Deep Purple: On the Wings Of a Russian Foxbat – Live California 1976
Disco 1:
Burn, Lady Luck, Getting Tighter, Love Child, Smoke on the Water, Lazy, The Grind.
Disco 2:
This Time Around, Tommy Bolin Solo, Stormbringer, Highway Star, Smoke on the Water, Going Down, Highway Star.
Músicos:
David Coverdale: voz
Glenn Hughes: bajo
Tommy Bolin: guitarra
Ian Paice: batería
Jon Lord: teclados
Connoisseur, 1995
Calificación: Dáme dos x dos.
¿Por qué una crítica de un álbum que salió hace diez años?
Porque lo encontré ahora. Tan sencillo como eso.
Hasta la aparición de este disco, originalmente un show para el programa radial King Biscuit Flower Hour y posteriormente un bootleg muy preciado, el único registro de esta formación en vivo era Last Concert In Japan, que dejaba mucho que desear. Este último concierto en Japón retrataba a las claras por qué Deep Purple iba a dejar de existir en breve. Bolin que no podía tocar por haberse hecho bolsa el brazo inyectándose, Coverdale y Hughes peleándose por cantar; además, este último constantemente bajo el efecto de la cocaína; y Lord y Paice atajando penales. En cambio el disco que nos ocupa muestra la otra cara de esta formación, cómo sonaba en vivo cuando las cosas funcionaban.
Este CD doble contiene un concierto completo en Long Beach, más los bises de un concierto anterior de Springfield que son los temas 5 y 7 del CD 2. Esto se debe a que según el recopilador de esta edición, el concierto de Springfield es uno de los peores que él escuchó de DP en su vida y estos temas son para contrastar con los de Long Beach, que los muestra en su mejor forma.
Ésta es la historia, ahora vamos a lo que hay en estos discos.
El concierto de Long Beach es realmente bueno, tocan con una intensidad increíble y la calidad de sonido es buena. Los temas tienen menos pasajes instrumentales que en otros discos en vivo de la banda, respetan más las estructuras originales de los temas. Dos tercios del material es de Come and Taste the Band; nunca habían incluido tanto material nuevo en sus giras anteriores. Realmente cubren las expectativas del disco que presentaban, para mí uno de los mejores de la banda y a su vez, probablemente, el más olvidado.
Aún en su mejor forma, Bolin es errático… pero genial; tal vez no toma un solo o entra tarde pero cuando te querés acordar te da vuelta la cabeza. Está muy claro que improvisa todo el tiempo con todos los riesgos que ello implica. Es de entender por qué los shows eran muy buenos o muy malos, sin términos medios. Se la jugaba todo el tiempo sobre el escenario; cuando no estaba lúcido desbarrancaba y se llevaba a toda la banda consigo.
El mejor tema del disco es la versión en Long Beach de Smoke on the Water, que de hecho es la única que realmente me gusta. Será que he escuchado el tema tantas veces, o que se lo ha bastardeado en manos ajenas, que ya no me atrae más. Será que me gusta más cómo lo canta Coverdale (perdón por el sacrilegio de mi parte), no sé.. pero esta versión tiene otra cosa, le falta un poco el respeto a la original y Bolin vuela, pero con el brazo limpio.
En contrapartida, Smoke on the Water y Highway Star del concierto de Springfield son los peores temas de esta edición.
A Bolin le habían dejado espacio para que incorporase temas propios a los shows, pero sólo lo hizo con un tema de su disco Teaser. El tema figura en el CD como The Grind, pero si mi memoria no falla en realidad es Homeward Strut. Además de sus evidentes problemas con drogas, varios especulan (incluidos los compiladores de este álbum), que Bolin tenía inconvenientes a la hora de enfrentar grandes auditorios, siempre tenso y serio, sin ningún gesto de alegría o distensión.
El sabor final que deja este disco es ambiguo; por un lado escuchar algo inédito de calidad de una formación de muy corta vida y material en vivo excelente de un disco en estudio también excelente como Come and Taste the Band; y por otro lado el sabor amargo de lo que hubiera podido ser y no fue, conociendo el trágico final de la historia para Tommy Bolin.
Es dificil de conseguir este disco doble, pero realmente vale la pena.
Federico Larroca.