Bobby Previte: Rhapsody
Casting Off, All The World, The Lost, When I Land, The Timekeeper, Coming About, All Hands, Last Stand / Final Approach, I Arrive
Músicos:
Bobby Previte: batería, percusión, autoarpa, guitarra, armónica
Nels Cline: guitarra acústica, slide guitar, guitarra de doce cuerdas
John Medeski: piano
Zeena Parkins: arpa
Jen Shyu: voz, er’hu, piano
Fabian Rucker: saxo alto
Sello y año: RareNoise Records, 2018
Calificación: Dame dos
No hay tierras extrañas. Quien viaja es el único extraño (Robert Louis Stevenson)
El tránsito de personas derivado de los flujos migratorios masivos es uno de los problemas más acuciantes para la sociedad del siglo XXI y, pese a ello, su tratamiento a niveles gubernamentales sigue siendo dispar, ineficaz e inhumano. El fenómeno de las migraciones alcanza hoy cifras nunca vistas en la historia, pero una mirada más detallada del tema nos permitirá colegir que los movimientos poblacionales de fines del siglo XIX y principios del siglo XX fueron mayores, proporcionalmente, y mucho menos conflictivos.
Esos dos procesos históricos de las migraciones poblacionales modernas parecen encontrar un común denominador en la búsqueda de mejores condiciones de vida; sin embargo, entre ambos -más allá de los valores estadísticos absolutos o relativos– existen diferencias sustanciales.
En principio, hay un cambio radical en los países de origen y destino (Europa era expulsor de inmigrantes hace un siglo y hoy es uno de los principales receptores), ha proliferado el desarrollo de políticas migratorias restrictivas (antes las comunidades inmigrantes eran motivo de orgullo para los países que las acogían y en la actualidad motivan rechazo, odio y xenofobia) y con los avances en las comunicaciones aparece un nuevo perfil de inmigrante que sufre menos el desarraigo y ve facilitados los lazos con su tierra natal.
Además, en el pasado volver al país de origen era una posibilidad remota y ahora -debido a la disminución en los costos de movilidad y la mayor rapidez en el transporte- se emigra en forma transitoria y contemplando un posible regreso.
Queda claro que el problema migratorio no se solucionará privilegiando las ideas supremacistas, cerrando fronteras o construyendo muros sino mediante ideas que entronicen la solidaridad, la fraternidad, el respeto a la diversidad cultural y las políticas de inclusión social.
Al fin y al cabo, en la deshumanizada sociedad que nos toca vivir, todos estamos buscando una vía de escape a la angustia existencial que obligue a dejar de lado los arcaicos criterios de fronteras y límites para -de acuerdo con lo expresado por el filósofo alemán Peter Sloterdijk en Extrañamiento del mundo– comenzar a “pensarnos como seres en tránsito”.
Los conceptos inherentes a la migración y el tránsito de personas se unifican -como veremos luego– para dar vida a la magnífica propuesta pergeñada por el compositor estadounidense Bobby Previte con el álbum Rhapsody.
En el fecundo camino recorrido por el baterista y compositor Bobby Previte en las últimas décadas, se destaca su protagónica labor en el nacimiento de la revolucionaria escena del downtown neoyorquino de los años ochenta, etapa durante la cual participa en bandas como The President, Tim Berne’s Caos Totale y The Sonny Clark Memorial Quartet, acompaña a John Zorn en álbumes trascendentales como The Big Gundown y Spillane y edita notables producciones solistas (Pull to Open en 1980, Bump the Renaissance de 1985, Pushing the Envelope en 1987 y Claude’s Late Morning de 1988, entre otras).
En los noventa desarrolla un amplio cuerpo de trabajo con epicentro en el liderazgo de las agrupaciones Empty Suits (Empty Suits de 1990 y Slay the Suitors en 1993), Weather Clear, Track Fast (Weather Clear, Track Fast de 1991 y Too Close to the Pole en 1996), Latin for Travelers (My Man in Sidney de 1997 y Dangerous Rip en 1998) y con su invaluable participación en el cuarteto experimental Ponga (Ponga de 1998, The Ponga Remixes en 1999 y Psychological de 2000). En la década siguiente publica el notable The 23 Constellations of Joan Miró de 2002, lidera los ensambles Bump y The New Bump, forma el dúo Groundtruther en sociedad con Charlie Hunter y el trío Beta Popes junto a Jamie Saft y Skerik y encabeza The Coalition of the Willing.
La fructífera producción desplegada por Bobby Previte en años recientes aparece asociada, principalmente, al cuarteto electroacústico Bobby Previte and the Visitors, el ensamble The Voodoo Orchestra (en donde recrea el monumental Bitches Brew de Miles Davis), el trío de música improvisada que conforma junto al saxofonista Fabian Rucker y el guitarrista Mike Gamble, la imaginativa aproximación a la música coral del siglo XV para trío de doom metal, pipe organ y coro materializada en Mass de 2016, la constitución del colectivo The New Standards Trio (que completan Steve Swallow y Jamie Saft) y la ambiciosa trilogía sobre los viajes que inicia con Terminals Part 1: Departures de 2014 (programa de cinco conciertos para el grupo de percusión SO Percussion y cinco improvisadores solistas), continúa con el trabajo discográfico que motiva este comentario y que terminará en un futuro próximo con la obra para cantante barítono, grupo de percusión, cuatro sintetizadores y tambor japonés denominada Terminals Part III: Arrivals.
El álbum Rhapsody (subtitulado Terminals Part II: In Transit) es un ciclo de canciones sobre tránsito y migración para sexteto acústico conformado por Nels Cline (The Nels Cline Singers, Wilco, Nels Cline’s Lovers) en guitarras, Zeena Parkins (Gangster Band, Zeena and the Adorables, Phantom Orchard) en arpa, John Medeski (Medeski, Martin & Wood, Hudson, Nova Express) en piano, Jen Shyu (Jen Shyu & Jade Tongue, Steve Coleman’s Natal Eclipse, Anthony Braxton’s Trillium) en voz, er’hu y piano, Fabian Rucker (Fabian Rucker 5, Namby Pamby Boy, Previte / Rucker / Gamble) en saxo alto y en el cual su líder, Bobby Previte, está a cargo varios instrumentos y debuta como letrista.
La obra se realizó con apoyo de la fundación Greenfield, fue estrenada en escena el 21 de abril de 2017 en el New College de la ciudad de Saratosa (Florida) y su nudo argumental tiene como protagonista al pasajero de un avión quien –en palabras del propio Previte– experimenta la sensación de extrañeza, desconcierto y esperanza que implica “estar alejado del hogar y sin llegar a destino”, viviendo en el limbo donde uno “no está aquí ni allá”, pero confiando en lo que podrían ofrecerle personas y lugares desconocidos.
La apertura con Casting Off ofrece una narrativa plena de dramaticidad que girará en torno al motivo melódico minimalista que provee el piano de John Medeski. La composición sigue curso hasta ubicar en el centro de la escena a Jen Shyu, aquí alternando su fascinante despliegue vocal con la dulce y exótica sonoridad del er’hu. Todo esto subrayado por los oportunos ornamentos que aportan la guitarra acústica de Nels Cline, el arpa de Zeena Parkins y el saxo alto de Fabian Rucker.
El vigoroso mapa sonoro que dibuja All The World evoluciona mediante un sostenido crescendo interceptado por el catártico dueto entre la batería de Bobby Previte y el saxo de Fabian Rucker, los aportes vocales de Jen Shyu y un pasaje en trío a cargo del piano de John Medeski, la guitarra de Nels Cline y el arpa de Zeena Parkins que, finalmente, desemboca en una exposición en solitario por parte de Fabian Rucker en saxo alto.
Luego sobrevienen los hipnóticos contornos que bordean la pieza instrumental The Lost, la encantadora línea melódica que esboza When I Land hasta confluir en la cristalina intervención de John Medeski a piano solo, el tenso entramado orquestal que brota desde el vivaz The Timekeeper y los profundos silencios que dictaminan el tránsito del breve instrumental Coming About.
En el episódico All Hands se suceden un pasaje de temperamento pastoral con eje en el arpa de Zeena Parkins, el desarrollo de dinámicas ascendentes coronadas por una catarsis colectiva, la exposición del núcleo narrativo de la pieza encarnado en la voz de Jen Shyu y el ingreso a una fase resolutiva con protagonismo excluyente de Nels Cline en guitarra acústica.
El carácter épico, la variedad de matices y una aproximación final al rock progresivo que impregnan a Last Stand / Final Approach permiten el sucesivo lucimiento de Bobby Previte en autoarpa, armónica y batería y una perspicaz exposición de Fabian Rucker en saxo alto.
I Arrive –tema que da cierre al álbum– retoma el motivo original desde una perspectiva con impronta orquestal bombástica en donde tendrán especial destaque los soleados aportes de John Medeski en piano y las brillantes intervenciones de Jen Shyu en voz y er’hu respectivamente.
Bobby Previte, con Rhapsody, ha configurado una obra audaz, inusual y fascinante en la que aspira a reflejar -como afirma el propio compositor– “la experiencia del movimiento, la migración y la de aventurarse a lo desconocido” porque uno no puede crecer quedándose siempre en el mismo lugar.
Después de todo, la vida no es más que un permanente viaje en la búsqueda del conocimiento.
Es el viaje y no el arribo el que importa (T.S. Eliot)
Sergio Piccirilli