Por Los Codos

Andrew Raffo Dewar

La actual sociedad de la información, la vigente omnipresencia de los medios masivos de comunicación y las nuevas tecnologías aplicadas al mundo de la globalización, han ido acentuando en las ultimas décadas la sensación de que no hay tiempo, de que es preciso darse prisa para todo y que la vida debe fundarse en un sistema de valores que potencie el movimiento continuo sin importar su dirección. Es cierto que esa escala de jerarquías en donde se privilegia lo instantáneo ha permitido notables avances en el campo tecnológico y un innegable desarrollo en destrezas rápidas, pero también promueve la formación de un ejército de seres humanos dispuestos a ejecutar órdenes apresuradamente sin evaluarlas ni discutirlas. En ese contexto, afortunadamente, aparece el arte para recordarnos que siempre hay tiempo para abstraernos, reflexionar y analizar lo que se está haciendo, para pensar en lo que se debe hacer y para imaginar nuevos mundos posibles.
Los lenguajes del arte, mas allá del mero placer sensorial o alivio emocional que originan, tienen la capacidad de proyectarse, con suficiente autoridad y coherencia, en espacios de socialización recreativa cuya condición de intercambio comunicacional no sólo abre las posibilidades para construir nuevos sentidos de la identidad, permite establecer proyectos de vida y nos confiere una perspectiva de afirmación existencial, sino que además nos faculta para la interrelación social y el intercambio multicultural.
El artista, a través de su mirada, se va apropiando del mundo que lo rodea y lo devuelve transformado en su obra. La visión artística es un sutil proceso de transformaciones que incluye una observación del mundo exterior y una exploración desde la perspectiva del descubrimiento y del aprendizaje incesante, para luego plasmar esa imagen desde el espejo interior de la fantasía. En definitiva, el artista toma lo que brota de la realidad no para imitarla sino para cuestionarla, problematizarla y reinventarla.
No obstante el artista, para progresar en el ejercicio de su vocación estética, debe mantener una insaciable curiosidad y buscar implacablemente el aprendizaje continuo, conservar el compromiso de contrastar el conocimiento adquirido con la experiencia y mantener incólume la voluntad para aprender de los errores.
Ese sentido de exploración permanente, que debe anidar en todo artista, parece estar vivamente representado en la figura del joven compositor, improvisador, saxofonista soprano, clarinetista y etnomusicólogo Andrew Raffo Dewar.

Andrew Raffo Dewar nació en la ciudad de Rosario, Argentina; pero a temprana edad se trasladó a Estados Unidos, lugar en el que desarrolló la mayor parte de su vida académica y el cuerpo principal de su trayectoria artística.
Su sólida formación musical incluye estudios junto a figuras icónicas del arte contemporáneo como los saxofonistas y compositores Anthony Braxton, Steve Lacy y Phillip Greenlief; el trompetista y compositor Bill Dixon, el multi-instrumentista e improvisador Milo Fine y el compositor Alvin Lucier. Además de haber estado involucrado en el aprendizaje y práctica de música tradicional y experimental de Indonesia, con epicentro formativo en el género musical de Sumatra Occidental, denominado Minangkabau y en el Gamelán Javanés. Todo esto sin dejar de mencionar su destacada plataforma académica que comprende un doctorado en Etnomusicología y una maestría en Etnomusicología y Composición Musical, ambas obtenidas en la Universidad de Wesleyan; y un Bachillerato en Artes en las áreas de Antropología, Música y Estudios Asiáticos otorgado por la Universidad de Minnesota.
La selecta discografía de Andrew Raffo Dewar incluye el inquietante paisaje estético de su elogiado álbum debut Six Lines of Transformation & Music for Eight Bamboo Flutes de 2008, su participación en Quartet Solo Series: Striking Mechanism de 2008 compartiendo créditos con la cellista Marina Peterson y Phillip Schulze y Jonathan Chen en electrónicos, sus colaboraciones como miembro de la Bill DixonOrchestra en el álbum 17 Musicians in Search of a Sound: Darfurde 2008 y en el Anthony Braxton 12+1tent en los álbumes (Victoriaville) 2007 y 9 Compositions (Iridium) 2008. A este listado pronto se agregarán, entre otros, el álbum de su nuevo ensamble: Interactions Quartet.

En su aún breve pero fructífera trayectoria musical, Andrew Raffo Dewar ha compartido escenario con algunos de los artistas más destacados de la libre improvisación, la world music y la vanguardia creativa contemporánea. De esa extensa lista de cooperaciones podemos mencionar a Taylor Ho Bynum, Aloysius Suwardi, Steve Swell, Gino Robair, Tatsuya Nakatani, Jessica Pavone, Bill Dixon, Tetuzi Akiyama, Eugene Chadbourne, Matt Bauder, Aaron Siegel, Anthony Braxton, Matthew Welch, Jorge Boehringer, Pande Made Sukerta, Andrew Lafkas, LaDonna Smith y Jack Wright, etc.
Entre otros logros hallados en su carrera artística y académica, deben citarse las becas otorgadas por Arts International, Meet the Composer y la Fundación Getty en apoyo a su labor musical, su rol como Profesor Asistente de Artes Interdisciplinarias en el New College & School of Music de la Universidad de Alabama y sus investigaciones, escritos y publicaciones sobre distintos tópicos del arte musical.
Lo cierto es que las infrecuentes cualidades musicales, la firmeza de su compromiso estético, la experiencia y conocimientos adquiridos y la invariable vocación exploratoria que distinguen a Andrew Raffo Dewar lo erigen hoy como uno de los artistas más prometedores y con mayor proyección en la avanzada musical del nuevo milenio.
Tuvimos el privilegio de entrevistarlo y ahora nos permitimos compartir con ustedes esa grata experiencia

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