Por Los Codos

Roxana Amed

¿Y cómo es que decidís ciertas cosas? Por ejemplo me llamó la atención que hicieras un tema a dúo con Iaies.

IaiesÉsa fue una idea de Pedro (Aznar). Yo generalmente compongo en guitarra porque lo que está presente en mi grupo (dos guitarras -tres si toca ella-, contrabajo y percusión). Pero no sé por qué me imaginé un piano para ese tema. No lo conocía a Adrián (Iaies), sólo de cruzarnos nomás. Y Pedro me lo sugirió. A mí me gustó cómo quedó la canción. Quería que fuera una cosa impresionista. Pedro ya había trabajado con Adrián y me gustó mucho lo que escuché. A mí me encanta tocar con otros músicos y probar y ver cómo suena. Lo llamé, le mandé una grabación, sin compromiso y me dijo que sí… Le expliqué más o menos lo que quería, nos juntamos para grabar, hicimos dos tomas, nos sentamos, lo escuchamos y dijimos “está bien”. En Limbo había pasado algo Giecoparecido con (Ernesto) Snajer. Así van dándose las cosas. Yo tenía en mente hacer un tema de Waits en castellano. Y un día Daniel (Arano, manager y aledaños) me dijo “es un tema ideal para la voz de Gieco”. Mirá vos, pensé. Días después, lo mismo me dijo Aznar. Lo contactamos y se enganchó enseguida y la verdad que su presencia le hizo bien a la canción. Para mí la música está primero; y si ciertos artistas pueden sumar, adelante. Es más… a Adrián el disco no le gustó mucho. Y para mí, haber trabajado con él fue un hallazgo; porque acompañar… es un tema. Y era una canción en la que teníamos que acompañarnos mutuamente. Y ocurrió. Para sorpresa de los dos, creo.

Vos que compusiste temas que fueron hits, que ganaron premios y la mar en coche, ¿por qué no se te da por cantarlos?

Porque no me emocionan. Un ratito sí, pero después me aburro.

Nunca pensaste en hacer las versiones que te hubiesen…

Ni a palos… tengo completamente separada a la personalidad que escribe para otros con la que escribe para mí. Y yo me escucho cantar algunas canciones y me digo “qué lindo queda así”, pero no estaría diciendo lo que quiero decir. Yo, para mí, hurgo en cosas que me representan en un… digamos… 98%

¿Qué buscás cuando hacés versiones?

Ayuda. Ayuda de las palabras ajenas. Alguien un poco más iluminado para decir algunas cosas. Que sean más simples. Vos fijate… “Durazno sangrando”… siempre digo que, para mí, es un haiku. La canción de Waits es muy sencilla. Yo no tengo la capacidad de esa sencillez, que admiro profundamente.

¿Y por qué no grabaste “The Dry Cleaner From Des Moines” (que habitualmente interpreta en los conciertos acompañada solamente por Galimany en contrabajo)?

Creo que me la estoy reservando para un disco de jazz.

Bueno, pero grabaste “Amelia”…

Pero “Amelia” no es un tema de jazz… hay gente que graba temas de Joni Mitchell creyendo que es jazz. Y para mí es música de autor.

Pasa que por ahí se recuerda mucho la versión donde la acompaña Pat Metheny…

Puede ser…

Cuando uno entra a tu casa ve muchas películas y ningún CD…

Es que están en ese cuarto.

¿Y por qué los discos no están acá?

Porque allá trabajo.

Cuando escuchás música, ¿trabajás?

Todo el tiempo. Sin parar.

¿Y no te frustra no poder ser una simple oyente?

Sí. Además tengo esta cuestión pedorra de tener oído absoluto…

Como Charly… (carcajadas)

Me pasa que escucho las notas… muchas veces lo que escucho es “re do mi re do mi mi fa re do mi…” Puedo ir más allá de eso, pero me pasa.

¿Y quién te hace olvidar de las notas?

Tori AmosCon el jazz me pasa mucho. Cuando escucho una identidad, aunque suene mal, bien, no importa… escucho a Miles y me olvido de todo. Si escucho que están sacando cuentas, ahí empiezo a escuchar “si do…”. Si escucho a cantantes que están mostrando su registro… me mato. Lo que menos tolero es a los cantantes. Me aguanto a los autores cantantes. De ahí la querida Tori (Amos) que es una personalidad. Es ella con su música. Y ahí entro y me pierdo. Radiohead lo mismo. Por ahí no me pongo a escuchar a la Mitchell cómo canta, pero sí lo que dice y cómo lo dice. Ahí siento que es gente dotada.

¿Por qué y para qué hacés lo que hacés?

No tengo opción. Me hace feliz hacerlo. Estoy para esto. No es fácil, la mayor parte del tiempo estoy en cuestiones no felices, el trabajo es duro, pero hacerlo me justifica y me gusta decir lo que digo, decírselo a otras personas. Yo tengo una relación muy coloquial con la gente que me escucha.

¿Pero vos te imaginás que en este momento alguien está eligiendo, no tu disco, sino un tema determinado tuyo?

Sí…

¿Y qué te provoca?

Me salva la vida.
Hay mucha gente joven que escucha lo que hago y eso también me salva la vida. Hace poco me escribió una chica diciéndome que se fue a vivir a Nueva Zelanda, pero que antes de viajar pudo conseguir mi disco; y que cuando lo pone, siente que está en Buenos Aires de nuevo. Yo, que en esos días andaba no muy bien que digamos, me dije “qué suerte que tiene de que alguien pueda transportarla a su casa”. No importa si eso me hace trascender como músico o no, pasa por otro lado… y de ahí que a veces me preocupo por no tener suficientes lugares para tocar o por no poder viajar más… porque al no hacerlo no se termina el circuito y eso me desespera.
Limbo agotó su tirada, unos 3.000 discos y el hecho de que haya gente que en su casa se está comunicando conmigo a través de un disco me hace inmensamente feliz.
Yo no sé si voy a ser famosa o popular y no sé cuánto más quedará por delante… pero lo más importante de por qué hago esto es porque quiero dejar dicho lo que siento y que alguien lo conozca. Por eso quiero grabar bien y que los músicos toquen lindo y que estén inspirados y todo eso…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *