Trío Fattoruso
El Trío Fattoruso actualmente se compone de Hugo en teclados, Osvaldo en batería y Francisco en bajo y pirotecnia. Tiene su origen en la década del ´50 cuando Hugo y Osvaldo eran liderados por su padre Antonio, en Montevideo. Luego se convertirían en OPA en EE.UU. junto a Ringo Thielman y grabarían con Airto Moreira, para luego grabar dos discos propios para el sello Milestone. Ambos han vivido largos años en el país del norte. En años subsiguientes han tocado con todo el mundo de este y del otro lado del charco, del Río de la Plata, para convertirse en referentes en ambas orillas. A fines del siglo pasado se sube al barco familiar Francisco, con veinte años en ese momento, y el trío vuelve a nacer.
Sábado por la tarde, al día siguiente de su exitosa presentación en “La Trastienda”, me reúno en un hotel céntrico con los integrantes del trío. Debido a la presencia de Fidel Castro y de Hugo Chávez en la provincia de Córdoba, se suspendió el show que tenían planeado ese sábado. Esto permitió una relajada e interesante entrevista, sin las presiones propias de una actuación, en la que logramos pasear un poco por gran parte de sus vivencias, desde los comienzos hasta el presente.
Llegué unos minutos antes y me encontré con Hugo Fattoruso, el mayor de los hermanos y padre de Francisco, ya sentado en el lobby esperándome con un café y algo para leer. Nos presentamos, charlamos off unos minutos, hasta que Osvaldo llega y encendemos el grabador. Hugo se muestra como más distendido y abierto, Osvaldo mucho mas reservado.
Empezamos.
¿Por qué George (risas)? (así se hacía llamar en EE.UU).
Osvaldo: No, lo que pasa es que Osvaldo no existe en inglés, o existe con w, Oswald u Osvald, los dos me parecían horribles; entonces, como mi primer nombre es Jorge, directamente empecé a decir George porque me tenían podrido, me decían “¿qué?, ¿qué?”, O-S-V-A-L-D-O, “¿qué?”, ¡andá a cagar! George, y ahí entendía todo el mundo, “ah, George”. Es más, hasta en un momento pensé en cambiarme Fattoruso, porque ése era otro drama, decían “George Fatto ¿qué?”.
¿Qué nombre artístico tenías pensado?
Osvaldo: Smith…. ¡Claro loco, basta, ahí se me terminaban los problemas!
Yendo para atrás, el primer trío era con su padre, ¿qué música hacían?
Osvaldo: De todo un poco, rock and roll, dixieland, hasta algún tango que pedían de vez en cuando; era variado el repertorio.
Eran todo terreno
Osvaldo: Era muy raro, ¿vals francés? (le pregunta a Hugo).
Hugo: Sí, un vals, una cosa así, era variado.
¿Cómo llegan al jazz?
Hugo: En mi caso, estudiando música clásica; y tocaba temas que aprendía de los discos. Nuestros padres tenían un negocio que vendía discos de 78 rpm, imagináte… mi padre también arreglaba vitrolas, así que había música todo el día; mi madre estudiaba canto lírico, tenía predilección por la zarzuela, óperas, operetas; nuestro padre escuchaba Duke Ellington, Louis Armstrong, Glenn Miller, Benny Goodman con Gene Krupa, pero en mi casa también escuchaban Gardel y mucha música clásica. Se fueron infiltrando una gran cantidad de cosas. Yo, como pianista, estudiaba música clásica y tocaba algunas cosas de oído, pero tocaba todo leído; cuando comenzamos a tocar lo que nosotros llamamos jazz, es como una libertad de expresión que no encontrábamos en otro estilo; cuando tocábamos un tanguito, lo tocábamos como era (tararea); cuando se toca un tema de jazz, tiene esa particularidad de cómo se desarrolla, se toca el tema y luego cada uno tiene su lugar para improvisar sobre esa forma. Eso fue lo que nos conquistó y empezamos a usar este esquema hasta hoy en día: se toca el tema y después se improvisa, o sobre una sección o sobre la estructura.
¿Cómo fue el proceso de mezclar el jazz y el candombe?
Hugo: Se ha dicho muchas veces que fuimos pioneros en la fusión del candombe con el jazz; la primera vez que escuchamos esto fue un trabajo de Manolo Guardia, que es un pianista y compositor montevideano; esto sucedía en el Hot Club (de Montevideo), donde tocaban temas de be-bop en tiempo de candombe y además… componían candombe. Manolo tiene una pila de candombes conocidísimos. Bueno… eso referente a la fusión.
¿Tu formación Osvaldo?
Osvaldo: ¿Mi deformación? (risas). Mi formación fue mayoritariamente casera, también de escuchar o de seguir las indicaciones de Hugo. Yo empecé a estudiar realmente hace poco tiempo, hace unos veinte o veinticinco años, por las mías (risas). Claro, toco hace cincuenta, empecé a estudiar a la mitad de mi carrera (más risas).
El estudio fue en casa por las mías; tomé dos o tres lecciones con Elvin Jones que no fueron muy didácticas, fueron más interesantes que didácticas, y un par de lecciones con un percusionista de la Sinfónica de Atlanta; y luego algunas lecciones aisladas, pero que no sirven de nada si no hay continuidad, no por los docentes sino por los alumnos. Después agarré el ritmo de estudiar solo, research y estudio en casa a muerte, cada vez más. Más viejo me pongo, más estudio.
¿Cuál es la influencia de Brasil en lo que hacen?
Osvaldo: Mirá… en Uruguay se escuchaba en la radio mucha música de Brasil, pero te hablo antes de la bossa nova y del Brasil que se conoce hoy en día. Sambas viejos, choros viejos, conjuntos más regionales, más tradicionales de música brasileña; se escuchaban bastante y mi viejo conseguía cosas porque era fanático de la música. En Uruguay se tocaba bastante, más que en Buenos Aires. Se cultivó mucho más la música brasileña en Uruguay que en Buenos Aires, aunque sea con acento uruguayo.
El candombe se filtra
Osvaldo: ¡Samba candombeada!
En este momento se suma Francisco Fattoruso, y se cumple la consigna: el trío completo. Con Hugo y Osvaldo hacemos chistes sobre cortarle un par de dedos porque con los diez es un robo, se toca todo, tal como lo demostró en el show la noche anterior.
Francisco, ¿cómo llegaste a tocar el bajo y cuál fue tu formación?
Francisco: Fue accidental… (risas).
¡Ahh, bueno!, menos mal…
Nota: creo que es la peor respuesta que puede dar una persona que tiene tal dominio del instrumento, porque significa que el resto se tendría que dedicar a otra cosa…
Francisco: Yo tocaba la guitarra en realidad y tenía unos amigos con los que queríamos hacer una banda tipo Guns and Roses; y a uno le gustaba tocar la batería, al otro le trajeron una guitarra eléctrica y me dijeron “dale, conseguite un bajo, comprate un bajo”. Entonces, Hugo me llevó a Nueva York donde iba a tocar una semana y nos íbamos a encontrar con mi hermano que ya vivía ahí hacia un tiempo; y al lado de la tienda mas grande de guitarras de EE.UU., que se llama “The House of Guitars”; entonces le dije conseguime un bajo, tenía once años. Me trajo un bajo, lo agarré y dije “¿qué mierda hago con esto?” (risas).
Hugo: El bajo le quedaba así (hace el gesto de lo enorme que era el bajo al lado de Francisco en ese momento). Le saqué una foto…
Francisco: Lo miraba al bajo después, lo tenía al lado del piano, lo sacaba de la funda, lo miraba, lo guardaba y tocaba la guitarra. Después que me fui a vivir a Uruguay, a los doce años, ahí sí, porque tenía un amigo en la cuadra que tenía una guitarra eléctrica y otro que tocaba la batería y tenía una sala de ensayo. Nos empezamos a juntar a tocar y ahí yo tocaba el bajo; sin querer, pero siempre tocaba el bajo. Con el tiempo empecé a tocar, a practicar y entonces me empezó a gustar; a partir de los catorce años, ya sí me empezó a gustar tocar el bajo.