Nadia Szachniuk: Luna atrás

 

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Músicos:

Nadia Szachniuk: voz

Bruno Moguilevsky: piano, teclados, coros

Alejandro Starosielski: guitarras

 

Músicos invitados:

Facundo Guevara: batería, percusión

Marcelo Moguilevsky: clarinete, flautas

Santiago Segret: bandoneón

Ignacio Vidal: voces

 

Sello y año: Independiente, 2016

Calificación: Dame dos

 

Don Hernando de Lerma nació el 1 de noviembre de 1541 en el Ayuntamiento de Lerma, un pueblo ubicado al sur de la provincia de Burgos (España) y falleció en Madrid en 1592. Licenciado en Leyes, se convirtió en un explorador y colonizador atípico para la época debido a sus conocimientos e instrucción. Su viaje a América, en galeón, duró nada menos que diez meses. Carecía de instrucción militar y, como causa de su extrema pobreza, llegó a destino gracias a los préstamos de dinero brindados por algunos funcionarios reales.

En 1580 se convirtió en el primer gobernador civil de Tucumán. Algunos testigos de la época han sostenido que Lerma se animó a enfrentar al poder de la Iglesia y que su sabiduría lo convertía en un adversario temible, lo que despertó una confabulación en su contra inventando historias terroríficas sobre su persona. Pero fuentes más fidedignas sostienen que Lerma era una persona de altiva entereza y que su administración no fue sino una “serie de criminales atentados” (Paul Goussac, en su “Ensayo teórico sobre el Tucumán”). El historiador Armando Bazán, en tanto, lo define como “maligno como la peste, que abusó de vidas y haciendas ajenas”. Parece ser que Don Lerma persiguió, encarceló, torturó y mató a todo aquél que considerara contrario a sus intereses mostrando un nivel sorprendente de crueldad y malicia.

El 16 de abril de 1582, por orden del virrey Álvarez de Toledo, Hernando de Lerma fundó la ciudad de Salta. En parte, para desactivar la resistencia de los indios chiriguanos y, también, para ser utilizada como escala estratégica entre Lima y Buenos Aires. Actualmente es la capital de la provincia del mismo nombre, situada al noroeste de la República Argentina. Por su forma (una especie de “u”) pareciera contener a la provincia de Jujuy y limita con tres países: Paraguay, Chile y Bolivia.

La provincia de Salta ha sido pródiga en personajes destacados en diferentes áreas. Sin dudas que una de sus figuras más emblemáticas es Martín Miguel de Güemes, pero también nacieron en “La Linda” Victorino de la Plaza, José Evaristo Uriburu, Lola Mora, Carlos “Caloi” Loiseau, Manuel Castilla y Lucrecia Martel, entre otros salteños ilustres. No obstante, es en el terreno de la música donde encontramos una copiosa cantidad de celebridades: Gustavo “Cuchi” Leguizamón, Eduardo Falú, Jaime Dávalos, Julia Elena Dávalos, Dino Saluzzi, Daniel Toro, Oscar “Chaqueño” Palavecino, Ariel Petrocelli, César Isella y, también, agrupaciones míticas como Los Chalchaleros, Dúo Salteño, Los Cantores del Alba, Los Fronterizos, Los de Salta, entre muchos otros.

Y no sería de extrañar que, en un futuro cercano, tengamos que agregar a este (arbitrario) listado a la cantante y compositora Nadia Szachniuk.

Que es salteña, como habrán podido inferir sin demasiado esfuerzo, que es cantante y musicoterapeuta, que reside en Buenos Aires desde 2001, que desde 2004 integra el Coro Nacional de Jóvenes, que es docente en la UNSAM (Universidad Nacional de San Martín) y que a lo largo de los años ha buceado en estilos diversos como folclore, jazz, world music, clásica contemporánea, barroca, etc.

Ha integrado parte de numerosos coros, del Ensamble de solistas NONSENSE y Balkan Spice!, conformado sendos dúos con Soledad Yaya (Las chinitas), Mauricio Bernal y Eva Sola, con quien ha registrado en 2011 el exquisito álbum Vidala y con el que obtuviera el “Premio Gardel al Mejor Artista Nuevo de Folclore 2012”. Participó como solista en diversas producciones de ópera, compuso material para obras de teatro, representó a su provincia en el IV Congreso Argentino de Cultura (2013, reeditado en 2015), formó parte del Encuentro La Música Interior (2015), realizó presentaciones a lo largo de toda la Argentina y en Europa, África, Estados Unidos, Canadá y Brasil y fue convocada para brindar sus aptitudes vocales por numerosos artistas como Facundo Guevara, Marcelo Moguilevsky, César Lerner, La Bomba de Tiempo, Juan Falú, Nuria Martínez, Carlos Moscardini, Tonolec, Cuti y Roberto Carabajal, Lisandro Aristimuño, Diego Rolón y Dominic Miller, entre muchos otros.

Y Nadia Szachniuk pudo concretar la edición de su primer álbum solista.

Luna atrás, se titula.

Y no se trata de un disco cualquiera.

Luna atrás tiene un concepto claro que lo convierte en conceptual. La noche se hace presente desde el título del CD y en el repertorio elegido por la salteña: canciones de cuna, arrullos, canciones desveladas, de nanas y nanitas, disco de canciones nocturnas pero no oscuras; luminosas pero no enceguecedoras.

La cantante salteña lidera un trío que completan los ubicuos Bruno Moguilevsky (piano, teclados, coros) y Alejandro Starosielski (guitarras). Y convocó, además, a algunos invitados de excepción: Facundo Guevara, Marcelo Moguilevsky, Santiago Segret:e

Ignacio Vidal.

Y si hablamos de “álbum conceptual” es porque todo en Luna atrás tiene sentido. Y tiene “su” sentido. Y todo es todo. Por eso es tan importante, también, el magnífico arte de tapa (y su contenido) realizado por Ignacio Vidal, apoyado por las bellas fotos de Carlos Vidal y Nadia Larcher. Y el contenido. Postales donde, además de la información y las letras, se incluye una suerte de declamación del álbum: “Luna atrás es mi canto a la noche (…) La noche vacila entre el sueño y el desvelo revelando los tesoros de la sombra” y una selección impecable de breves textos de personalidades como Jorge Luis Borges, Atahualpa Yupanqui, Octavio Paz, Pepe Núñez, Roberto Espinosa y Federico García Lorca. Todos, relacionados con el concepto del álbum.

Y, por supuesto, está la música.

El inicio es con la cálida, ascética y breve A la Nanita, una anónima “antigua nana de Granada” que incluso podríamos decir que oficia de inmejorable preludio a Canción de cuna para un niño ansioso, adaptación en castellano del tema de Sting y Dominic Miller Lullaby for an Anxious Child (del álbum If on a Winter’s Night…, de 1999). Luminosa relectura con un ubicuo Alejandro Starosielski en guitarras y el acertado agregado de la percusión de Facundo Guevara. La bella Y aún, compuesta por Szachniuk y Mauricio Bernal, precede al desafío que significa interpretar Confesión del viento, de Juan Falú y Roberto Yacomuzzi. Abordada por la cantante con suma pericia y comprensión, cuenta con un destacado acompañamiento, especialmente, de Bruno Moguilevsky en piano y teclados. Luna atrás, segunda letra compuesta por la líder para el álbum, cuenta con una adaptación de la melodía de Beau Soir, de Claude Debussy, apropiadamente lírica, notablemente interpretada por Szachniuk y con un exquisito acompañamiento de Alejandro Starosielski.

Canción para despertar a un negrito (de César Isella y Nicolás Guillén) muestra a la salteña en su costado más telúrico, apoyada en un imaginativo sostén percusivo de Facundo Guevara. Otra composición de Juan Falú, Greta, breve y cálida, antecede a la tercera entrega autoral de Szachniuk, la envolvente Oruga, con aporte en coros de Ignacio Vidal.

Nani Nani es un anónimo sefaradí que Nadia Szachniuk interpreta de manera sublime, acompañada pura, exquisita, inmejorablemente por Marcelo Moguilevsky en clarinete, convirtiéndola en uno de los puntos salientes del álbum. En tanto que Canción de cuna para el vino, de Gustavo “Cuchi” Leguizamón, no le va en zaga, con singulares aportes (en buena conjunción) de Alejandro Starosielski en guitarras y Bruno Moguilevsky en piano. Upa negrito (Upa neguinho), con un tratamiento que recuerda a Hermeto Pascoal, ofrenda otra sólida interpretación de Szachniuk, un buen sostén percusivo a cargo de Facundo Guevara y un nuevo y particular destaque de Marcelo Moguilevsky en flautas. Canción de cuna para Lautaro (de Juan Piscitelli) se apoya en una buena performance de Bruno Moguilevsky en teclados. Lullaby for Hamza, de Robert Wyatt y Alfreda Benge (editada originalmente en Cuckooland, del inglés, en 2003), conserva aquí su pesar, su ruego, su (des)esperanza. Cantada en inglés, cuenta con aportes de Facundo Guevara en percusión, Ignacio Vidal en coros y –fundamentalmente- Santiago Segret en bandoneón.

El final, a modo de bonus track, es con Llevame afuera, de Ignacio Vidal. Un cierre con aire de spiritual, un intento esperanzador, con los tres: Nadia Szachniuk, Alejandro Starosielski y Bruno Moguilevsky en perfecta conjunción y armonía.

Nadia Szachniuk ha concretado, con Luna atrás, un álbum conceptual magnífico. Con un repertorio muy bien seleccionado, notables aptitudes vocales e interpretativas y sólidamente acompañada por Alejandro Starosielski y Bruno Moguilevsky, han sido muy acertadas también las elecciones de los músicos invitados.

Nadia Szachniuk, sin dudas, habrá de conquistar a muchos en su primera entrega como líder. Pero lo hará, afortunadamente, con armas muy distintas a las utilizadas por el nefasto Hernando de Lerma.

 

Marcelo Morales

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