The Vault 350 , Long Beach U.S.A.
Miércoles 8 de noviembre de 2006 – 20:00 hs.

El 8 de Noviembre se presentó en Long Beach, como parte del
Power Trio Tour, el guitarrista y cantante
Adrian Belew junto a su banda integrada por
Julie Slick en bajo y
Eric Slick en batería.
Long Beach es una ciudad playera lo cual, por lo menos para mí, no representa ningún atractivo especial.
Siempre me molestó la arena, especialmente en los ojos.
La cita era en las cómodas instalaciones de
The Vault 350.
Siendo las 8:00 PM ingresa un presentador prófugo de alguna velada boxística de Las Vegas y anuncia al número de apertura: el ultra recomendado y promocionado guitarrista y cantante
Saul Zonana (acusó en la balanza 79 kilos 600 gramos, pantalón marrón con vivos negros). El primer acorde que tira es faraónico… un pifie del tamaño de la Pirámide de Keops. Lo que en un principio pudo adjudicarse a lógicos nervios escénicos terminaría siendo un sello estilístico.
Zonana es un cantante discreto pero como guitarrista es… mediocre. Eso sí, sus composiciones son… intrascendentes.

En síntesis, su propuesta musical se reduce a… está reducida a… es…
Es reducida.
Baladas diminutas y canciones de rock & pop microscópicas.
Sobre su obra, intentaré decir algo profundo: pozo.
Toma el micrófono y dice: “
soy un acto de apertura… abro cajas, puertas, ventanas…”
La verdad que el pibe es simpático y cae bien. Bueno, mi tío es un fenómeno pero no por eso anda abriendo shows por ahí…
Después del tercer tema,
Zonana agradece. Me gustaría hacer lo mismo pero ha decidido continuar…
Luego intenta desarrollar un solo de guitarra con claras influencias de Belew... y no lo logra. No hay caso, el mejor instrumento de cuerdas, para algunos músicos, debería ser la horca. Sobre el final mejora un poco… pero ya es demasiado tarde. Cuando está despidiéndose, un kamikaze pide “
una más”. Intento silenciar la incontinencia verbal de ese imprudente caballero con un bate de béisbol, pero me demoro más de la cuenta y
Zonana sigue
zonanando…
Ahora sí, se fue.
Ya lo dije Lenin: “no hay Marx que dure cien años”.
Mientras esperamos, le cuento que Belew estuvo muy activo durante esta década. Volvió a formar parte de King Crimson, hizo algunas grabaciones para su banda The Bears y editó tres nuevos discos solistas: Side One, Side Two y Side Three, proyecto en los que combina sonidos crimsonianos con baladas, temas instrumentales y experimentación electrónica y percusiva.
A las 9:00 PM se descorre el telón y aparece Belew con sus hijos… corrijo, son sus nietos… ¡un momento! Parece que son los integrantes de su banda, el irascible Eric Slick y su hermana, la apetecible Julie. Arrancan con una furiosa versión de & del álbum Side Three. La banda suena monolítica y precisa, creo que la vamos a pasar bien.
Sin abstracciones intelectuales, ni ejercicios de yoga, ni meditación trascendental, es cierto. Después de todo: “es sólo rock’n’roll... pero me gusta”, como dicen los Stones (¿Sharon y Oliver?).
Siguen con el primer tema carmesí de la noche: Dinosaur del álbum de King Crimson, Thrak, de 1995. Belew canta en un tono embriagante. Tanto que ya empiezo a marearme. La versión es más simple y directa que el original, pero todo suena espontáneo y fresco.
Lo cual es una contradicción… digo… por el tono embriagante, ¿vio?
Belew es un guitarrista versátil que en su larga trayectoria ha logrado encajar su propio estilo en una gran variedad de contextos musicales: hard rock, pop alternativo, funk, new wave, música experimental...

Y ahora lo está haciendo con el concepto de
power-trio.
Siguen con el rock-beat de
I Know Now del disco Side Two. Gran solo de guitarra y excelente desempeño de los hermanitos
Slick. A estas alturas me pregunto de dónde sacó
Belew a estos dos pichones de bestias. Al convocar a estos niños, tal vez haya tenido presente las oportunidades que le otorgaron en el pasado algunos consagrados. En la década del setenta, cuando formaba parte de la banda de covers Sweetheart, Frank Zappa lo integró a su banda. Durante esa gira fue a verlos David Byrne y ¿adivinen qué pasó? Más tarde, a través de Brian Eno, se integra a Talking Heads; y luego Robert Fripp lo convoca para la reencarnación de King Crimson…
Y la historia continúa.

Llega
Ampersand de Side One. Una patada de mula. Pero una mula rockera pelilarga, con pantalones bombilla, cinturón con tachas y remera stone.
Belew se sienta y ejecuta un solo pirotécnico y enérgico. Inesperadamente, desde el auditorio, surge un encapuchado y hace su molesto unipersonal. Esto me recuerda aquella descriptiva frase que dice: “me molesta la gente que no da la cara”, del famoso autor anónimo, claro está.
Siguen con un tema instrumental de Side Three,
Beat Box Guitar en versión heavy-funk y luego con
Matcheless Man de Side One. Pegadito va
Writing On the Wall, también de Side One, con una intro de
Julie haciendo slapping. De la tribuna baja un onomatopéyico y merecido “
ohhhh”.

La nena, al mejor estilo Sandy Show, toca descalza, a diferencia de los otros que tocan… ehhh… ¿calzos? Esteee… bueno, usted me entiende, ¿no?
A continuación llegará un set en solitario de
Adrian Belew que incluye un extenso pasaje instrumental y una deliciosa versión de
Lone Rhinoceros de su primer disco solista Lone Rhino de 1982.

Regresan los infantes y atacan con
Of Bow and Drum del álbum Oz Zop Too Wah, con una contundente performance del cuasi-púber
Eric Slick en batería. Luego llega la muy aplaudida
Big Electric Cat, también de Lone Rhino.
De esta gira,
Belew extractará material para el disco
Side Four-Live.
Si usted no tiene los tres anteriores, le recomiendo esperar…
Ya sobre el final ofrecerán versiones de viejos temas de King Crimson. Primero con
Frame By Frame de Discipline, 1981. Luego con un feroz enfoque rockero de
Three Of a Perfect Pair del disco homónimo de 1984, que bien podría servir como un adecuado final.
Y sirvió nomas…
Final.
Una descontrolada ovación hace retornar a la banda.
El primer bis será otro tema del álbum Discipline, Elephant Talk.
Se repite el ritual. Final, descontrolada ovación, etc.
El público estaba de pie desde hacía un rato. Ahora hace salto en largo, en alto y con garrocha. Belew responde con un favorito crimsoniano: Thela Hun Gingeet, en versión festiva.
Saludo y despedida. Pero… la gente se niega a retirarse. Algunos depositan dinero sobre el escenario. Esto motiva a Belew a retornar y luego de recoger cuidadosamente los billetes, hace en solitario la experimental Cinematic, de Side Three.
Siento que mi tensión arterial ha aumentado tanto como mi ritmo cardíaco y la respiración.

También tengo una mejor visión, producto de que mis pupilas se han dilatado. Y hasta aumentó la concentración de glucosa en la sangre, producto de la movilización de las reservas de glucógeno hepático y muscular. Señales inequívocas de que las glándulas suprarrenales están segregando una hormona vasoactiva.
Dicho de otra manera…
Está claro que el show me provocó una descarga de adrenalina.
Para ser más precisos…
Pura Adrianalina.
Sergio Piccirilli
Nota: se agradece el aporte fotográfico realizado por Mrs. Ysi Ortega.