El Ojo Tuerto

Tori Amos: El yo, el ello, el súper yo… y Ella

Nokia Theater – Los Angeles (USA)
Domingo 16 de Diciembre de 2007 – 20:15 hs.


Tori AmosEl 16 de diciembre, Tori Amos cerró en el Nokia Theater de Los Angeles, la gira de presentación de su último álbum American Doll Posse.
En este trabajo, Amos adopta el temperamento de cinco personajes distintos (Clyde, Pip, Isabel, Santa y la propia Tori) que representan diferentes estilos de vida y comportamientos. Amos usa ese escudo de identidades para completar el rompecabezas de la psicología femenina. Si bien el recurso tiene una pretendida asociación original con la mitología, ya que los personajes representan a diosas de la antigua Grecia, el tema merece y permite un análisis de carácter psicoanalítico.
Nuestros valores, opiniones, actitudes y emociones son los que forman nuestra individualidad. La manera en que actuamos estos estados mentales determina lo que otros verán como nuestra personalidad. La personalidad tiene, a su vez, tres estructuras diferenciales: el ello, el yo y el súper yo.

 

Sigmund FreudSegún el famoso doctor Páguemeporadelantado, el ello está presente cuando nacemos y se manifiesta a través de la necesidades básicas como el hambre, la sed y la sexualidad (con los años, el orden se modifica varias veces hasta que se llega a un punto en el que la sexualidad sólo se manifiesta comiendo y bebiendo). Esto, o mejor dicho aquello, es a lo que Freud llamó los instintos de vida o Eros. El ello contiene asimismo el instinto de muerte llamado thanatos, responsable de la agresividad y la destrucción. Estos instintos son la base del comportamiento humano. El ego o yo… no “yo” en primera persona… ”El” yo. Bueno “yo” no sé si usted me entiende pero… El yo se desarrolla poco después del nacimiento, justo en el momento en que nos damos cuenta que no vamos a obtener automáticamente todo lo que queremos. Ejemplo: si tenemos hambre, lloramos y enseguida viene mamita y nos amamanta. En cambio, si queremos una tarjeta de crédito, no pasa nada. Así opera el principio de realidad por el cual la persona idea un plan y lleva a cabo algún tipo de acción para conseguir sus objetivos. Y por lo general fracasa. Ergo, el ello expresa irracionalmente la emoción mientras el yo racional consciente actúa según el análisis de situación. Pero el yo y el ello no están solos.

 

También hay un Súper yo, una especie de superhéroe de la psiquis que opera mediante lo que podríamos denominar el principio de perfección, expresando los valores ideales que permiten controlar la conducta. El súper yo trata de prevenir que el ello actúe según sus impulsos, especialmente los sexuales, y, por suerte, no siempre lo consigue. La interacción de las tres caras de la psiquis deben mantener un estado de equilibrio, ya que si el súper yo es demasiado intenso, el yo no podrá alcanzar sus ideales; o si el ello y sus emociones son muy fuertes, el yo no logrará dominar sus impulsos. Cuando estos componentes están desequilibrados, surge la ansiedad o pueden desarrollarse conductas neuróticas o le tenemos miedo al cuco o nos salen juanetes… o etc.
También está el yo-yo, que es un juguete consistente en un disco de madera o plástico cuyo borde tiene una ranura profunda alrededor de la cual se arrolla un cordón que, anudado a un dedo y mediante sacudidas, hace subir y bajar el disco. La verdad es que Freud nunca se refirió al yo-yo, así que no sabemos si no tiene relación con la personalidad o simplemente nunca aprendió a jugar.

 

Lo concreto es que Tori Amos, durante el desarrollo del American Doll Posse Tour, al llevar a escena los componentes estructurales de su personalidad, hizo público un intento de carácter confesional por equilibrar el yo, el ello, el súper yo y por qué no también jugar un poquito al yo-yo. Y todo expresado a través de los personajes de la mitología griega mencionados al comienzo: Isabel se relaciona con Artemisa, la diosa virgen de la caza y la fertilidad. Clyde representa a Persifone, la reina del inframundo. Santa a Afrodita, la diosa del amor, la belleza y la sexualidad. Pip a Atenea, diosa de la sabiduría, la estrategia y la guerra justa; y finalmente la propia Tori, que se (auto) adjudica relación con Demeter, la diosa protectora del matrimonio y la ley sagrada.

 

AmosHe contado todo esto no sólo con el ánimo de ilustrar esta nota, sino también para ocultar ciertos complejos que tengo en relación a Tori Amos. En defensa de mi privacidad, omitiré señalar a qué me refiero; sólo diré que un complejo es una serie de ideas marcadamente emocionales en estado reprimido que se manifiestan en trastornos de la conducta y que la palabra “complejo” deriva del latín y significa enroscarse juntos…
¡Uy… me había prometido no decir de qué se trataba!

 

Un teatro colmado recibe a la banda de Tori Amos integrada por Matt Chamberlain en batería, Jon Evans en bajo y Dan Phelps en guitarra. Un poderoso pasaje instrumental deriva en los primeros acordes de Yo, George del álbum American Doll Posse. Ingresa Amos y, personificando a Isabel, ensaya una tan festejada como anacrónica crítica al presidente Bush: “le presento mi saludo, comandante y estornudo, porque al parecer ahora soy alérgica a sus políticas”. La banda suena precisa y contundente y Tori canta como sólo ella sabe hacerlo, aun cuando la peluca y el personaje nos distraigan un poco.

 

Sigue con In the Springtime of His Voodoo, de Boys for Pele (1996), en versión de cabaret con Amos jadeando todavía en la piel de Isabel/Artemisa. Según la mitología, un cretense llamado Sipretes vio a Artemisa bañándose desnuda y ésta lo transformó en mujer. Yo no la vi, pero me la imagino… Sólo espero no convertirme en travesti. Mientras confirmo que no hubo cambio anatómico alguno, se escucha Tombigbee del E.P. Scarlet’s Hidden Treasure de 2004. A continuación hace una deliciosa versión de la balada Scarlet’s Walk. Tori me mira a los ojos y canta “¿Qué planeás hacer con toda tu libertad?”. No, mejor no se lo digo. La banda queda en soledad para una vigorosa jam session en la que se destacan la solidez de Evans en bajo, la variedad de recursos de Phelps en guitarra y la potencia y precisión de Chamberlain en batería.

Regresa Amos (ahora en el personaje de Pip) y ataca con Cruel del álbum de 1998 From the Choirgirl Hotel pero en una versión de gran despliegue instrumental, similar a la incluida en el álbum en vivo To Venus and Back
Llega el único cover de la noche, Heart of Gold, tema de Neil Young del que Amos ofreciera una versión en el 2001 en su álbum Strange Little Girl. Una balada simple que en la voz de Amos alcanza un rango épico.

A continuación hace dos temas de American Doll Posse. Primero una demoníaca versión de Fat Slut, con Pip en actitud desafiante enfatizando la palabra “puta” del estribillo y luego con la intrascendente experimentación electrónica de Smokey Joe. Como cierre del set dedicado a Pip/Atenea, ofrecen una poderosa visión de The Waitress, del álbum Under the Pink. Luego los pibes se quedan solos haciendo una versión instrumental de Professional Widow, de Boys for Pele.
Regresa Amos en el personaje que mejor le sienta: ella misma. Big Wheel, de American Doll Posse, es una dudosa aproximación a la música country que en vivo alcanza otra dimensión merced a la gracia y expresividad con la que Tori canta “pensás que soy de tu propiedad” para luego agregar en tono imperativo “bajate de la cruz que necesitamos la madera” cerrando con un enigmático “soy una MILF” (sigla en inglés de Mother I’d like to fuck). Pegado hace dos clásicos de su repertorio, ambos de Under the Pink: Cornflake Girl y Bells for Her.

 

Llega un segmento en solo piano que incluye una inolvidable versión de Silent All These Years del álbum Little Earthquakes y la exquisitez de Cooling, tema que en origen fuera incluido como lado b del single Spark y que más tarde formara parte del álbum en vivo To Venus and Back.
Regresan Chamberlain, Phelp y Evans y en cuarteto brindan una cálida versión de Amber Waves. Con el publico en éxtasis, abordan Talula, de Boys for Pele; y para finalizar hacen Code Red, tema de American Doll Posse que en el disco amenazaba con convertirse en un hit y que aquí se recibe con diploma, medalla y beso.
Final.Ovación interminable.

 

Regresa Amos con sus muchachos para hacer un clásico de su repertorio: Precious Things y otro que amenaza con serlo de aquí en mas: Bouncing off Clouds. La gente es insaciable. La banda retorna para propinarnos un golpe de knock out con Hey Júpiter, de Boys for Pele.
Nos vamos felices pero sin poder dilucidar si se impuso el yo, el ello o el súper yo, aunque todo hace suponer que si alguien ganó fue… Ella.

 

Sergio Piccirilli


Notas relacionadas:
El Ojo Tuerto: Tori Amos – Fuiste Mía Un Verano
El Ojo Tuerto: Tori Amos – No La Dejen Sola

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *