Jason Moran
Y según tengo entendido, esa aproximación a la música clásica tuvo gran importancia en tu vida…(con gesto de picardía)
Sí (sonríe). En el departamento de música clásica había una chica llamada Alicia Hall que cambió mi vida y terminaría convirtiéndose en mi esposa, la Sra. Moran. (dicho con inocultable orgullo).
Mencionaste a Jaki Byard. ¿Durante cuánto tiempo tomaste clases con él?
Tomé lecciones de piano con Jaki (Byard) entre 1993 y 1997. Él estaba enfocado en historia del piano y eso hizo que todos sus estudiantes tuviésemos un gran respeto por la tradición del instrumento. Las lecciones eran a dos pianos, así que tocábamos en dueto todo el tiempo. Eso fue perfecto para mí
¿Después conociste a Andrew Hill?
Conocí a Andrew (Hill) a través de Greg Osby en 1998.
¿Qué fue lo más importante que aprendiste de él?
La lección más importante que recibí de él fue una frase que jamás olvidaré: “No hay sello discográfico que pueda decirte qué música tenés que grabar. Estás en control de tu música”
En más de una ocasión has reconocido en la figura de Andrew Hill a tu mentor. ¿Cómo te impactó en términos emocionales su fallecimiento?
Es difícil no tener a Andrew aquí. (Hace una pausa para no quebrarse) Me enteré de su fallecimiento en Lisboa cuando estaba de gira con Charles Lloyd. ¿Cómo me impacto? (Reflexiona) Sentí miedo. Había confiado en la sabiduría de Andrew para un montón de cosas. Con su partida me vi impulsado a volver atrás en mi memoria para recordar todo lo que me había dado, como si quisiera asegurarme que esos recuerdos aún permanecían allí. Invertimos un montón de tiempo juntos, habíamos compuesto juntos, tocado juntos… conversado, compartido escenarios, comidas… Sus enseñanzas vivirán siempre en mí y se extenderán en los músicos con los que toco habitualmente como Nasheet Waits, Eric McPherson, Greg Osby, Scott Colley y otros…
Ese nivel de intensidad emocional y de relación interpersonal, parece ir a contramano de una época en la que se hace culto a la frivolidad, las celebridades y lo que dicta el mercado. En ese contexto, ¿qué debe hacer un artista para conservar su integridad?
El artista debe respetar su identidad y mantenerse al margen de todo lo que atente contra eso.
La música manifiesta su identidad reflejando el tiempo del cual proviene. Ahora, con tanta información disponible, los diversos estilos y culturas resultan cada vez más visibles en la composición de jazz. ¿Creés que los puristas están teniendo dificultades para aceptar que esa música considerada estadounidense tiene ahora más aspectos internacionales?
No. Pienso que los puristas del jazz son un mito. Y además estoy convencido que los aspectos multiculturales han estado allí desde el comienzo. Esto no es nuevo. Podemos ir atrás en el tiempo y escuchar a Jelly Roll Morton, a Duke Ellington, Dizzy Gillespie… La música siempre ha sido internacional.
En los últimos años, especialmente en Estados Unidos, el jazz ha tomado aspectos formales propios de la música clásica: programas académicos como los desarrollados por el Carnegie Hall y el Lincoln Center, los postgrados en las Universidades, el material didáctico y pedagógico disponible, etc. ¿No considerás que esa rigurosidad académica contrasta con los orígenes marginales del jazz?
Pienso que todo eso es bueno ya que lleva al estudiante a adquirir el conocimiento que debe tener para impulsar la música. Soy un producto de la educación de jazz. Algo que he notado es que los estudiantes de hoy, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, paulatinamente han ido desatendiendo la historia esencial del jazz.
Dame un ejemplo…
Tenia un estudiante de Ámsterdam que sonaba decididamente mediocre. Le pregunté “¿has escuchado algún pianista anterior a 1955? Él respondió: “No.” Entonces lo interrogué sobre la forma en que le enseñaban la historia del piano en el Conservatorio y cuando me dijo que empezaban a estudiar a partir de Bill Evans lo paré de inmediato para manifestarle que eso era inexacto y que además me parecía racista. Esto es así no sólo en Ámsterdam o Estados Unidos, lamentablemente ocurre en todas partes. Trasladémoslo al campo de la música clásica. No importa si estás estudiando un instrumento o composición, vos estás forzado a aprender historia de la música. No podés ser un estudiante de piano y no conocer a Beethoven o Schumann. Siempre estás obligado a hacer un trato con la historia. ¿Por qué vamos a permitir que los estudiantes de jazz se desentiendan de la historia y terminen negando consciente o inconscientemente su origen afro-americano?
Teniendo en cuenta esos contrastes, ¿en qué estado se encuentra el jazz hoy?
Pese a todo, creo que el jazz está en un buen punto. Un montón de buenos músicos alrededor del mundo están creando nuevas formas de expresión.
¿Y en qué dirección se está orientando?
No tengo idea cuál es la dirección que tomará. Mi lado egoísta dice:”el jazz irá en la dirección de Jason Moran…” (risas). Olvidate, es una broma.
Hablemos de tu lado egoísta (risas) ¿Cuál fue el núcleo conceptual que usaste en la elaboración de tu último disco Artist in Residence?
Básicamente es una colección de comisiones que me otorgaron en el 2005. Cada proceso fue diferente aunque podemos establecer tres grupos, uno por cada una de las organizaciones que me comisionaron. La DIA, Jazz at Lincoln Center y The Walker Art Center. Dos de esas organizaciones son las instituciones de Arte Visual más importantes de Estados Unidos. Y la comisión de DIA estaba en comunión artística con la obra de Joan Jonas (escultora neoyorquina nacida en 1936. Pionera de las artes visuales en Estados Unidos). La comisión del Walker Art Center giraba en torno del trabajo de la artista Adrian Piper (http://www.adrianpiper.com/) Y la última comisión, Rain, estuvo centrada sobre aspectos de la cultura de los esclavos afro americanos. Los tres trabajos eran diferentes y exigentes. Artist in Residence es una colección que contiene lo más sobresaliente de esa labor.
Entonces, cuando grabaste el disco, ¿tenías una gran cantidad de composiciones para elegir?
Sí; y sólo presenté las composiciones que creía que podían funcionar en formato grabado. Hay mucha más música asociada con las comisiones de DIA y Walker. Así que tenés que ver los shows para escuchar la música restante…(risas)
