Roberta Piket
Vos sos conocida tanto como compositora como ejecutante, pero tocar y componer no es lo mismo… ¿Cuáles son las principales diferencias?
Mi maestro Richie Beirach habituaba decirme “tus improvisaciones deben sonar compuestas y tus composiciones deben sonar improvisadas” y aún siento vivo aquel concepto. Si vos no tenés una estructura sólida en tu improvisación, los solos se tornarán monótonos incluso para los otros músicos. La gente quizás se impresione con tus cortes, la velocidad o por la forma en que conducís los cambios; pero, aun así, se aburrirá.
¿Y cuando componés?
Cuando estás componiendo… (reflexiona unos instantes) pienso que la estructura llega más naturalmente; entonces tenés que evitar que las cosas se vuelvan demasiado simétricas o repetitivas. En ambos casos, mi premisa básica es tomar una cantidad mínima de material y desarrollarlo. Mi mejor composición es aquella extremadamente económica en términos de ideas motivadoras, pero usando esas ideas en variadas e interesantes formas. Ejemplos de eso podrían ser For Uncle Harvey, el cual está casi enteramente construido sobre un intervalo en sexta mayor, o Claude’s Claude, el cual está basado en cuarta y tercera menor. (Ambos temas pertenecen a Love & Beauty).
En aspectos compositivos, ¿cómo trabajás? ¿Tenés un método especifico?
No tengo un método determinado. Cuando estuve escribiendo para Alternating Current (su banda eléctrica) comenzaron a salir un montón de temas a partir de una idea rítmica. Pero fue una excepción a la regla, ya que a menudo tiendo a elaborar melódicamente para recién entonces agregar la armonía. Jamás pienso en términos de acordes de jazz. Eso es lo que hace que mis composiciones sean diferentes a la mayoría de los temas de jazz en la actualidad. En mi caso, el orden usual es escuchar, luego escribir la armonía y finalmente descifrar los símbolos del acorde en que se traduce. Por lo general, tiendo a evitar los clichés de la armonía del jazz.
Y cuando estás improvisando, usualmente, ¿pensás en la melodía?
Siempre estoy pensando melódicamente cuando improviso, no importa cuán esotérico pueda sonar (risas). Hace unos diez años recibí un verdadero “shock” cuando un saxofonista, que es muy pero muy bueno y respetado en el mundo del jazz, me dijo que no había “oído” lo que estuvo tocando. Para mí eso no es improvisar. Eso es sólo mover los dedos de un lado a otro. Esto me regresa al punto anterior, me refiero a por qué se aburre la gente con el jazz… Están cansados de escuchar todos esos clichés, gente que no esta escuchando lo que toca o que no toca melódicamente. Eso no es buena música y es la principal causa por la que el interés del público se ha ido apagando.
Encuentro una forma consistente en tu manera de fragmentar el ritmo y la melodía… un pulso arpegiado con la mano izquierda. Haciendo cambios inesperados, pero que conducen a lugares lógicos. Ése es un sonido que inmediatamente identifico con vos. ¿Cómo se desarrolló ese método?
Creo que la mejor manera de desarrollar “una voz única” es tocar con otros tipos que tengan “una voz única”; y la verdad es que me siento afortunada en poder hacerlo. Si vos tocás con un baterista que suena como Elvin (Jones) vas a querer hacer el tipo de cosas que hace McCoy Tyner. Si tocás con un bajista que suena como Paul Chambers, eso hará que quieras sacar “tu” Wynton Kelly interior. Pero si vos tocás con gente que te entrega algo que nunca recibiste antes, estarás empezando a encontrarte a vos mismo, poco a poco.

Entonces podemos deducir que la forma en que trabajás con la mano izquierda es algo que estaba en vos misma…
Recuerdo que en 1999 estaba en Japón y llegó Herbie Hancock. Estábamos parando en el mismo hotel; así que una tarde, cuando lo vi en el mostrador de la entrada, corrí hasta él… (haciendo un gesto que expresa agitación) Tuvimos una conversación asombrosa, al menos para mí, acerca del futuro del piano en el jazz. Él me dijo que pensaba que una de las áreas que no habían sido lo suficientemente exploradas y desarrolladas, era la mano izquierda. Supongo que eso me dejó pensando… Por eso tiendo a usar mi mano izquierda para explorar diversas texturas cuando es apropiado hacerlo. Y digo “cuando es apropiado” porque, por supuesto, hay momentos en que necesitás la propulsión rítmica o hacer un simple acompañamiento.
En tu forma de tocar encuentro un color constante… No oscuro, pero sí melancólico… No nostálgico, es más… diría que anti-nostálgico… ¿Estás de acuerdo?
No estoy segura… soy anti-nostálgica pero, de vez en cuando, me siento nostálgica. Creo que un tema como Uncle Harvey o la forma en que hacemos So in Love de Cole Porter, tienen un sonido bastante nostálgico, pero no en la manera que pueda sugerir que estemos copiando. Quizás lo haga nostálgico la idea de estar tocando algo con un sentimiento verdadero sin recurrir a la copia o repitiendo lo que otros han hecho.
¿Hay cosas que solías hacer y que no tenés ganas de volver a repetir?
Estoy haciendo menos shows que antes porque, como crecí, me aburro más fácilmente (risas). No quiero estar tocando con gente que no tenga el más alto nivel. Creo que esa imposición y exigencia son la mejor de las recompensas a ese proceso de crecimiento.
En este punto de tu carrera, ¿hay algún proyecto especial que te gustaría seguir… algo a lo que quisieras otorgarle prioridad y no has tenido la posibilidad de hacerlo, al menos por ahora?
Escribí una pieza basada en cinco poemas de Vladimir Nabokov. La presentamos hace un par de años en el Lotus de New York. Es una especie de “nueva música” con secciones improvisadas, escritas para piano, violín, locutor y vocalista. Me gustaría tocarla otra vez y también componer más música en esa dirección.
Alternating Current, tu banda eléctrica, ¿es un proyecto concluido o pensás continuar con él?
Pienso que esa banda en particular está terminada, pero podría llegar a tener un grupo con un concepto similar en el futuro. Ahora estoy tocando órgano. Es posible que desarrolle un proyecto con órgano y Wurlitzer en el futuro. Eso puede resultar divertido. El disco con Alternating Current sigue estando disponible on line (http://www.alternatingcurrent.info/).
A medida que la tecnología ofrezca mejores posibilidades, los teclados electrónicos ¿competirán con el piano acústico?
No. Para principiantes, puede ser más económico comprar y tener su propio teclado. Ésa es la única ventaja. A propósito de eso, te cuento que en Alternating Current no toco teclados electrónicos. Sólo usé un teclado electro-acústico y un piano eléctrico Wurlitzer.
I’m Back In Therapy and It’s All Your Fault (regresé a terapia y es todo culpa tuya), como título para un álbum es bastante sugestivo. En términos psicoanalíticos, ¿te interesa hacer terapia?
Eso depende del terapeuta (risas) Por supuesto que el título tiene un carácter auto referencial.
