Uri Caine: Jazz Es Simplemente Una Palabra
Nos comenta que le encanta Martha Argerich y que últimamente estuvo escuchando mucho a Mauricio Kagel; a pesar de ello y sin bajar la guardia (es que no hay que ser flojos, che), volvemos con cierta dosis de maldad, dejando pasar el hecho de que Caine toma a Kagel como alemán, pero recordando que una de las influencias del Mauricio es Satie…
Vos tocaste Bach, Mozart… pero no tocaste Satie.
Bueno, me encanta Satie… (piensa), yo sé que algo haré… algún día…
Lo mismo me dijiste en la charla anterior… (risas).
(Como disculpándose y sonriendo). Bueno… es que siempre ando con algo, vengo de tocar con un trío acústico (con Drew Gress y Ben Perowsky), ahora estoy con Bedrock y mi próximo proyecto va a girar sobre Otello, así que… tengo otras cosas que hacer… se me van presentando y casi indefectiblemente unos proyectos postergan otros, pero algún día…
¿Qué dijo la gente de Winter & Winter cuando ahora volviste con un disco de trío y haciendo standards?
Pienso que ellos… a ver… yo estoy pensando en cosas que requieren de mucho apoyo por parte del sello y que además tienen una infraestructura importante a la hora de presentarse en vivo; pero por otro lado yo me la paso tocando y tengo la necesidad de hacerlo, es prácticamente mi principal actividad y lo hago con distintos tipos de música y está bueno documentar algunas de esas cosas, en particular este trío con el que vengo tocando desde hace unos 3 años más o menos, por lo que coronar eso con la grabación de un disco en vivo nos pareció lógico y más espontáneo que entrar en un estudio.
Te lo preguntaba porque cuando grabaste Blue Wail se sorprendieron un poco, ¿no?
Es cierto, cuando edité Blue Wail me dijeron: "pero… ¿qué es esto? Es demasiado normal, hay muchos tríos de piano… ¿cuál es el concepto del disco?" Y la verdad es que el disco no tiene ningún concepto, simplemente somos tres tipos que nos juntamos a tocar música y que grabamos en un solo día ya que nos conocíamos mucho porque hacía bastante que estábamos tocando juntos.
De todas maneras, el hecho de trabajar para un sello como Winter & Winter brinda una libertad que un sello de los denominados grandes no te puede dar. Por supuesto que en términos de dinero, de publicidad y de distribución, no hay punto de comparación; pero debo reconocer que algunos de mis discos no podría haberlos hecho de no estar en un sello como éste. Igualmente me preocupa que aquí mis discos no se encuentren fácilmente. Es algo que habrá que revisar.
Le comento que no quiero que el show no comience por mi culpa y buscamos algo que pueda iluminar su reloj.
Tenemos tiempo aún.
A pesar de lo que ya hablamos hay algo que me sigue dando vueltas y es cómo se te ocurrió meterte tan de lleno con los compositores clásicos.
Yo me metí a hacer estos discos con música de Wagner, Mahler, Schumann, Bach, por una cuestión muy simple: crecí escuchando esa música, además de Coltrane, Davis, Philly Joe Jones y esas cosas. Escuchaba música pop también pero nunca me atrapó realmente. Ya de chico, en Filadelfia, tocaba el piano para esos coros que sonaban "ooooohhhhhhh", una cosa verdaderamente espantosa. Y si algo tengo en claro es que no quiero que los coros en mis discos suenen de esa manera. Después, mientras estudiaba en un colegio de música que finalmente abandoné, fui incorporando otras cosas y empecé a tocar con otra gente y en casamientos. Odiaba ese trabajo, pero gracias a eso podía sobrevivir. Después me trasladé a New York y fue muy duro en los comienzos. Conocí a muchos músicos y empecé a contactarme y a tocar prácticamente de todo y con todos. En un momento me encontré con miles de dólares en mis bolsillos y me dije: “¿y ahora, cómo sigue esto?”
Y siguió.
Parece que sí, que siguió. Lo que ocurrió también fue que mis dos primeros discos, “Sphere Music” y “Toys” los grabé para el sello JMT, que era una rama de Polygram. Eran discos de jazz. Pero a la hora de plantearme otro tipo de trabajos, sabía que tenía que apuntar hacia otro lado. Ahí es donde comencé a grabar para Winter & Winter y la verdad es que tengo con ellos una relación muy estrecha, donde podemos hablar francamente y "discutir" acerca de los distintos proyectos. Haberme metido con los músicos clásicos me abrió, sin habérmelo propuesto, frentes muy diversos, ya que me han convocado tanto para festivales de jazz, como de música clásica, como de "nuevas músicas". Lo que sí es cierto es que cada uno de los proyectos tiene una duración determinada.