Por Los Codos

Liliana Herrero

¿No pensás que el rock se "popizó"?

Tal vez… pero el pop tiene su encanto y el rock mucho más, por supuesto. En el nombre del pop se han hecho cosas interesantísimas, como Andy Warhol, por ejemplo… yo hoy no encuentro que el rock esté produciendo una música interesante. Eso es lo que yo siento en este momento.

Y…
 
Y me parece que la bengala se tiró hace rato.
Y que si el rock, los productores, los políticos no piensan en eso, terminamos creyendo que hay un solo responsable de las cosas. A mí me espanta ver a un padre de Cromañón con un cartel de un niño de 8 años… me espanta que se haya muerto ese chico y entiendo el dolor de ese padre, pero a la vez me pregunto qué hacía ese niño allí… es duro lo que te digo, pero me parece que el fenómeno Cromañón, que es una desgracia y que ojalá nunca hubiera ocurrido, es complejísimo. Creo que esa bengala se tiró hace muchos años. Ya Spinetta escribió hace tiempo "La bengala perdida", un bello tema que estaba en relación a las multitudes en el fútbol. Yo creo que esa estética de las multitudes futboleras se trasladó al rock. Y eso trae además consecuencias musicales que no me gustan.

Liliana Herrero difícilmente utilice los apellidos de las personas que menciona, como si los sintiera muy cercanos.
Comentábamos de la mirada de la cantante al hablar. En varias ocasiones le apuntaba a un punto fijo, invisible y parecía estar haciendo esfuerzos para no quebrarse, particularmente al recordar la época infame de la Argentina.

Estábamos en que conociste a Fito en…

Chacho MullerEn 1979, él tenía 16 años. Yo conocía mucho a Chacho Muller, un gran compositor y poeta rosarino, navegante y pescador, además; él vivía muy cerca de casa, nos juntábamos, creo, para darnos ánimo… para vivir en esos oscuros años… y Chacho tenía una hija, Marisa, que era novia de Juan (Baglietto) y por Juan conocí a Fito y a Goldín y a todo lo que después se dio en llamar la "trova rosarina"; pero mi amistad siguió con Fito. Primero, que me dio una esperanza enorme; a mí me pareció que se estaba gestando algo, que ya no éramos nosotros… yo no sabía dónde estaban mis compañeros, no sabía dónde estaba Lliusá, por ejemplo. Y me encontré con esta generación que también tuvo sus problemas, por supuesto. Juan formó un grupo (Irreal) y un día los levantaron y… era Viernes 3 AM (el tema de Charly García), que es la más extraordinaria descripción de esas madrugadas infernales… y luego seguimos con Fito una relación muy estrecha. Yo percibía que él era un curioso y eso siempre me sorprende de las personas, me encanta la curiosidad en la gente, me parece un signo de sensibilidad, además de inteligencia. Y Fito estaba alerta a todo lo que pasaba; y yo a su vez traía la historia y de él venía esa fuerza de la roca viva del rock and roll. Creo que esa conjunción fue buena; yo traía la historia, pero… el folclore trae la historia pero es débil en cuanto al intento de transformación del mundo; en cambio el rock en ese momento casi no tenía historia, pero es muy fuerte en la voluntad de transformación de las cosas.

Es raro que vos teniendo los 30's focalizaras en un adolescente…

Si a Fito lo hubiera conocido en una situación más relajada o distendida y no en esas oscuras noches (y días) de la dictadura, tal vez me hubiese pasado más desapercibido, pero en esos momentos, no…

Había que agarrarse…

Herrero - PaezSí, pero más que eso yo percibí que había ideas, una búsqueda interesantísima y me recordó mis búsquedas pre-dictadura; y yo lo encontré en una situación en la que estaba desvastada psicológica y físicamente. Para mí fue una luz. Y gracias a mí, él conoció al Cuchi (Leguizamón) y gracias a él yo conocí a Luis (Spinetta). Un buen día, Luis estaba en mi casa en Rosario… y pasamos noches enteras conversando. Después empezaron a volver los compañeros y Fito los iba conociendo y volvió Horacio (González) del exilio del Brasil, hicieron un libro, "Napoleón y su tremendamente emperatriz", un libro de conversaciones, precioso, que está agotado… iba Fabi (Cantilo) a casa, iba Vadalá… y por su parte Fito conoció a Jorge Cumbo y a Cristina Banegas y fue un momento extraordinario…
Juan empezó a venir a Buenos Aires y Fito con él; y en uno de los regresos, Fito me dice "vamos a grabar ya, basta de tocar y cantar en la cocina" y así se armó lo que habitualmente se llama "carrera artística"… en realidad fueron búsquedas y búsquedas desesperadas y gozosas. Y desde el ochenta y pico hasta hoy, lo que tengo ahora en mi corazón es como un caleidoscopio de músicos y de personas que me han dado felicidad y conocimiento de cosas que he ido descubriendo. Esto es lo que me pasó a mí… desde las personas que creen (equivocadas) que yo les enseñé todo, como Mariana Baraj, (cuando en realidad es al revés: yo aprendí mucho de ella), pasando por Adrián
(Iaies) y reencontrándome post dictadura con Juan Falú, con Diego Rolón, con Hugo Fattoruso, con Arismar Do Espírito Santo… fui ahora a tocar a Brasil por primera vez… armamos algo como para (sonríe) abrir un mercado, con Diego Rolón y Mariano Cantero y de pronto conseguimos una persona que conocía a Artur Maia y viene al concierto y me presenta y sube Lenny Andrade a cantar conmigo y… es increíble lo que pasa… y lo que pasa es que la tierra se junta con el cielo, como dice Edú Lombardo en Murga Madre. Es como un carnaval, un mundo lleno de densidad y espesura, pero a la vez tintineante y fiestero.
Ése es el mundo de la música con el que yo me he ido armando.

El Diablo Me Anda Buscando¿Cuánto ayuda la filosofía a entender lo que a uno le está pasando?

Mucho… y la filosofía le debe mucho a la música. Algunas cosas las aprendí por los dos universos, como por ejemplo… desarmar lo obvio. A mí me gusta ese mecanismo de armar y desarmar… El Tiempo Quizasarmar y rearmar lenguajes. La filosofía me aportó una gran reflexión sobre el tiempo; el tiempo no como pasado, presente y futuro, sino más bien esas convulsiones que hacen que uno se tropiece con el pasado aunque no quiera… nunca se irá Atahualpa Yupanqui… ni Bill Evans… eso está siempre con nosotros, como un "obstáculo" para pensar con ellos. O sea, no se trata de un obstáculo negativo. Y es que uno está dentro y fuera de la memoria todo el tiempo; entonces las cosas aparecen inesperadamente, una suerte de azar… y es fantástico que suceda en la música, por ejemplo. 

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