Miguel Di Genova
Miguel Di Genova es un arquitecto argentino que, a inicios de esta década, no la estaba pasando muy bien en Barcelona. Pero como también es músico (y tenía mucho tiempo libre), comenzó a experimentar. Grababa pistas en su portaestudio y a mostrarse por las calles barcelonesas. Fue el germen de uno de los grupos (si no el más) de mayor relevancia artística de lo que se ha dado en llamar “tango electrónico” o “electrotango”. Pero a la fusión de música electrónica y tango, Di Genova aportó además una importante dosis de arte visual. Por ello es que define a Otros Aires (banda que lidera) como un “proyecto audiovisual de electrotango”, algo reflejado y con creces en el DVD Vivo en Otros Aires, en su momento reseñado en este site.
La cuestión es que lo que no pudo el arquitecto lo cristalizó el músico, debutando en diciembre de 2003 en el Teatro Nova, primero de los diferentes reductos en los que actuaría luego como Local Bar, Domestic, Barroc, Club Cube, etc. Retorna a Buenos Aires en 2004 y se decide a dar forma al álbum debut de la banda, titulado simplemente Otros Aires, acompañado por Hugo Satorre en bandoneón, Pablo Lasala en teclados y Emmanuel Mayol en batería. La presentación se llevó a cabo, justamente, el Día del Tango (11 de diciembre) y nada menos que en el Museo Casa Carlos Gardel. El proyecto fue creciendo paulatinamente merced a sus bondades, lo que derivó en un sinnúmero de actuaciones en la Argentina y el exterior. Con Omar Massa y Diego Ramos en reemplazo de Satorre y Lasala, el cuarteto edita Dos en el año 2007.
Las sucesivas presentaciones que llevaron al grupo a Alemania, Grecia, Italia, Bélgica, Polonia, Portugal y Chile, entre otros países, desembocaron en la edición de su tercer CD Vivo en Otros Aires y al DVD homónimo, una suerte de documental de dichas giras.
Y siguieron los viajes y actuaciones por doquier: Grecia, Italia, USA, Francia, Alemania, Austria, Rumania, Suiza, Canadá, Holanda, Bélgica, Turquía, España, Colombia, Irlanda, República Checa, Brasil… mire la de millas que juntaron ya estos muchachos…
Lo cierto es que la maquinaria no se detiene. El cuarteto, hoy integrado por Diego Ramos (piano, coros, arreglos orquestales), Omar Massa (bandoneón y arreglos), Martín Bruhn (baterías acústicas) y su líder Miguel Di Genova (voz, coros, guitarras, programación y samples) editó en 2010 su cuarto CD que, al ser el tercero en estudio, lleva el atinado y apropiado título Tricota. Con un espíritu inquieto indisimulable, el grupo ha incluido en este último trabajo dos Orquestas Típicas, una liderada por la violinista Erica Di Salvo y la otra, Los Reyes del Tango, por Ricardo Sánchez Rivera.
Y si bien por Buenos Aires no tocan tan seguido, durante el presente año han viajado nuevamente con destino a Brasil, Inglaterra, Francia, Noruega, Rusia, Hungría, Dinamarca, Alemania, Rumania, España, Portugal… y tienen una gira programada para enero de 2011 por Inglaterra y actuaciones comprometidas en Portugal, Serbia, Italia, Alemania y Suiza.
En medio de todo esto, no entendemos cómo, entre boleto y azafata, Miguel Di Genova se ha hecho tiempo para acceder a nuestro requerimiento. Pero mucho más llamativo aún es la manera en que lo hizo. Con un cuidado, esmero y dedicación que ayudan a comprender la minuciosidad y afán perfeccionista de su propuesta artística.
De nuestra parte nada más que agradecimientos…
Y usted no sea pelandrún y entérese… que hay elecciones, historias y anécdotas tan ricas que nos lo va a agradecer.
Y mucho.
1 – Ástor Piazzolla – Las Cuatro Estaciones
(creo que posteriormente otras ediciones lo llamaron ¨Piazzolla en el Regina¨ y agregaron más temas)
A este disco no lo escucho desde hace mas de 20 años… Me refiero al disco completo tal y como se grabó y se editó en su momento. Y no lo volví a escuchar para hacer esta reseña. En primer lugar porque ya no sé dónde está (¡lo tenia en casete!) y en segundo lugar, y más importante aún, porque quería ¨evocarlo¨ más que reseñarlo. Opinar de él como hubiese opinado a los 20 años. Si lo escucho ahora seguro sería diferente. Me interesa más ¨aquella¨ opinión (la lejana, de los 20 años) ya que éste fue el primer disco de Piazzolla que compré y el que marcó decididamente mi relación con el tango hasta nuestros días.
El casete venía con 8 temas (Las 4 Estaciones más otros 4 temas) y unas palabras de introducción del mismísimo Ástor. Siempre (y esto me pasaba cada vez que escuchaba la introducción) me llamaba la atención lo mal que hablaba Piazzolla. Contaba que ésa era una grabación en el Regina, para la RCA Víctor, etc, etc.; y de golpe terminaba en una forma casi torpe diciendo: ¨lo único que espero es que toquemos bien…¨
Y eso es todo lo malo que puedo decir de este disco. Del resto sólo puedo decir que me acompañó durante años, días y noches completos en mis épocas de estudiante de arquitectura.
Cuando escuchaba Las Estaciones (que si mal no recuerdo estaban de un lado) lloraba. Especialmente con “Invierno porteño”. No sé muy bien por qué, pero realmente sentía que la música me hablaba y me decía cosas muy tristes. Fue uno de los pocos discos instrumentales que escuché con pasión, siempre me gustaron más las canciones, pero este disco hablaba sin decir ni una palabra.
Del otro lado estaba un tema iniciático para mi: “Buenos Aires Hora Cero”. A mediados de los ’80, cuando escuchaba este tema, para mí era como ver el futuro. Tanto fue así que, tiempo después, en 1999 hice mi versión ¨electro¨ de este tema y se la hice escuchar a muchos de mis amigos mientras les decía: ¨Ésta es la música del siglo XXI¨. Sacando a mi hermano, nadie me dio mucha bola… la palabra electrotango todavía no existía y no sé si la versión era realmente buena…
Según datos que encontré en internet, este disco se grabó el 19 de mayo de 1970. Ástor Piazzolla (bandoneón), Antonio Agri (violín), Cacho Tirao (guitarra eléctrica), Kicho Díaz (contrabajo), Osvaldo Manzi (piano).
No me acordaba quiénes eran los músicos, pero sí me acordaba que, con creces, se cumplieron los deseos de Piazzolla. Tocaron muy bien.
2 – Roberto Goyeneche – El Disco de Oro de Roberto Goyeneche – 15 grandes éxitos
NUNCA ME GUSTARON LOS COMPILADOS. Jamás. En general me parece que carecen de un concepto real que aúne esos temas que pertenecen a diferentes épocas, sonidos, estéticas… Pero en el tango, y en el caso de muchos cantores, es una necesidad. En general no grababan un disco completo. Grababan diferentes temas con distintas orquestas.
Principios de la década del ‘90. Me fui a vivir solo, a un PH y en Villa Urquiza… y sí, no es muy original, me pegó la voz del Polaco muy fuerte. ¨¡Todo se lo ha llevado el almanaque!¨ lloraba Goyeneche en ¨El cantor de Buenos Aires¨. Sábado a la tarde, mientas tomaba unos matecitos en el patio, el vecino del PH de arriba me gritaba ¨pibe, por fin esto se parece a una casa porteña…¨ (para ese entonces yo tocaba y escuchaba mayormente rock, por eso el comentario de mi vecino).
Este compilado tiene temas que uno escuchó mil veces: Fueye, Cafetín de Buenos Aires, Madame Ivonne, Pompas, Sur, Mimi Pinzón, La última curda… y así todos. Nada nuevo. Los cantaron todos los grandes cantores de tango. Pero aquí estaban todos juntos y cantados por El Polaco. Son esos discos que te hacen dar ganas de cantar tango.
Quizá sea porque la voz de El Polaco es un concepto en sí misma y no importa si un tema es en vivo, en estudio, con la orquesta de Troilo o con la de Pontier. Con más o menos voz, al fin y al cabo, es siempre El Polaco. Y la verdad que éste no parece un compilado.
¨En tu teclado está como escondida, hermano bandoneón, toda mi vida…¨ Toneladas de filosofía porteña metidas dentro de un circulito de 12 cm de diámetro. No sé si existen ediciones de este mismo compilado, pero realmente no tiene pérdida.
3 – Us3 – Hand on the Torch
Epa! ¿Cómo cambiamos tanto? Así, de golpe y sin escalas. ¿¿¿Qué tiene que ver el tango con Us3???
Quizá nada, o muy poco. Quizá Piazzolla se haya inspirado para hacer buena parte de su obra en mucha música que luego inspiró a Us3 a hacer la propia. Todos sabemos que Ástor fue un gran cultor del jazz, que tocó con Gerry Mulligan y que más de una vez supo inspirarse en el estilo monocorde de Herbie Hancok. El tango y el jazz juntos encontraban aquí su mejor aliado. En Us3, uno de los primeros y más conocidos proyectos de Acid Jazz, una buena parte de las grabaciones de Blue Note Records (entre ellas algunas de Herbie Hancock) fueron remixadas por los productores Mel Simpson y Geoff Wilkinson y fusionadas con el funk, el dance y el hip hop.
Pero no todo fue sample y remix. También participaron excelentes músicos como Tony Remy, Matthew Cooper, Ed Jones, Gerard Presencer y los rapperos Kobie Powel, Rahsaan Kelly y Tukka Yoot.
I Got to Going On, Tukka Yoots Riddim, I Go to Work, fueron algunos de los temas mas conocidos y radiados del disco, pero el hit indiscutible fue la versión del tema de Hancock ¨Cantaloop¨ (con la trompeta increíble de Gerard Presencer y el swing arrollador de la voz de Rahsaan Kelly). Este tema fue tan popular que dicen que hasta el mismísimo Hancock bromeaba en alguno de sus conciertos a la hora de tocar Cantaloop diciendo: ¨ahora vamos a hacer un tema de una banda llamada Us3¨.
Muy bien, muy lindo. Un disco con mucho éxito… ¿y qué? ¿Por qué reseñar este disco? Yo creo que acercó algo del jazz a la gente que no entendía mucho y hasta probablemente no le interesaba tanto el género. Hizo su pequeño aporte a la cultura pop mundial. Y además… damas y caballeros y por el mismo costo, les agrego que éste fue el disco que me sugirió la idea fundamental del primer álbum de Otros Aires… donde decía jazz, en Otros Aires hubo tango del ‘30, ‘40 y ’50; y donde decía rap hubo recitado tanguero. Otro sonido, otra época, otro género de base, pero la idea era la misma. Por eso (y porque me gustaba mucho bailarlo) le guardo un gran cariño a este disco.
4 – 08001 – Raval ta Joie
Éste es probablemente uno de los proyectos más interesantes que escuché (y vi) en mi vida.
Cualquiera que alguna vez haya armado un banda, no importa de qué estilo musical, sabe que juntar a más de 2 músicos bajo un mismo techo para ensayar es una tarea, en el mejor de los casos, ardua. El productor catalán Julián Urigoitia, supo aunar en un mismo proyecto a 23 músicos y de diferentes partes del mundo. Tanto es así que gente de España, Marruecos, Argentina, Chile, EEUU, India, Francia, Holanda, Suecia, Reino Unido, Bulgaria y Grecia formaron parte de este indescriptible colectivo llamado 08001.
El nombre de la banda no es más que el código postal de El Raval, barrio barcelonés donde dicho productor tiene el estudio. Según sus propias palabras ¨El Raval es el epicentro de cruce de culturas en Barcelona. Es el barrio más cosmopolita. Siempre ha sido un barrio de gente humilde, un barrio con mala fama: prostitución, drogas… pero frecuentado por artistas, músicos, escritores, pintores…En definitiva un barrio bohemio, polémico y desconocido para muchos barceloneses. Uno de los barrios que absorbe más inmigración, pero en pleno centro de Barcelona. Algo poco común en otras ciudades europeas¨. Urigoitia supo como nadie aprovechar la multiculturalidad de su barrio.
Concebido como un taller o work in progress, este productor (todavía no sé cómo) realizó Raval ta Joie. Un disco con 11 canciones, donde se fusionan diferentes músicas étnicas, maneras de tocar y lenguas con el hip hop y la electrónica. A pesar de su exotismo, no deja de tener su veta comercial, muy bien manejada y sin perder en ningún momento la elegancia. ¨Araien¨, el tema que abre el disco y primer corte de difusión, es toda una subversión musical perfectamente ensamblada, donde ya se nota la multiculturalidad del proyecto (está cantado en tres idiomas: árabe, inglés y francés). El resto del disco es también muy bueno y muy variado, pero Araien sintetiza, en 4:02 minutos, todo el concepto del proyecto.
Luego sacaron un segundo disco (con otros músicos), tan bueno y hasta quizá un poco mejor que el primero, llamado Vorágine. Ahora no sé bien en qué andan. No conozco personalmente al productor ni a ninguno de sus músicos, pero seguro que lo que venga va a ser igualmente bueno.
5 – Hugo Díaz – Tangos
¡Volvé al barrio chabón! Ok, seguimos con tango. Después de todo, según el Itunes de mi máquina, dentro de los 25 temas que más escucho está este disco completo.
El armoniquista santiagueño Hugo Díaz, como seguramente muchos sabrán, era básicamente folclorista. A pesar de eso y de usar un instrumento no tradicional dentro del género hizo, para mí, uno de los mejores discos de tango de la historia.
Si bien la armónica no tiene el prolongado registro del bandoneón y si bien además de armónica solamente había 3 instrumentos más (piano, bajo y guitarra), este álbum logra lo que pocos trabajos de tango con grandes orquestas no pueden lograr: emocionarte hasta las tripas.
Lo escuché por primera vez en la película alemana ¨Los falsificadores¨; no podía creer lo bien que encajaba esa música con las escenas. Realmente las elevaba. La película me gustó, pero tengo que admitir que mucho más me gustó su música.
Repertorio gardeliano: Cuesta abajo, Mi Buenos Aires Querido, Melodía de Arrabal, etc. Clásicos de los buenos mejorados con la increíble interpretación de este autodidacta de la música. El pianista y director musical del disco, José Colángelo, lo sintetizó en una frase: “Hugo no sabía música, él era la música”.
Cuenta la leyenda (o por lo menos la leyenda que me contó algún músico) que este disco se grabó en una sola sesión de grabación. También cuenta que don Hugo se bajó una botella entera de whisky en dicha sesión. No lo sé. Lo que sí sé es que si yo me tomo una botella de whisky simplemente me emborracho. Este hombre hizo una verdadera obra arte.
El +1:
Otros Aires – Otros Aires
Barcelona 2003. Es muy raro odiar y amar un lugar con la misma intensidad. Sentirse muy mal y muy bien al mismo tiempo. Verse a sí mismo en la gloria y en la ruina todos los días. Eso es, ni más ni menos, lo que sentí durante todo el año y medio que viví en Barcelona. Lo paradójico de mi vida allí es que todo salió tan mal (pero tan mal) que dio lugar al disco que hizo que en la música me empiece a ir bien.
Mi idea al llegar allí era hacer lo de siempre, buscar un trabajo de arquitecto que me pudiese sustentar y que me diera tiempo para seguir haciendo mi música. En una ciudad que parecía prometer todo a cualquier arquitecto y a cualquier artista, la cosa no parecía ser tan difícil. En fin, resumiendo, jamás conseguí trabajo de arquitecto. Mandé cientos de curriculums y no conseguí nada. Lo más gracioso es que tenía un curriculum bastante bueno (incluso en Salamanca, España, había hecho todo un barrio de viviendas) y no había caso, Barcelona no era mi lugar. Por lo menos mi lugar como arquitecto. No me quedaba otra más que tratar de ejercer el oficio que, en mi caso, rara vez me redituó y en el cual, parafraseando a Ernesto Sábato, mis mejores antecedentes estaban en el futuro: la música.
No tenía trabajo pero tenía tiempo. Un estudio portátil que me acompaña siempre que viajo y lo que mejor sabe dar la ciudad Condal: inspiración. Empecé con las maquetas de Otros Aires, muy influenciado, como dije anteriormente, por el concepto del trabajo de US 3. Mi hermano Facu en Buenos Aires, a pedido mío, hizo un rastreo de grabaciones de tango muy antiguas, algunas conocidas y otras no tanto. Cuando junté algunas maquetas salí a la carga. Sabía que la cosa no era nada fácil.
Pero la necesidad a veces ayuda… nunca salí con tanto ímpetu a la calle a convencer a la gente que lo que hacía era bueno. Me recorrí todos los bares del Raval, el barrio Gótico y el Borne y ahí empecé a tocar. Al principio solito. Con secuencias, guitarra, voz y una suerte de videoarte criollo que me había preparado… ¡y funcionó! Por primera vez en la vida veía que realmente la gente se interesaba en lo que hacía. Otras veces había sentido algún interés por parte de la gente, pero esta vez la cosa era diferente. Estaba en Barcelona y no era fácil tener un lugar allí, por más chico que este lugar fuera.
Algunos músicos catalanes me dieron una mano. De las maquetas que hice quedaron, incluso en el disco, un solo increíble de Rhodes de Josep Lluis Guart en ¨La Pampa Seca¨ y el bajo profundo de Toni Cubedo en ¨Percanta¨.
El 11 de diciembre de 2003 presenté el proyecto por primera vez en un restaurante llamado Nova (el cual ya no existe más); un año después, y ya en Buenos Aires, presentamos el disco en el Museo Casa Carlos Gardel, también un 11 de diciembre (día del tango y cumpleaños del famoso cantor). Desde ese entonces hasta nuestros días, nunca más volví a trabajar de arquitecto. Juro que no lo extraño para nada.