Discos / DVD's

Jesusa Rodríguez / Liliana Felipe: Que 20 años no es nada

Disco 1: Mala, Si nos da igual, También los jóvenes envejecen, Pero no te extraño, Sola en el pozo, A su merced, Sentirlo todo, Ajo!, Otro adiós sin Dios, El Protoplasma, A nadie, Los sexos de Miller, Mujer inconveniente, Plancarte, El Chupacabras, Cuando cumpla los ochenta, Come chocolates, Chupamos Faros, Permítame, El Corrido de la Merced
Disco 2: Las histéricas, Es Elena Poniatowska, Doña Chavela, Salsa de Molcajete, Pobre gente, Vivan las mujeres!, No va a alcanzar la leña, Y si la historia…, Los paraísos, No nos van a centavear, Fallamos como especie, Tangótl, El cuerpo es, Chivo expiatorio, Es demasiado, Son lo que son, Las mujeres mexicanas, La Mayonesa, Los ladrones y Vaticano S.A. de C.V., Como se pueda

Músicos: no especificados

Los Años Luz, 2010

Calificación: Dame dos

Voy a dar por sentado que usted sabe lo que significan las palabras “debate” y “feminista”, así que vamos directo al punto. Debate Feminista es una revista semestral mexicana (prácticamente un libro: 350 páginas de 22 x 16 cm.) que se publica desde 1990. En ella se tratan temas que van de la política a la literatura, del sexo al psicoanálisis, de un etcétera a otro etcétera, considerando al feminismo como una perspectiva del pensamiento político actual, “independientemente de si tienen cuerpo de mujer o de hombre”. Me gustó el encomillado; sin dudas que la gente de Debate Feminista explica mejor que yo algunas (sólo algunas) cuestiones, como que la revista “se ha interesado por divulgar las polémicas más actuales de pensadores y pensadoras progresistas en torno a la igualdad y las diferencias entre los sexos (…) Mientras los seres humanos no tiendan a promover el respeto a la diferencia y mientras la diversidad humana no pueda expresar toda su variedad y riqueza, no seremos verdaderamente humanos”.

Una de sus colaboradoras es la mexicana Jesusa Rodríguez, actriz, dramaturga, escenógrafa y directora de teatro nacida en 1955. Ha dirigido Macbeth (Shakespeare), Cosi fan tutte (Mozart), Primero sueño (Sor Juana Inés de la Cruz), así como Donna Giovanni, ¿Cómo va la noche, Macbeth?, Yourcenar o cada quien su Marguerite, etc.
Otra (de las colaboradoras de Debate Femenino) es la cantante, compositora, pianista y, entre otras cosas, poetisa argentina Liliana Felipe, quien reside y registra sus discos en México. Discos que, afortunadamente, han comenzado a ser editados desde hace algunos años por el sello Los Años Luz. Además ha musicalizado numerosas obras de teatro y de cabaret y también incursionó en el cine con la banda sonora de Santitos (de Alejandro Springall).

Además de convivir, Rodríguez y Felipe fundaron el Teatro Bar El Hábito, donde produjeron más de 320 obras a lo largo de 12 años. De 2001 a 2004, impartieron 7 talleres de “Empoderamiento para Mujeres Indígenas y Campesinas” y 4 de “Renovación de la masculinidad para Hombres Indígenas y Campesinos” en 18 estados mexicanos. Sus obras (las de ambas) tienen un profundo grado de compromiso y militancia (artística, política, existencial), en lo que parece una mera prolongación de sus vidas por afuera de los escenarios.

Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe han aportado, durante 20 años y cada seis meses, una canción en la revista mencionada. Se presentaba la letra y la partitura de una pieza compuesta, generalmente, para alguna de las tantas obras representadas en El Hábito. Como no es difícil intuir, en las mismas quedaban reflejados el talento, la ironía, la irreverencia, la crítica social y, entre infinidad de otros elementos, el humor. Por supuesto que han tenido (tienen) sus detractores; pero esto parece potenciar sus apuestas artísticas y vivenciales.

El feminismo (le cuento por si no lo sabe o no tiene ganas de andar buscando) es una ideología y un conjunto de movimientos (económicos, culturales, políticos), cuyo objetivo es la igualdad de los derechos de mujeres y hombres. Las primeras corrientes feministas “modernas” surgieron a finales del siglo XIX como (de acuerdo a Nancy Cott) “la creencia en la importancia de la igualdad de género, invalidando la jerarquía de género como concepto construido por la sociedad”. Y hay quienes sostienen que más que de “feminismo” habría que hablar de “feminismos”, habida cuenta de la cantidad de tendencias existentes: feminismo cultural, ecofeminismo, feminismo liberal, feminismo marxista, feminismo radical, feminismo separatista, feminismo filosófico, anarcofeminismo, feminismo islámico, feminismo crítico, feminismo lésbico… y siguen las firmas. O las tendencias.

Y si bien parece un exceso, es útil para que algunos obtusos (a mí no me mire…) comprendan que feminismo no es sinónimo de lesbianismo, que la problemática feminista viene de larga data y la verdad que uno no entiende muy bien el porqué o los porqués. Lo que no puede llamarnos la atención es que hay un gran sector de la sociedad mundial que no tiene la menor gana ni intención de que las mujeres ocupen de una buena vez el (los) lugar(es) que le(s) corresponde(n). Aunque pensándolo apenas un poquito… debería llamarnos la atención. Y poderosamente.

Retomando lo del inicio, no mencionamos arbitrariamente a la revista Debate Feminista. Ocurre que al cumplirse su vigésimo aniversario de existencia, ha decidido editar todas esas canciones, que son cuarenta (una cada seis meses durante veinte años da cuarenta todos los días, créame), en un CD doble titulado Que 20 años no es nada y que, con muy buen tino, el sello Los Años Luz decidió poner al alcance de todos los que habitamos el sur del cono sur.

Como queda claro por lo antedicho, se trata de una compilación de composiciones realizadas a lo largo de 20 años. Aquí, entregadas en estricto orden cronológico. Y si bien no existe en este caso un hilo conceptual (como sí en varias de las entregas discográficas de Felipe), la edición de este álbum doble no carece de atractivos ni mucho menos. Porque se trata de dos artistas serias, talentosas, comprometidas, combativas, indóciles, valientes, indómitas, consecuentes y honestas. Porque mucho del material se encontraba inédito. Porque brinda un variopinto collage de estilos que desemboca en la existencia de “un” estilo. Porque puede ser que veinte años no sean nada. Pero Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe, en esa “nada”, han hecho tanto…

En los 135 minutos de duración de Que 20 años no es nada hay para todos los gustos, créame. Bueno… a decir verdad… para todos los gustos… difícil… no sé si me entiende… Porque molestar, molestan; incomodar, incomodan; enojar, enojan; perturbar, perturban. Porque ahí está el primer track, esa Mala “como la mentira, el mal aliento, el estreñimiento, la censura, la miseria, el orden, la decencia, como película checa, como caldo frío…”, para finalizar con un “mala, pero qué bonita…” Y sea usted hombre, mujer, feminista o machista, dígame que no le ha hecho cosquillas…

Dentro de una propuesta en la que confluyen tanto ritmos folclóricos latinoamericanos como tango, cierto aire de chanson francaise, jazz y algunas otras yerbas, Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe, a pesar de cierto discurso (¿necesario?) panfletario, no caen en la desmesura. Lamentablemente el CD doble no viene acompañado de información acerca de los músicos participantes, pero aquí lo que prevalece es la palabra, con algunas canciones que sobrevivirán a su época y otras que serán fieles reflejos de la misma.
Así que ahí tenemos También los jóvenes envejecen, solo en piano y voz: “también los pobres tragan saliva, también la historia está bien podrida, también hay libros que no se editan y hay cosas largas que son cortitas; también se aplaude lo que molesta, los miserables hoy tienen fiesta, lo militar es pornografía; y si a mí me callan, también se oiría”; o el doloroso y magnético valsecito Pero no te extraño; el cálido lirismo de Sola en el pozo (cantada magistralmente por Eugenia León); la poética y potente denuncia de Otro adiós sin Dios: “¿Dónde estaba Dios? ¿Dónde estaban todas las naranjas? ¿Dónde estaba yo cuando esa bala te dio? ¿Dónde estaba Dios? Ahí no estaba Dios… otro adiós sin Dios (…) ¿Cómo es dejar de respirar frente a un señor que viste un pobre, un triste cuerpo militar, un soldadito sin destino, un empleadito, un argentino?” o el formidable alegato de Permítame: “México, echaste abajo tus edificios sobre cientos de costureras; no te sorprenda que me vista con la ropa de tus muertos; tus muertos me entregaron su guardarropas con un retraso de 300 años, como si algo tan terrible pudiera pasar de moda”.

El segundo CD da inicio con Las histéricas: “Las histéricas somos lo máximo: solidarias, fabulosas, planetarias, amorosas, superegos moderados, cunnilingus para todas a placer”; y también contiene Pobre gente: “pobre gente la gente que en nombre de su Dios mata a otra gente”; la falsa canción infantil Fallamos como especie: “¿Quién ha visto una lechuga traicionando a otra lechuga?, ¿quién ha visto una tortuga estirándose una arruga?, ¿una mosca terrorista?, ¿una rana paranoica?, ¿una vaca armamentista? (…) ¿una rata millonaria?, ¿una araña deprimida? ¿un arbusto acomplejado? Una especie tan absurda… ¿quién ha visto? Fallamos como especie… y volveremos a fallar”. Y también el sacudón de Es demasiado, la ironía de Las mujeres mexicanas, el absurdo optimismo de La Mayonesa, o Los ladrones y Vaticano S.A. de C.V., donde con sarcasmo se recurre a una “marchita militar” para enunciar “En tiempos de las bárbaras legiones, de lo alto de las cruces colgaban a los ladrones. Hoy, en pleno siglo del progreso y de las luces, del pecho de los ladrones cuelgan las cruces”. Y el final, en el último track, cuando luego de Como se pueda y de unos tres minutos de silencio, aparece como un bonus no anunciado El espurio o, tal vez, Por la puerta de atrás, que ambas señalan como un “bolero resistente” o el “nuevo éxito de la Resistencia Mexicana”, donde el apuntado es nada menos que el actual Presidente mexicano Felipe Calderón Hinojosa. Musicalmente irresistible, su letra no lo es menos: “Espurio, te gritan por la calle; espurio, te dicen por doquier; entraste como entran los ladrones, como entran los chiflones, por la puerta de atrás (…) Inepto, así lo has demostrado; pelele, es una descripción; borracho, de poder embriagado; pelele, inepto y briago, ésa es tu condición (…) Y saldrás de la historia por la puerta de atrás, saldrás con la basura, te irás con el cascajo, como salen las ratas… y te irás de la historia por la puerta de atrás”.

Disculpe usted que haya recurrido a muchas (tal vez demasiadas) citas. Pero es que resulta prácticamente imposible no sentirse atraído por la vehemencia y convicción con las que estas dos mujeres reflejan su arte. Que por momentos es doloroso y cruel, pero con el suficiente ingenio y talento como para que uno pueda disfrutar, crecer, aprender y, también, (volver a) creer.
Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe entregan 40 (en realidad 41) composiciones que, con sus vaivenes, reflejan un panorama parcial pero válido y valioso de su permanente compromiso artístico, social, cultural y político.
Que 20 años no es nada; tal vez sea cierto.
Pero estas 40 (41) canciones son mucho más que mucho.
Y, además, son necesarias.

Marcelo Morales

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