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Steve Lehman & Orchestre National de Jazz: Ex Machina

 

39; Los Angeles Imaginary; Chimera; Alchimie; Ode to akLaff; Jeux d’Anches; Les Treize Soleils; Speed-Freeze (part 1); Speed-Freeze (part 2); Le Seuil (part 1); Le Seuil (part 2)

 

Músicos:

Steve Lehman: saxo alto, electrónicos

Jonathan Finlayson: trompeta

Chris Dingman: vibráfono

Miembros de Orchestre National de Jazz:

Frédéric Maurin: dirección, electrónicos

Fanny Ménégoz: flauta, flauta alta, piccolo

Catherine Delaunay: clarinete, basset horn

Julien Soro: saxo tenor, clarinete

Fabien Debellefontaine: saxo barítono, clarinete, flauta

Fabien Norbert: trompeta, flugelhorn

Daniel Zimmermann: trombón

Christiane Bopp: trombón

Fanny Meteier: tuba

Bruno Ruder: piano, sintetizador

Stéphan Caracci: vibráfono, marimba, glockenspiel, percusión, sintetizador

Rafaël Koerner: batería

Sarah Murcia: contrabajo

Jérôme Nika: creación de electrónica generativa, colaboración artística

Dionysios Papanikolaou: electrónicos IRCAM

 

Sello y año: Pi Recordings, 2023

Calificación: Excelente

 

Esperamos fomentar un sentido de aventura artística y descubrimiento, estableciendo nuevas conexiones entre humanos y máquinas en los campos de la composición e improvisación (Steve Lehman & Frédéric Maurin)

 

El término espectralismo alude al revolucionario planteamiento musical originado en Francia a comienzos de los años setenta por un conjunto de compositores agrupados en derredor del Ensemble L’Itinéraire, el cual incluyó a figuras esenciales de la música clásica contemporánea como Hugues Dufort, Gérard Grisey y Tristan Murail.

El estudio del sonido en el espectralismo ocupa el primer plano de la creatividad musical y eso aparece diseminado a manera de hipérbole en sus postulados fundantes; es decir, la representación gráfica del sonido, el análisis exploratorio de la naturaleza del timbre musical, la descomposición espectral del sonido y la incorporación de todos los avances disponibles en el campo de la acústica, la psicoacústica y las nuevas tecnologías.

Cabe consignar que el espectralismo no sólo es una forma de componer; también debe ser considerado como un movimiento artístico, una actitud creativa, un ideal de pensamiento y un modo particular de entender la música.

De hecho, como afirmara en su momento el compositor francés Gérard Grisey, “el espectralismo no es un sistema. Es una actitud que considera a los sonidos, no como objetos muertos que se pueden permutar fácil y arbitrariamente en todas direcciones, sino como objetos vivos con un nacimiento, una vida y una muerte.”

Ahora los principios nodales de la música espectral se expanden mediante la fusión de sonidos electrónicos de avanzada, el uso de software generativo e interactivo y una instrumentación orquestal acústica integrada por improvisadores de vanguardia para dar vida al majestuoso álbum de Steve Lehman junto a la Orchestre National de Jazz que lleva por título Ex Machina.

Este proyecto empieza a gestarse en 2016 con un encuentro entre Steve Lehman y Frédéric Maurin en la ciudad de París, en donde ambos evalúan la posibilidad de vincular sus respectivos acercamientos integrales entre música espectral e improvisación manifestados por el primero en los álbumes Travail, Transformation, and Flow de 2009 y Mise en Abime de 2014 y, en el caso del segundo, a través de la reconocida agrupación francesa Ping Machine.

Dos años más tarde, Frédéric Maurin es nombrado director de la prestigiosa Orchestre National de Jazz y comisiona a Steve Lehman para la elaboración de un cuerpo de trabajo enraizado en intereses comunes del cual surge Ex Machina en 2023.

El álbum fue concebido por ambos compositores en estrecha colaboración con el IRCAM (Institute of Research and Coordination in Acoustic Music) e incluye la utilización de un software de inteligencia artificial -el Dicy2– desarrollado en el Departamento de Ciencia y Tecnología de la Música y el Sonido del IRCAM por el investigador en tecnologías generativas para la creación de música Jérôme Nika.

A las innovadoras ideas composicionales pergeñadas por Steve Lehman y Frédéric Maurin y los cruciales aportes de herramientas basadas en computadora (el software Dicy2 combina aprendizaje automático, una biblioteca con material pre-compuesto y un amplio abanico de procesos generativos e interactivos), se suman las invaluables contribuciones del trompetista Jonathan Finlayson, el vibrafonista Chris Dingman (ambos integrantes del Steve Lehman Octet) y los miembros de la afamada Orchestre National de Jazz.

Ex Machina -título que evoca tangencialmente a Tempus ex machina de Gérard Grisey- abre con 39, pieza de Frédéric Maurin en donde el uso de progresiones armónicas espectrales es el punto de apoyo utilizado por el compositor para trazar una bisectriz entre el espectralismo, la música por computadora, los códigos medulares de la improvisación y la tradición del jazz orquestal. En su intrincado curso evolutivo se yerguen suntuosos adornos electroacústicos, deslumbrantes aportes solistas de Sarah Murcia en contrabajo y Steve Lehman en saxo alto y una exquisita resolución de conjunto con temperamento fantasmal.

La subyugante Los Angeles Imaginary -composición perteneciente a Steve Lehman– nos invita a pensar en la música como un organismo colectivo y horizontal sin fronteras. A partir de su vanguardista eje estético van emergiendo patrones rítmicos adictivos, perspicaces oleadas sonoras provistas por los electrónicos de Jérôme Nika y Dionysios Papanikolaou, los coloridos ornamentos acústicos de la Orchestre National de Jazz y un vibrante intercambio instrumental entre el saxo tenor de Julien Soro, la trompeta de Jonathan Finlayson y el saxo alto de Steve Lehman.

En Chimera -otro de los temas con autoría de Steve Lehman– encontramos una atmósfera inquietante e hipnótica que ubica en su centro al vibráfono de Chris Dingman transitando sonidos inexplorados al conjuro de la electrónica interactiva. Durante el ecuador de la pieza ingresará el resto del ensamble para acumular tensión, hasta resolverse con naturalidad mediante un robusto crescendo orquestal.

Steve Lehman, en Alchimie, gesta un conciso relato musical que elude deliberadamente los arrestos solistas para entronizar en su lugar a una abigarrada trama orquestal pletórica de progresiones armónicas espectrales. 

Ode to akLaff -pieza que Steve Lehman dedica al ilustre baterista Pheeroan akLaff- parte desde un embriagador preludio en saxo alto a cargo del compositor, estratégicamente subrayado por dispositivos de electrónica reactiva. El posterior ingreso de la orquesta sentará las bases sonoras sobre las que se deslizan los efervescentes solos encarnados por Bruno Ruder en piano y Rafaël Koerner en batería.

En los agitados pulsos dinámicos y el ingenioso enfoque estructural elaborados por Steve Lehman para Jeux d’Anches, se adivina un guiño de complicidad con la obra de Tristan Murail La Chambre des cartes. Desde los pliegues de ese vibrante andamiaje sónico emergerán un vivaz solo de la trompeta de Jonathan Finlayson y la cristalina intervención de Chris Dingman en vibráfono.

Una extensa y sutil introducción para flauta solista a cargo de Fanny Ménégoz oficia como prólogo de Les Treize Soleils, tema perteneciente a Steve Lehman que refiere desde su título a la imperecedera composición de Tristan Murail Treize couleurs du soleil couchant de 1979. El laudable desarrollo de la pieza será rubricado sin máculas por las cardinales aportaciones de Jonathan Finlayson en trompeta y Steve Lehman en saxo alto y un sincrónico desenlace orquestal.

A continuación se suceden Speed-Freeze (part 1) y Speed-Freeze (part 2), ambas con la firma autoral de Frédéric Maurin.

La primera germina a partir del clima opresivo y enigmático configurado por los electrónicos IRCAM y el clarinete de Catherine Delaunay, desde el cual brotarán el vigoroso motivo de la composición, fluidos vaivenes dinámicos y las sobresalientes apariciones solistas del saxo alto de Steve Lehman y el trombón de Christiane Bopp,

En tanto que la segunda parte adosa al núcleo de la pieza modelos espectrales asociados a la época temprana de Gérard Grisey, una base rítmica con atisbos de funk, sucesivas exposiciones del saxo barítono de Fabien Debellefontaine y el saxo tenor de Julien Soro, la reformulación colectiva del motivo principal y un remate de carácter ascético e introspectivo.

Sobre el final del álbum llegan otras dos composiciones pertenecientes a Frédéric MaurinLe Seuil (part 1) y Le Seuil (part 2)– en las que se avizoran elementos referenciales asociados a la obra compuesta por Tristan Murail en 1982 Désintégrations, for 17 instruments and electronic sounds.

Le Seuil (part 1) describe una atmósfera de pesantez inicial que evolucionará a través de pinceladas orquestales y un contenido crescendo hasta converger en las protagónicas exposiciones de Stéphan Caracci -alternando vibráfono y glockenspiel- y Chris Dingman en vibráfono; mientras que Le Seuil (part 2) ofrenda una briosa continuidad sonora de la primera parte y permite el especial destaque solista de Daniel Zimmermann en trombón. 

La aspiración por establecer “nuevas conexiones entre humanos y máquinas en los campos de la composición e improvisación” que postulan Steve Lehman y la Orchestre National de Jazz dirigida por Frédéric Maurin, se consagra en el fascinante Ex Machina como una experiencia estética inmersiva llena de magia.

Cualquier tecnología suficientemente avanzada al servicio del hombre es equivalente a la magia (Arthur C. Clarke)

 

Sergio Piccirilli

(Septiembre, 2023)