Litto Nebbia en "La Otra"

Cuando comenzó este tipo de música fueron apareciendo grupos con estilos distintos, incluso los cantantes. Digo los cantantes, porque es lo que más le llega de un grupo a la gente, sin necesidad de entender la música técnicamente, ¿no? Inclusive las letras –que en Los Gatos son de una manera, en Almendra de otra, en Manal de otra, en Cantilo de otra, en Charly de otra- marcan un poco el formato. Y los menciono porque ninguno tiene el sonido de algo conocido ni lo que nos gusta del rock inglés y norteamericano. Lo que tuvo de bueno el comienzo acá es que nadie se planteaba sonar como Los Hollies, Los Beatles o los Stones, y ahí radica su originalidad. No sé cómo sería hacer este mismo trabajo sobre la década siguiente, que lo haga otro (risas). Siempre hay gente nueva y talentosa, pero ya para los 80 empieza a plantearse con gran acento el tema del negocio, los rankings y quién vendió más. Mientras va subiendo eso, baja la música y la posibilidad de que aparezcan grupos con otra experimentación. Te dicen que hay que hacer esto porque es lo seguro. Esto pasa con el cine, con todo en la vida. Pero claro, te lo bancás si pasa en el mercado de acá a la vuelta que vende manteca, pero con la música te volvés loco. No quiero que se interprete que digo que nuestro movimiento es el legítimo y que antes fue mejor. El negocio va transformando las cosas y hay un montón de gente que adhiere a eso. Cuando me refiero a esa primera década, no es un capricho, creo que de entre toda esa gente salió un formato de canciones. Entiendo que después empieza a venir una búsqueda comercial que se disimula diciendo que, porque volvió la democracia, todo el mundo se quiere divertir. Divertirse está muy bien… pero ¡toquen bien carajo!

Extracto de la entrevista a Litto Nebbia publicada en el número 23 (invierno 2010) de la revista La otra 

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