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Art of the Trio (hoy) x 5

 piano bass & drums

Stefano Battaglia: Songways

Bobo Stenson: Indicum

José Carra: Ewig

Jesse Stacken:  Bagatelles for Trio

Jeff Davis: Leaf House

 

Alguien dijo que la verdadera obra de arte, con su mensaje de largo recorrido y que hoy choca frente a la cultura de consumo, actúa removiendo las conciencias de lo establecido. En esta línea que actualiza un legado, ofrecemos una selección de trabajos a trío de piano, bajo y batería que trasciende la consideración de “clásico” con la que puede asociarse a un formato que se emancipó a mediados de los años ‘50 y principios de los ‘60 del siglo pasado.

Una expresión que se renueva y moderniza –como lo hicieran posible Ahmad Jamal y Bill Evans-, conjugando nuevas perspectivas sobre funcionalidad interna y espacio, plasticidad melódica y tímbrica; elementos que, como veremos en esta selección, siguen construyéndose en un escenario eminentemente acústico sobre el juego contrapuesto de cualidad abstracta y figurativa, escritura e improvisación.

A la dialéctica que inauguran los tríos de Jamal, Evans y Jarrett (sin olvidar a Cecil Taylor, Paul Bley, Stanley Cowell o Andrew Hill) y continúan, en sus polos estéticos y nominativos, los de Brad Mehldau o Matthew Shipp (The Art of the Trio el primero y The Art of Improviser el segundo) le suceden nuevos modelos de exposición y disposición funcional, autonomía de estilo e identidad cultural.

 

Stefano Battaglia - Songways

Stefano Battaglia: Songways

Euphonia Elegy, Ismaro, Vondervotteimittis, Armonia, Mildendo Wide Song, Monte Analogo, Abdias, Songways, Perla, Babel Hymn

 

Músicos:

Stefano Battaglia: piano

Salvatore Maiore: contrabajo

Roberto Dani: batería

 

Sello y año: ECM, 2012

Calificación: Está muy bien

 

El músico milanés -pianista de sobrada personalidad y técnica, combinación que genera exigencia expresiva y de escucha- ofrece desde su desembarco en ECM (marco idóneo a su estilo) una obra reforzada extra-musicalmente por cine, literatura y también por una suerte de antropología musical que le permite impregnar los sonidos en una evocación sobre lo pretérito y la cercanía emotiva, lo físico y lo sugerido, de la verticalidad al lienzo marino.

En su segundo trabajo al frente de este trío tras The River of Anyder (2009), la melodía respira con amplitud y al mismo tiempo de manera introspectiva. En una visión metafórica que esta música agradece, todo sucede como en el movimiento de las olas y en la memoria de algo que fue o que pudo ser. Una imagen antes nostálgica que romántica y que comprende a la historia y al paisaje mediterráneo (entre Sicilia y Grecia, no muy lejano a los últimos proyectos de Louis Sclavis) como un encuentro ascético con vínculos terrenales (el sutil tratamiento atmosférico de la percusión de Michele Rabbia continúa en Roberto Dani).

Los primeros acordes de Euphonia Elegy -explicativo título- suenan a Chopin; y luego, en su desarrollo, nos recuerdan a un Jarrett romántico acotado por la identidad geográfica y con un mayor uso de los espacios vacíos y del silencio: el bucolismo del paisaje tiende hacia la nostalgia de un Angelopoulos en Battaglia. Tenemos, entre estos dos polos citados, música clásica y creación libre, las fuentes de las que emana el estilo de este músico. La tercera, la aforística, aquí más acusada sobre la melodía que en el díptico sensitivo, entre abstracción y lo mediterráneo, que dedicó a Pasolini, tiene a la literatura (Alfred Kubin, Jonathan Swift, Charles Fourier) como apoyo argumental. Italo Calvino, dentro de la lista de los elegidos, autor de Las ciudades invisibles y Los amores difíciles, no obstante, parece ser -por cercanía sensitiva y ánimo descriptivo sobre lo figurado- quien más se acerca al resultado en sonidos.

 

El mundo de Battaglia, sutil y rotundo, absorbente para unos e impermeable para otros, gira decididamente en Songways hacia una construcción tonal inspirada en el Mediterráneo, dejando al margen la abstracción y los perfiles en aristas de otros trabajos en trío como el excepcional Da Lontano era un`isola (con Giulio Corini y Nedille Bandelo). Nos ofrece aquí una inmersión sensitiva canalizada como en estampas de memoria. El poder evocador de su música se tiñe de melancolía ayudado por poesía y literatura.

 

Bobo Stenson Indicum

Bobo Stenson: Indicum

Your Story, Indikon, Indicum, Ermutigung, Indigo, December, La Peregrinación, Event VI, Ave Maria, Tit er jeg glad, Sol, Ubi Caritas

 

Músicos:

Bobo Stenson: piano

Anders Jormin: contrabajo

Jon Fält: batería

 

Sello y año: ECM, 2012

Calificación: Dame dos

 

El jazz europeo tiene en Stenson (y en otros pianistas de su generación como Enrico Pieranunzi, John Taylor o Joachim Khün, mención aparte del sobresaliente -en todo el sentido de la palabra- Martial Solal) un pilar de la construcción (más allá de un estilo al que se adscribiría Marcin Wasilewski) de una corriente que desde la década de 1970 ha venido en llamarse jazz europeo. Inscripto en la nómina de ilustres de ECM (el cuarteto con Jan Garbarek antes de que fuera absorbido por Keith Jarrett) desde la fundación de este sello, impulsor de una refinación que se abría camino entre los postulados melódicos de Bill Evans y los espacios abiertos por Paul Bley, añadiendo los conceptos de libertad y uso del folclore de Ornette Coleman / Don Cherry, Bobo Stenson lleva tiempo instalado en un lugar propio en la creación a trío. Una trayectoria como tal en la que conviven clasicismo y modernidad, identidad escandinava y aspiraciones viajeras, en la que se vislumbra un punto de inflexión determinante en la última década: la participación de Paul Motian.

Se diría que en este formato, tomando como punto de llegada la idea literaria asumida por Battaglia, el músico sueco ofrece en cada entrega un relato sin un centro temático concreto en el que -como sucede significativamente con Charles Lloyd y a cuyo cuarteto perteneció-, la canción latinoamericana es lugar común de recreación (ahora con La Peregrinación, de Ariel Ramírez; antes fue Alfonsina y el mar).

 

Indicum plantea un abanico de piezas de distintas firmas que van del músico clásico Carl Nielsen al fundador de la “tercera corriente”, puente entre la música clásica-contemporánea y el jazz, que fue George Russell, influyente personalidad entre los músicos de jazz nórdicos a finales de los ‘60. Y para empezar, Your Story, de Bill Evans, seguida de dos improvisaciones libres que por su perfección no lo parecen. La primera de ellas, Indikon, es la más interesante. Parece estar inspirada por la música india, en la que la funcionalidad del trío (dando réplica a sitar, tampura y tablas) asume el carácter melódico antes que el rítmico de una raga. También cerca de la India, Indigo es otra pieza colectiva que esta vez sí nos recuerda en su desarrollo a Jarrett.

Anders Jormin sobresale en la participación escrita con dos temas que profundizan en sendos polos sensitivos: el romanticismo invernal (December) y el desperezar de la naturaleza (Sol). También otros tantos, Ubi Caritas (Ola Gjello) y Ave Maria (tradicional noruego), invitan a una interesante síntesis entre polifonía renacentista, contrapunto “bachiano” y recogimiento lírico del folclore nórdico.

Un relato que a cada escucha nos susurra nuevos paisajes, entre el Indo y los fiordos, y otras historias por redescubrir.

 

Jose Carra - Ewig

José Carra: Ewig

Ewig, You Do Something to Me, Stella by Starlight, Pájaros perdidos, Autumn Tales, The Sheik of Araby, The Kiss, Ad astra per aspera, Good Morning Heartache

 

Músicos:

José Carra: piano

Dee Jay Foster: contrabajo

Ramón Prats: batería

 

Sello y año: New Steps Records, 2012

Calificación: Está muy bien

 

Fundado en 2010, este grupo es heredero de la ya mencionada tradición de Bill Evans y también de una creación más reciente como la de Fred Hersch que se extiende hasta Brad Mehldau. Pianistas que conjugan refinación clásica y modernidad, tomando impulso en lecturas introspectivas de standards para alcanzar una expresión más abierta y personal, conectada sensitiva y técnicamente con el jazz y el mundo clásico-académico pero también con modos repetitivos y esquemas melódicos prestados del pop.

La reinterpretación de clásicos y la incorporación de originales escritos por Carra se ajustan creativamente a este formato con la solvencia e inventiva de Ramón Prats y Dee Jay Foster, los tres músicos pertenecientes a una misma generación. Es justamente en trío, y en esta primera publicación, donde el músico español se desenvuelve con mayor soltura, favoreciendo el juego dinámico entre los instrumentos y desplegando desde el piano un discurso detallista, cantable y a la vez expansivo, en cuyo desarrollo encontraremos similitudes de ornamentación, cruce de líneas e intensidad con el de Brad Melhdau (como en el caso de Ewig). En sus construcciones, aporta cuatro temas propios en los que alterna un introvertido aliento romántico (Autumn Tales) con el tono vitalista y desenfadado (Ad astra per aspera), resuenan ecos de la música clásica y de los musicales de Broadway (You Do Something to Me, The Kiss), de la canción de jazz de los años ‘40 (Stella by Starlight) y del cine de los ‘50 (Good Morning Headache), incluso del Jarrett de perfil “bluesy” y solemne (The Sheik of Araby), así como otras fórmulas rítmicas más intricadas derivadas de Monk o bien de patrones sencillos y repetitivos. La intensidad y fluidez lírica que desprende el piano, la precisión y expresividad de la base rítmica, entre el activo trabajo melódico de las cuerdas y los suaves planos desplegados por la batería, hacen de este trío una de las formaciones más sólidas y sugestivas del panorama jazzístico hispano.

 

Jesse Stacken - Bagatelles for Trio

Jesse Stacken:  Bagatelles for Trio

Bagatelles nº1- 13

 

Músicos:

Jesse Stacken: piano

Eivind Opsvik: contrabajo

Jeff Davis: batería

 

Sello y año: Fresh Sound New Talent, 2012

Calificación: Dame dos

 

“Bagatela”. La elección del título puede significar por sí misma dos cosas: una falta de pretensión o un reto. Y va a ser lo segundo, con esta alusión indirecta a la creación para piano del último siglo y la sobresaliente figura de Arnold Schoenberg. En concreto, el propio músico reconoce, respecto a sus polos de atención, respeto a la obra de Bela Bartók y Morton Feldman con una llave extendida hacia la improvisación tomada del trío de Schippenbach. Stacken, quien empezó a tocar profesionalmente el piano a los 16 años, afirma que su intención era conseguir unir los extremos que unen a estos autores. Y lo consigue pese a la distancia que separa la intrincada construcción melódica con raíces folk -emancipada rítmicamente- del compositor húngaro a la levedad persistente del norteamericano y de la solidez del acto instantáneo para tres voces que configura el alemán. Trío fundado en 2005, el de Stacken es uno de los que perfilan la contemporaneidad de este formato en la ciudad de Nueva York,  al igual que los tríos de John Escreet o Kris Davis o Russ Lossing. A diferencia de los dos trabajos anteriores registrados en este mismo sello, Stacken propone aquí un discurso exploratorio (que acaba siendo espejo) del sonido de piano del siglo XX, en especial si tomamos como referentes a los autores anteriormente citados. Del mismo modo, sonido y estructura quedan recogidos bajo esta pequeña figura llamada “bagatela”, que le sirve de puente entre la melodía o el sistema tonal y también para ir más allá hacia la atonalidad y la improvisación. Lo interesante de esta música, en cierto modo programática, es que la demarcación de los temas en la escritura de Stacken determina y restringe el espacio de los desarrollos libres, prescindiendo de la figura -muy recurrida en jazz- del “tema con variación” que imprime un mayor desarrollo y por tanto una locuacidad extra. Los primeros pasos en el lied dodecafónico realizados por Schoenberg, figura que parece aquí trascendida (nº2), posibilitaron la unión de melodía como aspiración sublimada por los románticos y una atmósfera que se revelaba en el expresionismo figurativo (nº10), entre pliegues y sombras. Esas dos claves que afectan al clima sonoro perviven en este estupendo trabajo en el que la declinación lenta del tiempo (el suspenso feldmaniano) conecta el ensimismamiento y la monumentalidad melódica (nº12), la consonancia y precisión rítmicas (nº11 y nº 13), no ya con la atonalidad sino con las texturas del ruido (de la nº5 a la nº6).

Música situada en ese difícil espacio entre la luz y las sombras, lo tonal y lo abstracto. Música que sugiere un decorado en cierta forma familiar pero de belleza intrigante y enigmática. Como una engañosa bagatela.

 

Jeff Davis ÔÇô Leaf House

Jeff Davis: Leaf House

Leaf House, Faded, Overath, Catbird, Saint Albert, William Jacob, Transitional

 

Músicos:

Russ Lossing: piano

Eivind Opsvik: contrabajo

Jeff Davis: batería

 

Sello y año: Fresh Sound New Talent, 2012

Calificación: Está muy bien

 

Protagonista -batería- de nuestro anterior trío, en el que también coincide Evind Opsvik al bajo, Jeff Davis encabeza una formación desmintiendo el liderazgo que se le presupone al pianista. En la línea de los tríos de Dan Weiss -percusionista como él- o John Hébert -contrabajista-, la cualidad compositiva de un líder no pianista  podría mostrar un rasgo distintivo apreciable en los dos casos mencionados. Sobre su original escritura ya dejó constancia, en una plantilla más amplia, con su excepcional anterior trabajo We Sleep Outside (Loyal Label), que mantiene ciertas conexiones tímbricas y de expresión con otro baterista fundamental en la escena actual, Tyshawn Sorey (Oblique I). En un ámbito tan acotado instrumentalmente, el planteamiento que aquí se promueve es la apertura y la interacción funcionales. El pianismo expansivo y recargado de Russ Lossing, con tendencia a la construcción atonal, concentra y dirige el mensaje hacia un lugar cercano al de sus propios tríos (Phrase 6, también en FSNT) o los de Kris Davis, con quien Jeff Davis ha participado en repetidas ocasiones, sobre todo en cuartetos (Ridd, Ray Eclipse). Nos encontramos pues con una propuesta en la que la arquitectura comulga con la concentración de motivos y también de cierta, muy escogida, descomprensión solista que introduce silencios. Una amplitud de espacios entre líneas y climas (Feldman vuelve a ser citado, pero de manera más indirecta que en Stacken) nos descubren la autonomía colectiva que opera en esta unión de fuerzas en donde la intensidad y la tensión que se desprenden se hacen palpables.

 

A “la escucha estructural”, de la que hablaba Stockhausen para referirse a una amplitud de motivos y planos auditivos que exigen mayores recursos de apreciación estética, es lo que hoy por hoy -como hemos visto desde Battaglia a Stacken, de Stenson a Carra y con mayor libertad y densidad en Davis– nos invita “el arte del trío”.

 

Jesús Gonzalo

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