Por Los Codos

Mex Urtizberea

¿Qué es más difícil, trabajar con una hija, con un padre o con un hermano?

Todo es complicado cuando hay relaciones. También trae grandes satisfacciones. Mis relaciones siempre tuvieron que ver con el trabajo; me pasaba con mi hija desde los 9 años y ahora con mi viejo, a quien veo poco y ahora resulta que trabajamos juntos en radio… siempre estoy haciendo cosas y trabajando y a partir de eso tengo mis relaciones.
He tenido problemas alguna vez con un hermano mío pero ya se solucionó. Y ahí dije “nunca más”, pero después me pongo a laburar con mi mujer o con mi cuñada, mi cuñado… para mí es así…

Hablando de relacionarse. Cuando vos tenés que asumir el rol de líder musical, ¿cómo hacés para que cuando decís algo no se caguen de risa?

No pasa tanto… no soy payasito en la intimidad…

Te lo pregunto porque al verte sobre el escenario y no sé si es premeditado o no, pero atrás tuyo quedan los más veteranos y tenés de frente a los más jóvenes…

Ah no… (piensa) mirá… es verdad…

Y yo te noto como atento a todo lo que pasa. A la hora de componer, ¿es así también?

Sí, totalmente.

¿Y en quién descansás?

Y… en (el guitarrista) Renzo Baltuzzi; normalmente hacemos los arreglos juntos; el de Violeta (que es maravilloso) lo hizo todo él. Entiende rápidamente el código humorístico y yo me relajo. Además los músicos son bárbaros y responden enseguida, son geniales. Entonces me quedo tranquilo. Descanso en Julieta (Zylberberg)) cuando actúa. Cuando va al frente yo sé que se carga lo que sea; y cuando la veo con mi hija en la tele y bueno… tírenle los toros que ellas se los ponen al hombro y sin problemas. No dudan y van para adelante. Y eso… (piensa) no lo pude ver a Hermeto Pascoal, me quedé con las ganas. Yo aprendí mucho de ese tipo; es genial. Los músicos que tocan con él lo aman porque es creación constante, los inyecta, los envalentona, los manda al frente y les da una seguridad tremenda. Y eso es algo que yo trato de hacer con la gente que trabajo. Tienen que creerse insustituibles y me encanta provocar eso. Yo coordinaba el primer año de Cha Cha Cha y eran todos buenos… Cedrón,  Alacrán, Capusotto, Alberti, Las Barbis, el Gordo (Casero)… nadie estaba al pedo. Vos los ves hoy… para mí fue un año maravilloso. Y te digo lo de Hermeto porque a mí me rompió la cabeza el tipo…

Yo por eso te preguntaba en quién descansás, porque tanto en el disco como en concierto aparecen cosas de distintas tendencias muy actuales como el Downtown de New York, por ejemplo; ¿vos sos de escuchar mucha música o de pronto sucede?

La verdad que no es mucho lo que escuché ni tampoco es mucho lo que leí… no tengo tanta información. Hay dos o tres tipos con los que me obsesiono y los tomo como influencias. Pero más que nada aparecen los músicos con cosas y me dicen “tomá, escuchá esto”. El otro día me trajeron algo de una banda que no me acuerdo el nombre… algo así como cabezas cortadas…

¿Screaming Headless Torsos?

¡Ésos!  Los Torsos… me rompieron la cabeza… me mataron, tienen una fuerza tremenda… me enteré que son un grupo independiente y me mataron… una cosa medio Zappa con funk negro, una polenta… y soy bastante amplio en el gusto; me van los tipos que tratan artísticamente las cosas de una manera distinta, me gusta que haya sangre…

¿Sangre japonesa o de nervio?

(Risas) No… de nervio… que haya energía… me gusta mucho eso, más que el tipo frío, calculador; prefiero que sea visceral, que arriesgue y no que sea un empleado público de su instrumento.

Vos en tus espectáculos contás historias como la del servicio militar y demás. ¿Vos pensás que se puede hacer humor con todo o hay cosas con las que no hay que meterse?

Y… hay cosas con las que no hay que meterse. Uno tiene un sensor que le dice “warning, warning”. Yo no voy a joder nunca con cuestiones religiosas por más que piense que la religión es el opio de los pueblos y me resulte terrible…

¿Por respeto a la gente que cree?

Exacto. Respeto mucho a la gente y trato de no joderla en algo que le pueda doler. Sí puedo hacer un chiste que le pueda doler a alguien pero si ese tipo está jodiendo mal a otra gente.

Te iba a preguntar eso, porque Camps se puede sentir ofendido si te escucha…

No… claro… exactamente… y hago una ironía de esa época nefasta. Yo lo cuento porque lo que pasó fue exactamente así y parece un sueño eso de estar haciendo el servicio militar bajo el mando de esos tres tipos tremendos: Camps, Suárez Mason y Menéndez. Y así y todo es delicado… uno no dice la palabra “desaparecido”, por ejemplo. Uno no dice “mi saco ha desaparecido”. Con la pronunciación de la palabra es como si apareciese un sensor. ¿Y por qué? ¡Si es una palabra como cualquier otra! Pero “desaparecido” para nosotros ya tiene un significado y una fuerza que les ha dado identidad propia.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *