunta me hace pensar en un hilarante clip de youtube que muestra la entrevista que Ali G. le hiciera a Noam Chomsky… Por favor, míralo… y verás qué quiero decir. (La desopilante entrevista que el comediante Sacha Baron Cohen -alias Ali G– le hiciera al famoso lingüista y filósofo Noam Chomsky a la que hace referencia Harris Eisenstadt puede verse en el siguiente link http://www.youtube.com/watch?v=fOIM1_xOSro). En cuanto a mi lenguaje musical, siento que he estado desarrollando un lenguaje único más que múltiples lenguajes. No estoy seguro de cuán amplio y profundo es… aunque espero que lo sea en ambos términos ya que la belleza de la música depende, por supuesto, de cuán profundas y amplias sean esas posibilidades, así que… (reflexiona) definitivamente siento de forma similar a lo que mencionás en la primera parte de tu pregunta, ya que en mis diez años de carrera profesional he estado intentando desarrollar una voz personal, tanto como compositor como improvisador, en lugar de convertirme en un lingüista musical con fluidez en diferentes idiomas, aunque apropiándome de cada uno de ellos dependiendo de la situación.
Tratemos de enfocarnos en tu proceso para componer. Cuando iniciás una composición, ¿tenés un sonido en mente, una idea o una estructura? ¿Hacés muchos apuntes o la elaboración es más improvisada?
Eso depende del contexto. A menudo improviso en el piano o escucho fragmentos en mi cabeza -con frecuencia las partes de bajo-, escribo cosas, recojo ideas que saco en el piano, las llevo a la partitura, las meto en el Sibelius (programa informático completo para escribir, ejecutar, imprimir y publicar partituras de música). Todo lo mencionado, realmente. Sólo depende de la situación sobre la que estoy escribiendo. He estado abocetando mi primera pieza para orquesta completa y eso involucra un montón de furiosos apuntes a mano y trabajo en el piano. Ni siquiera he empezado a editar y tengo que entregar a fines de septiembre tan solo un minuto de lo que esa pieza podría llegar a ser. Esto puede ser seleccionado, quizás sí quizás no, para una lectura del American Composer Orchestra el próximo verano. De cualquier manera es una experiencia completamente diferente tratar de concebir, como en este caso, una obra enteramente compuesta para sesenta músicos que, por ejemplo, escribir música para el próximo álbum del trío con Ellery (Eskelin) y Angie (Angelica Sánchez).
¿Ves la composición y la improvisación como dos cosas diferentes o asumís el rol de construir una especie de puente entre la composición y la improvisación?
Los veo como cosas diferentes, claro. En cuanto a la construcción de un puente entre ambos… eso me recuerda el discurso de Bill Clinton de 1996 que decía “construyendo un puente hacia el siglo XXI” (uno de de los slogans de la campaña que permitiría la reelección del presidente Clinton). No sé… ellas son (refiriéndose a la composición y la improvisación) una parte de mí y cada una informa a la otra sobre lo que está pasando. Dudo que pueda llegar a ser uno o lo otro, solamente.
Para concluir: ¿en qué forma creés que la música tiene la habilidad para modificar o cambiar la manera en que las personas viven sus respectivas vidas?
Bueno, ésa es la gran pregunta. Muchísimo más grande que todas las otras preguntas, ¿sabés? A veces hacer música -o me atrevo a decir, hacer arte- parece ser mucho menos capaz de cambiar la vida que en un montón de otras actividades. Ejemplo, un cirujano en una sala de emergencias. Pero por otra parte, alguien vino a verme después de un par de conciertos que dimos hace un mes con Canada Day en el Vancouver Jazz Festival y me dijo que los conciertos que dimos lo habían movilizado más profundamente que ningún otro que hubiera escuchado en su vida. Por lo tanto sí, absolutamente, ¡la música tiene la enorme habilidad de incidir en la forma en que la gente vive!
http://www.harriseisenstadt.com/
Sergio Piccirilli