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Seguimos viajando – Julio 2007

Ahora es el turno de Inglaterra, Francia y Alemania. Ya sé que no son destinos demasiado exóticos precisamente; sin embargo, un viajecito por Europa nunca está de más…

First stop, England… Saludamos al guitarrista, cantante, tecladista, compositor y productor Steve Hillage; amigo de toda la vida del tecladista Dave Stewart, formó con él varios grupos desde 1968 para luego pasar a las filas de la que se convertiría en la formación más trascendente de Gong. En 1975 comenzaría una muy interesante carrera solista con el disco Fish Rising que luego, con el paso de la década, se iría diluyendo. Luego de un hiato de casi una década, volvería de la mano de The Orb, pero esta vez a la escena electrónica. Luego ha de formar, junto a Miquette Giraudi, System 7, que dura hasta nuestros días.

Steve Hillage: For to Next and Not or (1982)
Steve Hillage – guitarras, voz, teclados; Miquette Giraudi – teclados.
Temas: These Uncharted Lands, Kamikaze Eyes, Alone, Anthems for the Blind, Bright Future, Frame By Frame, Waiting, Glory, Before The Storm, Red Admiral, Serotonin, And Not or, Knights Templar, Still Golden.

Este disco sería su intento de aggiornarse a los tiempos que corrían, los 80’s, y quitarse de encima el yugo de hippie y héroe de la guitarra de los 70’s. Bueno, la historia indica que no lo lograría y éste sería su último álbum solista. Esto no implica de ninguna manera que sea un fracaso desde lo artístico; el fracaso fue comercial. El disco plasma el sonido de los 80’s como pocos, todo programado con un sonido muy limpio, casi de laboratorio, con excelentes composiciones y, como siempre, un sonido de guitarras impecable. Kamikaze Eyes realmente tiene las características de un verdadero hit para la época. Igualmente nos da una lección bastante interesante, los últimos tracks del disco son temas de su cosecha de los 70´s mostrando cómo la producción y los arreglos definen el carácter de una composición. Si quieren oír un excelente compendio de las posibilidades sonoras del rock-pop de esta década, éste es el disco.

Volvemos al continente y nos vamos a Francia, otra vez sopa, otra vez Jean Luc Ponty. Sí, estuve siguiendo la discografía del violinista francés ¿algún problema? No contesten.

The Jean Luc Ponty Experience with George Duke Trio (1969)
Jean Luc Ponty – violin, George Duke – piano, John Heard – bajo, Dick Berk – batería.
Temas: Foosh, Pamukkale, Contact, Cantaloupe Island, Starlight-Starbright.

Según los que saben, se trata del disco bisagra en la carrera del violinista francés, debido a que es George Duke quién le presentaría a Frank Zappa. Es un disco de jazz-rock clásico de la primera época dónde básicamente tocaban jazz pero eléctrico, piano eléctrico, bajo eléctrico, todo amplificado, pero jazz al fin y al cabo. Se trata de un álbum en vivo con temas de Ponty, Duke, Hancock, Wolfgang Dauner y Eisinger.
Es notable la versión de Cantaloupe Island, con Ponty haciendo la parte de la trompeta. Notables solos y sonido de época.

Viajamos un rato y nos vamos a ver un show de Albert Mangelsdorff, el extraordinario trombonista alemán nacido en 1928. Mangelsdorff revolucionaría el instrumento aplicando al jazz una técnica llamada multiphonics, que permite tocar más de una nota simultáneamente. En este show de 1976 es acompañado por dos chicos que prometen: Jaco Pastorius y Alphonse Mouzon. Grabado en vivo durante el Berlin Jazz Days, nos muestra cómo se puede hacer una obra maestra sin excesos y con mucha inteligencia.


Albert Mangelsdorff: Trilogue Live!
(1976)
Albert Mangelsdorff: trombón; Jaco Pastorius: bajo; Alphonse Mouzon: batería.
Temas: Trilogue, Zores Mores, Foreign Fun, Accidental Meeting, Ant Steps on An Elephant´s Toe.

Ciertamente querían correr riegos: un trío de trombón, bajo y batería y grabado en vivo. Sin piano, sin guitarra, nadie que sostenga, sin red. Además, supuestamente con un rango sonoro limitado por el trombón y el bajo, sumado a la dificultad técnica del primero. Bueno, claramente en la mente y cuerpo de ellos estas supuestas limitaciones no existen y lo demuestran. Toda la técnica de estos tres monstruos está orientada a hacer sonar lo imposible; composiciones intrincadas, complejas, con interesantes desarrollos melódicos y una increíble interacción entre los tres músicos. En ningún momento toman la salida fácil de la demostración pirotécnica; sí hacen una impresionante demostración técnica en el sentido más cabal. Hacen fácil lo difícil y suenan como si hubieran tocado juntos toda la vida, como una unidad. No se trata del Pastorius de Weather Report y su sonido funk, ni el Mangelsdorff absolutamente free. El trío suena como tal, una unidad de tres individuos. Cuando se juntan dedos, cabezas, técnica y musicalidad, surgen maravillas atemporales como este disco.

Federico Larroca

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